El Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca es un galardón otorgado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de España, a través del INAEM para el reconocimiento de los trabajos de los [Dramaturgo| y poeta filósofo [dramaturgos] noveles.
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13-03-2015. El Alcalde de Zalamea
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Fernando Vizcaíno Casas - Entrevista al escritor en Navacerrada, Madrid (1978)
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José Sanchis Sinisterra en la Biblioteca Valenciana
Transcription
¡Deja que de tu deidad se diga, atenta a mis ruegos, que es voluntaria... y no precisa! Calderón de la Barca, desde sus primeras obras dramáticas, mostró una perfección casi absoluta. Recordemos que dramas como "La vida es sueño", "El alcalde de Zalamea", "La devoción de la cruz", o autos como "La cena de Baltasar", "El gran teatro del mundo", "El pleito matrimonial del cuerpo y el alma", etc., son todos de lo que podríamos llamar primera época de su producción, que iría desde sus inicios dramáticos hasta 1640, aproximadamente. En cualquier caso "El alcalde de Zalamea" es una de sus obras más famosas, más respetadas y más representadas, y aunque quizá no posee la perfección formal de "La vida es sueño", ni los alcances universales de ésta, es tal su fuerza dramática, los complejos temas que plantea y sus soluciones morales, sociales e individuales, elevadas a paradigma de comportamiento, que no es extraña la fama que posee ni su perenne vigencia. La estructura de la obra es compleja y, por ello, diversa, y puede en algún momento parecer fragmentada. Posee varios temas centrales y algunos secundarios o anejos a los principales. El más importante, sin duda, es el del honor, que vertebra toda la obra. El planteamiento, en abstracto, es el de una joven muy bella, pero villana, que es pretendida por dos caballeros: un hidalgo con ínfulas de clase, llamado don Mendo, y un capitán violento y sin escrúpulos, de nombre don Álvaro. -No pudiera otro sagrado librarle de mi furor, sino vuestra gran belleza; ¡por ella vida le doy! Pero mirad, que no es bien en tan precisa ocasión hacer vos el homicidio, que no queréis que haga yo. -¿Cómo es esto, caballero? ¿Cuándo pensó mi temor hallaros matando a un hombre, os hallo requebrando a una mujer? La joven en cuestión es hija de Pedro Crespo y su nombre es Isabel. Ella tiene dignidad, aunque rústica, y rechaza al primero y, luego, también al capitán. Don Mendo es un personaje que pronto desaparece del escenario para dar realce a don Álvaro, el capitán que se hospeda, por necesidades militares, en casa de Pedro. Encaprichado con Isabel, y no pudiendo acceder a los deseos imperiosos que le mueven, viola a la joven. El drama ya está planteado. Según el criterio de la época la solución depende de dos factores: que el delincuente opte por el matrimonio para lavar el honor mancillado de la mujer, o que, si no acepta, ese honor sea lavado con la venganza justiciera del padre o hermano, si es soltera, y del marido, si es casada. Como Isabel es doncella, padre y hermano ruegan al capitán que repare su honor, a lo que este se niega, por parecerle la joven de un estrato inferior al suyo. Como Pedro Crespo ha sido investido con la dignidad de alcalde decide aplicar la justicia y ejecutar al capitán. -Y puesto que estamos solos, señor don Álvaro, hablemos más claramente los dos sin que tantos sufrimientos como han estado encerrados en las cárceles del pecho acierten a quebrantar las prisiones del silencio. ¡Venid! -¿Qué es lo que mandas? -Prender mando al señor capitán. -¡Buenos son vuestros extremos! Con un hombre como yo, y en servicio del rey, no se puede hacer. -Probaremos. De aquí, si no es preso o muerto, no saldréis. -Yo os apercibo que soy un capitán vivo. -¿Soy yo acaso alcalde muerto? Daos al instante a prisión. -No me puedo defender fuerza es dejarme prender. Al rey de esta sinrazón me quejaré. -Yo también de esa otra; y aún bien que está cerca de aquí, y nos oirá a los dos. Finalmente se plantea una competencia de jurisdicciones entre el poder civil, el alcalde Pedro Crespo, y el estamento militar, el superior de Álvaro, Don Lope de Figueroa, que resuelve el propio rey Felipe II, sancionando la solución de Pedro, perdonándolo y nombrándole alcalde perpetuo. -Yo por el preso he venido y a castigar este exceso. -Pues acá lo tengo preso por lo que acá ha sucedido. -¿Vos sabéis que a servir pasa al Rey, y soy su juez yo? -¿Vos sabéis que me robó a mi hija de mi casa? -¿Vos sabéis que mi valor dueño de esta causa ha sido? -¿Vos sabéis cómo atrevido robó en un monte mi honor? Este es, en resumen, al argumento de la obra, pero en ella se plantean temas muy importantes. Uno de ellos es el del honor, al que ya hemos aludido; anejo a este tenemos que considerar el del amor; y también el de la justicia; ¡Viva la Chispa! ¡Reviva! y aun deberíamos tener en cuenta ciertos aspectos secundarios, como la jácara, la consideración del estamento militar, el del hidalgo y el villanesco, que más bien son ámbitos que temas específicos. -¡Hermano! ¿Qué intentas? -Vengar así la ocasión en que hoy has puesto mi vida y mi honor. -¡Advierte! -Tengo que darte la muerte, ¡viven los cielos! -¿Qué es esto? -Es, señor, satisfacer una injuria, y es vengar la ofensa y castigarla. -¡Basta, basta! Si consideramos el primero, el del honor, que tan característico se ha hecho de Calderón, hay que tener en cuenta que el tema era de época y eminentemente teatral, pues asombraban los casos extremos, respondiendo a lo que ya Lope de Vega indicaba en su Arte nuevo o de hacer comedias, acerca de los temas preferidos de los espectadores. Calderón no hizo más que seguir esa costumbre, eso sí, escribiendo dramas tremendos como: "El médico de su honra" y otros muy conocidos. Uno de los primeros es, precisamente, "El alcalde de Zalamea", en donde las soluciones están del lado de una justicia compartida por todos, no como en otras obras, mucho más trágicas, que se dan en el ámbito de un matrimonio y las soluciones son drásticas, con la muerte de la mujer. Este no es el caso. Famosas son las palabras de Pedro, el alcalde, acerca del alcance del honor, pues cuando Don Lope le advierte que está obligado a acatar la circunstancia de someterse a la jurisdicción militar que le obligaba a ceder su casa a un soldado, añade Pedro: -¿Sabéis que estáis obligado a sufrir, por ser quien sois, estas cargas? -Con mi hacienda, pero con mi fama no. Al rey la hacienda y la vida se han de dar; pero el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios. -¡Vive Cristo!, que parece que vais teniendo razón! Sí, ¡vive Cristo!, porque siempre la he tenido yo. Con lo cual se está dando al concepto un valor ético e incluso religioso, partiendo de un sentido de conciencia independiente de códigos sociales y de poder; es decir, poniendo el código moral por encima de otro cualquiera. Por eso, estas palabras, han impresionado y siguen impresionando siempre al espectador. Y es lo que permite también a su adversario, Don Lope de Almeida, dar la razón al futuro alcalde. Así que el tema del honor, aquí se reviste de un sentido de justicia que se eleva por encima de las circunstancias. El tema amoroso, por el contrario, aquí solo es un tema erótico, circunscrito al ámbito de las apetencias sexuales del violador y al mundo de la posesión brutal, que rebajan, tanto a don Álvaro como a don Mendo, a un nivel depredador y elevan a la villana a una dignidad por encima de su clase social. -Dicen, que esta es la mejor casa del lugar, señor; y si va a decir verdad yo la escogí para ti, no tanto porque lo sea, como porque en Zalamea no hay tan bella mujer... Respecto al concepto de justicia ha sido muy debatido por varias razones: 1) Se ha sospechado que se trata de una venganza personal del alcalde y, por tanto, no una justicia pura, y 2) No contaba con un mínimo de legalidad. -¡Cielos!, ¡cuando vengarse imaginas, me hace dueño de mi honor la vara de la justicia! ¿Cómo podré delinquir yo, si en esta hora misma me ponen a mí por juez para que otros no delincan? Pero cosas como aquesta no se ven con tanta prisa. En extremo agradecido estoy a quien solicita honrarme. -Venid a la casa del concejo y, recibida la posesión de la vara, haréis en la causa misma averiguaciones. -Vamos. A tu casa te retira. -¡Duélase el cielo de mí! Yo he de acompañarte. -Hija... ...ya tenéis el padre alcalde, él os ha de hacer justicia. En primer lugar, Crespo ruega al violador que se atenga a la ley que le permitía casarse con la mujer forzada, a lo que éste no accede, y no actúa como justicia hasta que no es investido de la dignidad de alcalde. En segundo lugar, la legalidad era un problema de jurisdicciones, la militar y la civil, y por encima de ambas estaba la decisión real, que es la que actúa aquí dando la razón al alcalde, porque con frecuencia, en el teatro clásico, el rey apoya las aspiraciones populares en lo que se refiere a la justicia, pues el espectáculo estaba abierto al pueblo, que así sentía el refuerzo de su código moral y la dignidad tanto de sus miembros como del propio estamento real. Don Lope de Almeida es un personaje histórico al que presenta Calderón malhumorado por el dolor de una herida en una pierna de la que se queja con frecuencia, y que le hace ser un digno rival de Crespo. -¿Qué es aquesto? ¿La primera cosa que he de encontrar hoy, acabado de llegar, ha de ser una cuestión? ¿Qué ha habido? ¿Qué ha sucedido? Hablad, porque, ¡vive Dios!, que hombres, mujeres y casa eche por un corredor! No me basta haber llegado hasta aquí, con el dolor de esta pierna, que los diablos llevarán, amén, si no, no decirme, "Aquesto ha sido". Los diálogos de ambos se han hecho igualmente famosos. No así don Álvaro, que es un personaje sin escrúpulos con un sentido de clase soberbio y cruel. Además, en la obra existen unos ámbitos de jácara, contrapunto anti-heroico y popular de la vida militar, que animan la acción. "Flor de la jacarandina. ¡Flor de la jacarandina!". "Vaya a la guerra el alférez, y embárquese el capitán. ¡Y embárquese el capitán!". Mas el episodio del hidalgo que desaparece en la última jornada y que es el único punto de la acción episódico, aunque con una tradición que se remonta al Lazarillo. En suma, "El Alcalde de Zalamea" brilla por sus magníficos diálogos, por la pintura de la vida social del momento en el ámbito rústico y militar, y, sobre todo, por los planteamientos del honor y la justicia en unos términos nada ambiguos y sí muy modernos, por el respeto a la conciencia individual y a los derechos humanos. -Bien está sentenciado. Pero vos no tenéis autoridad de ejecutar la sentencia que toca a otro tribunal. Allá hay justicia, y así remitid al preso. -Mal podré, señor, remitirle; porque, como por acá no hay más que sola una audiencia, cualquiera sentencia que hay la ejecuta ella; y así... está ejecutada ya. -¿Qué decís? -Si no creéis que esto, señor, es verdad, volver los ojos y vedlo. ¡Aqueste es el capitán! No es extraño que sea una de las obras más populares de su autor. -Bien dada la muerte está; que errar lo menos no importa si acertó lo principal. Aquí no quede soldado alguno, y haced marchar con brevedad; que me importa llegar presto a Portugal. Vos, por alcalde perpetuo de aquesta villa os quedad. -Con qué fin el autor da a esta historia verdadera. Sus defectos perdonad.
Origen y objetivos
Inicialmente se llamó Premio Nacional de Teatro para Autores Noveles "Calderón de La Barca" y se creó por Orden del Ministerio de Educación Nacional de 16 de marzo de 1950. Destinado a “autores que acrediten no haber estrenado ninguna obra de teatro por compañía profesional”. En 1953 se acordó que la pieza que recibiera el premio se estrenaría en el Teatro María Guerrero de Madrid. El premio dejó de entregarse en 1964, coincidiendo con el establecimiento del Premio Nacional de Literatura “Calderón de la Barca” para obras de teatro estrenadas en España. Volvió a otorgarse desde 1981, cuando lo reguló la Orden del Ministerio de Cultura de 25 de mayo de 1981.
Considerado como uno de los premios más importantes en el ámbito de la literatura dramática, tiene como objeto reconocer y premiar el trabajo de los dramaturgos noveles. En su palmarés destacan nombres como el del Premio Nacional de Teatro 2007 Juan Mayorga o los de los Premio Nacional de Literatura Dramática como Paco Bezerra (2009), Lluïsa Cunillé (2010)[1] y José Ramón Fernández Domínguez (2011).
Galardonados
- 2023: Oriol Puig Grau, por Massa brillant.[2]
- 2022: Gabriel Fuentes Cáceres, por Las pequeñas alegrías.[3]
- 2021: Julio Béjar, por Empieza por F.[4]
- 2020: Yaiza Berrocal, por La cadena del frío.[5]
- 2019: Eva Mir Piqueras, por Héroes en diciembre.[6]
- 2018: Paco Gámez, por Inquilino (Numancia 9, 2ºA).[7]
- 2017: Daniel Remón, por El diablo[8]
- 2016: La convocatoria fue anulada[9]
- 2015: Almudena Ramírez Pantanella, por Los amos del mundo.
- 2014: Javier Vicedo, por Summer evening.
- 2013: Carlos Contreras Elvira, por Rukeli.
- 2012: Carolina África Martín Pajares, por Verano en diciembre.
- 2011: Mar Gómez Glez, por Cifras.
- 2010: Zo Brinviyer, por El deseo de ser infierno.
- 2009: Blanca Domenech Casares, por Vagamundos.
- 2008: Emiliano Pastor Steinmeyer, por Que no quede ni un solo adolescente en pie.
- 2007: Francisco Jesús Becerra Rodríguez (Paco Bezerra), por Dentro de la tierra.[10]
- 2006: Víctor Javier Iriarte Ruiz, por La chica junto al flexo.
- 2005: Antonio Rojano, por Sueños de arena.
- 2004: Inmaculada Alvear Valero de Bernabé, por El sonido de tu boca.
- 2003: David Abia, por Lo más humano posible.
- 2002: David Martínez Vallejo, por El Infierno que cruzas es tu Cielo.
- 2001: Fernando Travesi Sanz, por Ilusiones rotas.
- 2000: Pedro Manuel Víllora, por Bésame macho.
- 1999: Alberto de Casso Basterrechea, por Los viernes del Hotel Luna Caribe.
- 1998: Antonio Cremades Cascales, por Topos.
- 1997: Borja Ortiz de Gondra, por Mane, Thecel, Phares.
- 1996: María Yolanda Pallín Herrero, por Los motivos de Anselmo Fuentes.
- 1995: Luis Miguel González Cruz, por Agonía.
- 1994: Raúl Hernández Garrido, por Los malditos.
- 1993: José Ramón Fernández Domínguez, por Para quemar la memoria.
- 1992: [Ex Aequo] Juan Mayorga, por Más ceniza e Ildefonso García-Moreno Rodríguez, por Besanas de sal.
- 1991: Lluisa Cunillé, por Rodeo.
- 1990: David Barbero, por Esta no es la vida de la madre de Marilyn.
- 1989: [Ex Aequo] Elena Cánovas Vacas, por Mal Bajío y Antonio Velasco Sánchez por La tienda.
- 1988: [Ex Aequo] Ángel Navas Mormeneo, por Agon y Eduardo Galán Font y Javier García Martín por La sombra del poder.
- 1987: Desierto.
- 1986: Andrés Ruiz López, por Ocaña, el fuego infinito.
- 1985: Desierto.
- 1984: María Manuela Reina, por La libertad esclava.
- 1965: Claudio de la Torre, por El Cerco.
- 1964: Miguel Mihura, por Ninette y un señor de Murcia.
- 1963: Antonio Gala, por Los verdes campos del edén.
- 1961: Gerardo Diego - El cerezo y la palmera
- 1960: Ricardo López Aranda - Cerca de las estrellas
- 1959: Joaquín Marrodán - Miedo al hombre
- 1958: Marcial Suárez - El miércoles y Jojo [Ex Aequo]
- 1957: Santiago Moncada - Tránsito de madrugada
- 1956: [Ex Aequo] Marcial Suárez -Estanislao y Santiago Moncada - Paulina y los pingüinos
- 1955: [Ex Aequo] Marcial Suárez - Los sueños también despiertan y Leocadio Machado - Relato descarnado
- 1954: Juan Antonio de Laiglesia - La rueda
- 1953: [Ex Aequo] Jaime de Armiñán - Eva sin manzana, Manuel Ruiz-Castillo - Un diablo que se llama Leopoldo y Remedios Orad - ¡Qué salvajes!
- 1952: [Ex Aequo] Luis Delgado Benavente - Humo y Manuel Cerezales González - Magín, siervo de Dios
- 1951: [Ex Aequo] Luis Delgado Benavente - Días nuestros, Isabel Suárez de Deza - Noche de San Miguel y Pablo Martín Zaro - El mal que no quiero
- 1950: [Ex Aequo] Fernando Vizcaíno Casas - El baile de los muñecos, Mario Albar - Hombres ... y hombres, José Luis Sampedro - La paloma de cartón, Ángel Zúñiga - El demonio tiene ángel y Leocadio Machado - Santa Ana, estación
Fuente:[11]
Véase también
Referencias
- ↑ Internet, Unidad Editorial. «Lluïsa Cunillé gana el Premio Nacional de Literatura Dramática | Cultura | elmundo.es». www.elmundo.es. Consultado el 24 de junio de 2017.
- ↑ {Cita web|url= https://www.culturaydeporte.gob.es/actualidad/2023/10/231005-premio-calderon-barca-oriol-puig.html
- ↑ {Cita web|url= https://www.culturaydeporte.gob.es/actualidad/2022/09/220927-premio-calderondelabarca.html
- ↑ «Julio Béjar, Premio de Teatro Calderón de la Barca 2021». Ministerio de Cultura y Deporte. 29 de octubre de 2021.
- ↑ https://www.europapress.es/cultura/exposiciones-00131/noticia-yaiza-berrocal-premio-teatro-calderon-barca-20201013144046.html
- ↑ «Eva Mir Piqueras, Premio de Teatro Calderón de la Barca 2019». lavanguardia.com. 12 de septiembre de 2019. Consultado el 1 de octubre de 2019.
- ↑ «El dramaturgo Paco Gámez, Premio de Teatro para Autores Noveles Calderón de la Barca 2018». europapress.es. 17 de septiembre de 2018. Consultado el 26 de octubre de 2018.
- ↑ País, El (22 de junio de 2017). «Daniel Remón, premio Calderón de la Barca 2017». EL PAÍS. Consultado el 24 de junio de 2017.
- ↑ «Cultura deja sin efecto el Premio de Teatro Calderón de la Barca 2016». epcultura.es. 27 de diciembre de 2016. Consultado el 9 de mayo de 2017.
- ↑ «Paco Bezerra se hace con el Premio Calderón de la Barca 2007». www.elcultural.com. Archivado desde el original el 25 de noviembre de 2017. Consultado el 24 de junio de 2017.
- ↑ «premiados - Ministerio de Educación, Cultura y Deporte». www.mecd.gob.es. Consultado el 24 de junio de 2017.