Utagawa Toyoharu

Transcription

En el siglo XVII se inició en Japón una importante manifestación artística en forma de grabados xilográficos, conocida con el nombre de Ukiyo-e o "mundo que fluye". Estos grabados, en su mayoría publicados durante el periodo Edo, entre 1603 y 1868, son una aportación excepcional de la cultura japonesa y difusores, a la vez, de la misma, uno de cuyos símbolos más significativos fue el Camino del Tokaido, la ruta que unía Edo, actual Tokio, con Kioto, la capital imperial. Emilio Bujalance, catedrático de Matemáticas de la UNED, cuenta con una importante colección privada de Ukiyo-e, de la que forman parte numerosos grabados del Camino del Tokaido, realizados por los artistas más reconocidos. Artistas y grabados, que han protagonizado la exposición organizada por la Biblioteca Central de la UNED, en el marco del Año Dual España-Japón, 2013/2014. La mayoría de los artistas de esta exposición son artistas de la escuela Utagawa, que es la escuela más importante de artistas de Ukiyo-e del siglo XIX, y la exposición, pretendemos que sirva para mostrar cómo los artistas del Ukiyo-e han visto de forma muy diferente, con una mirada muy diferente, este camino. No es la primera vez que el profesor Bujalance cuenta con la biblioteca para mostrar su colección de grabados japones. En el año 2010 realizó una exposición del príncipe Genji, y, posteriormente, realizó otra en el año 2012, sobre... Ehon, el origen del Manga. Ambas fueron muy bien recibidas, tuvieron muchísimo éxito y, además, fue reforzada por las visitas guiadas que hizo este profesor de la misma. Para la biblioteca representa una gran oportunidad colaborar en la difusión de la cultura japonesa, y, al mismo tiempo, va a ayudar al conocimiento de este país a nuestra comunidad universitaria, y también, a la sociedad en general. El Camino del Tokaido o "ruta del mar del Este", se construyó a principios del siglo XVII para unir la ciudad militar de Edo con la imperial, Kioto. Fue una de las cinco grandes rutas de Japón, con un recorrido de 427 kilómetros, que se iniciaba en el puente de Nihombashi, de Edo, y finalizaba en el puente Sanjo, de Kioto. Es la principal ruta que une Tokio con Kioto, y que, a través de 53 estaciones, permitía a los viajeros, que viajaban fundamentalmente a pie, porque Japón es un país muy montañoso, hay pocas formas de viajar cómodamente, o en palanquín..., no había diligencias, se viajaba sobre todo a pie, y era necesario ir descansando y hacer en quince días, más o menos, todo este recorrido en la principal ruta del país. Hoy en día, el tren bala, que une todo Japón, sigue básicamente esta antigua ruta de unión entre Tokio y Kioto, así que es, digamos, la principal carretera de Japón. Edo fue fundada en 1603 por el príncipe hereditario o "daimy?", Tokugawa Ieyasu, quien tras imponerse a sus rivales, se instauró como Shogun hereditario o jefe militar que gobernaba paralelamente a la dinastía imperial establecida en Kioto. Estableció la sede de su gobierno en el castillo de Edo, en un punto totalmente alejado de Kioto. El camino que unía la antigua Tokio con Kioto, el Tokaido, se convirtió en el eje del comercio en Japón, donde estaba establecida la mayoría de la población del país, como sucede en la actualidad. A principios de siglo XVII, cuando se funda esta capital, los shogunes de la familia Tokugawa, crean un sistema de gobierno que es una dictadura donde se controla absolutamente todo. La comunicación está controlada militarmente y se garantiza la seguridad de los viajeros mediante sistemas de barrera y guardias que custodian todo el camino. Al principio, no hay mucha libertad de movimientos, pero, estabilizado el país, sobre todo, en el siglo XVIII, se va a convertir en un importante centro cultural, ya que, prácticamente, todos los viajeros recorren estas estaciones, pero, también, en el XIX, hay novelistas de novelas dedicadas al ocio, que, en tono picaresco, sitúan a personajes que corren diversas aventuras en esta ruta, y desde entonces se convierte en un tema literario y artístico. La novela por entregas "Tokaidochu Hizakurige", publicada entre 1802 y 1822, que narra las aventuras de sus dos protagonistas en el Camino del Tokaido, se convirtió en una de las lecturas favoritas de los japoneses, Y su éxito contribuyó a la publicación de series de grabados sobre este camino, con la técnica Ukiyo-e. Ukiyo-e, literalmente significa, "pinturas del mundo flotante", pero, específicamente es un tipo de grabado que surge en los siglos XVII, XVIII, XIX, y que está mostrándonos la esencia de la cultura japonesa. Cuando pensamos en arte japonés, muchas veces, pensamos en este tipo de imágenes, que fue la más influyente en el fenómeno del "japonismo", en nuestro conocimiento de lo japonés, ya que hubo un gran coleccionismo de estos grabados en occidente. El Ukiyo-e, es el arte de las clases populares, no de la élite, de los samuráis, no es la alta cultura, es un producto editorial que consumía la burguesía de las grandes ciudades de la Edad Moderna en Japón. La demanda de grabados sobre el Camino del Tokaido con esta técnica, creció tanto que, en el año 1890, se habían creado 84 series, con más de 3.200 grabados. Cada serie constaba, normalmente, de 55 diseños, que correspondían a sus 53 estaciones, más el inicio y el final del camino. Muchos de estos trabajos se realizaron sin que los artistas hubieran recorrido el camino. Una importante fuente de inspiración para estos artistas fueron los populares libros de viajes denominados Meisho-zue, donde se incluían escenas elaboradas con la técnica del Ukiyo-e. En la colección Bujalance se encuentran varios de ellos. Algunos de los más importantes libros de Meisho-zue aparecen en esta exposición, de hecho, está el primer libro que apareció, el "Miyako Meisho-zue", que apareció en el año 1780 y que tuvo una gran popularidad, de hecho, el editor hizo más de 4.000 ejemplares que se vendieron en pocos meses. El "Miyako Meisho-zue" era una guía ilustrada de Kioto, de seis tomos, con descripciones e imágenes de la ciudad. Gracias a esta guía, se pudieron reconstruir muchos monumentos de Kioto, destruidos en 1788 por un gran fuego. El texto que describe las leyendas de las ilustraciones está escrito en chino y japonés, en estilo poético. Debido a esta popularidad otros editores decidieron publicar libros de este estilo, y así, en la exposición, también pueden verse dos ejemplares del "Tokaido Meisho-zue". En uno de ellos aparece un grabado muy famoso, donde aparece una tienda de venta de grabados Ukiyo-e, en una calle de una población del Tokaido. Esta guía, también de seis tomos, tuvo tanta repercusión, que se presentó en la Exposición Universal de París, de 1867. La escuela de Ukiyo-e más importante fue la de Utagawa, fundada por Utagawa Toyoharu, introductor del paisajismo en este género y de la perspectiva occidental, llamada Uki-e. En las escuelas japonesas, se transmitían los nombres artísticos de los maestros a los alumnos. Cuando el maestro moría, el alumno más veterano tomaba su nombre. En realidad, el paisaje en el Ukiyo-e, comienza a partir de la pintura de biombos, biombos de ciudades, grandes panorámicas, y funciona como si estuviéramos con una cámara, que vamos acercando el zoom, vamos acercando el zoom a esos barrios de placer, a esas escenas de las cortesanas, de los actores del Kabuki. Y en ese punto, cuando comienza el Ukiyo-e, se olvida el paisaje, porque nos hemos centrado en las ciudades. El paisaje, en general, dentro de la pintura a la tinta que tanto se conoce, es un paisaje donde se busca esa comunión con la naturaleza, el vacío está muy presente. Sin embargo, en el paisaje del Ukiyo-e, es un paisaje para salir al campo, para vivirlo, para disfrutarlo, y, en muchas ocasiones, se nos muestra ese paisaje con escenas, disfrutando de un picnic o en pleno viaje, porque el viaje era algo deseable, porque el gobierno de Edo tenía prohibido el viaje, si no tenías salvoconductos, si no tenías permisos, y la única manera de escapar a ello era haciéndose peregrino, entonces, el que no era peregrino, el que no tenía los salvoconductos, la única manera de viajar y conocer ese otro mundo que rodea la ciudad, era a través de las estampas. Este viaje en la intimidad, a través de todo el país, de manera que son paisajes muy vivos, muy enérgicos, a pesar de que, a veces, transmitan calma y serenidad. En 1823, Hokusai, publica la que se considera como primera serie puramente paisajística, "Treinta y seis vistas del monte Fuji". De la escuela Utagawa, Hokusai es el artista Ukiyo-e más reconocido en el siglo XIX. Su "Ola de Tsunami" forma parte de la antología de la Historia del Arte. Realizó varias ediciones del Camino del Tokaido. Utagawa Hiroshige, es otro de los artistas más importantes. Su edición Hoeido del Camino del Tokaido, contiene las estampas japonesas Ukiyo-e, más famosas de la historia. Sus obras se caracterizan por el dominio del primer plano y por sus colores sutiles, entre los que dominan el verde y el azul. Su primera serie 53 del Tokaido, realizada entre 1833 y 1834, eclipsó a todas las demás. Son los dos grandes protagonistas del Ukiyo-e del paisaje, no quiere decir que sólo pintaran paisaje, porque todas sus series son realmente extraordinarias, las de mujeres, de actores, pero, digamos, que el paisaje, con ellos, alcanza ese punto culminante, esa independencia, con Hisoshige y con Hokusai y las magníficas series que realizan, el paisaje alcanza otra dimensión, es el protagonista, no es un escenario, no es un telón de fondo para un fotógrafo, o para que se desarrolle una escena, sino que tiene entidad en sí misma. Esto, sumado a que son de los primeros artistas que llegan a occidente en el siglo XIX, hace que Japón sea sinónimo de los paisajes de Hiroshige y de Hokusai. Otro de los maestros destacados de la escuela Utagawa fue Kunisada, famoso por sus cuadros de actores, quien realizó varias series de grabados Ukiyo-e sobre el Tokaido y los actores de la escuela de teatro Kabuki. El teatro Kabuki fue objeto, también, de muchas ilustraciones individuales, cuando el Ukiyo-e empezó a convertirse en un elemento deseado por sí mismo, que se imprimía en una sola página y que, luego, se enmarcaba. Kunisada fue uno de los artistas más importantes del siglo XIX, sobre el Ukiyo-e. En el año 1852 le encargaron hacer una serie que relacionase el Camino del Tokaido, el paisaje de él, con las obras del teatro Kabuki y sus actores. Él hizo la serie, y la serie tuvo tanto éxito, que de algunos de estos cuadros se imprimieron más de 7.000 ejemplares. El éxito de la serie no era sólo por la maestría que tenía el artista Utagawa Kunisada, sino, también, por el conocimiento profundo que tenía él sobre el teatro del Kabuki. Como consecuencia del éxito de esta serie, otros editores encargaron series sobre el teatro de Kabuki a otros pintores y, así, en la exposición tenemos otra serie, en este caso, hecha en el año 1868, en la cual participan, en colaboración, dos pintores, por un lado, Utagawa Kunichica, que hace la parte correspondiente a los personajes, los actores del teatro de Kabuki, y, por otro lado, Hiroshige III, que era especialista en el paisaje, donde pinta los paisajes de estos cuadros. -Cuando pensamos en el grabado Ukiyo-e, conviene pensar casi como en una producción cinematográfica. Era un producto de éxito comercial que un editor encargaba a un artista, pero el artista no hacia el grabado, solamente hacia la pintura que, luego, otro artista, el grabador, iba a pasar una plancha de madera, y otro profesional, el estampador, iba a imprimir sobre papel. Aparte de todo este proceso y su comercialización, en el Ukiyo-e es frecuente que, un artista colabore con otro de su misma escuela para hacer una obra, por ejemplo, si se va a hacer una serie de estampa muy numerosa, cien vistas, ese número tan alto, exigía que un editor contratara a varios artistas para efectuarla, y también había artistas especializados en figura humana, en paisaje, que en algunas ocasiones también, colaboraban y firman ambos las mismas obras en la estampa. La colección de Emilio Bujalance, cuenta también con una serie de grabados denominados "camino procesional", que describen el viaje del shogun Tokugawa Iemochi, con su sequito, para visitar al Emperador de Japón. El viaje en sí fue un hito, porque, por primera vez, un shogun visitaba Kioto desde 1603. Es una obra del año 1863, no es que la fecha, en concreto, sea muy determinante, pero, en el momento histórico, en Japón hay un cambio muy profundo, los occidentales estaban presionando para que Japón rompiera su aislamiento, y la política de los shogunes, que habían gobernado de forma férrea Japón y aislando internacionalmente la isla, se ven obligados a cambiar de estrategia. Generalmente, el mundo imperial en Kioto y el mundo militar y político en Tokio, no tenían contacto, pero, el debilitado shogun ve la necesidad de... contraer matrimonio con la hermana del Emperador para, un poco, completar su prestigio político, que estaba, entonces, cayendo. Un shogun, que se llama Iemochi, va ese año, con un séquito impresionante, de más de 3.000 personas, a recorrer el Tokaido, siendo uno de los acontecimientos más importantes de ese año. En la serie del Tokaido procesional trabajaron 16 artistas, que diseñaron 162 grabados, publicados por 24 editores. A estos trabajos se les otorga una intencionalidad política, por este gran número de editores y artistas que participaron en su producción. Kunisada, jefe de la escuela Utagawa, en ese momento, diseñó 18 de las impresiones de la serie. Las demás fueron realizadas por otros artistas de su escuela que también eran muy conocidos. Los artistas del Ukiyo-e, que siempre que reflejaban estas vistas famosas del Tokaido, un poco como en Lecturas, cuando hay una visita y... En este tono de crónica social, describió el itinerario que seguía esa gran comitiva, y, también, cuando llega a la capital, las grandes fiestas que se producen y la expectación con que es acogido el shogun. En la estampa, en concreto, se ve, una escena del barrio de Sinawara. Sinawara era el barrio de placer donde estaban las casas de té, las geishas, en Kioto, y se ve a dos geishas viendo una estampa, que es la del comienzo del viaje del shogun hasta allí, y un poco, están soñando o recreando, la importancia que va a tener esta visita, posiblemente, en la historia de Japón, pero, también, en su propio establecimiento o en su propia vida. No fue así, porque este shogun murió tres años después, y la historia de Japón cambió por completo ya en una nueva etapa que se llamará la época Meiji, que es la modernización final de Japón y el país que hoy conocemos, dando por finalizado ese Japón de samuráis y de geishas, el Japón del Ukiyo-e, que es característico de este periodo Edo, que también está representado en esta exposición. El último shogun, Tokugawa Yoshinobu, cedió los poderes al emperador Mutsu-Hito, proclamado Emperador de Japón, en 1868, con 15 años. Mutsu-Hito decidió establecer su residencia en el palacio de los Shogun Tokugawa. El camino que recorrió el emperador desde Kioto hasta Tokio despertó una gran curiosidad. Aunque no podía ser visto directamente, porque siempre iba en palanquín, era la primera vez que el pueblo japonés podía percibir de cerca al Emperador. De nuevo, el Camino del Tokaido, despertó una gran expectación y los artistas de Ukiyo-e describieron en sus grabados este viaje que hizo Mutsu-Hito, desde Kioto hasta Tokio.