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Siete leyes de Noé

De Wikipedia, la enciclopedia libre

El arcoíris es el símbolo no oficial del noajismo, recordando el que Noé observó al salir del arca.

Las Siete leyes de Noé (en hebreo: שבע מצוות בני נח, Sheva' Mitzvot Bnei Noaj), también conocidas como Siete preceptos de las naciones o Leyes noájidas, son una colección de leyes que según el judaísmo rabínico, fueron otorgadas por Dios[1]​ como un conjunto de leyes que agrupan a los «Hijos de Noé», es decir, la humanidad entera.[2][3]

En detalle, cualquier no-judío que se adhiera a estas leyes, por ser reveladas a Noé, se convierte en un « justo entre las naciones», y se le asegura un lugar en «el Mundo venidero» (en hebreo, עולם הבא, Olam Habá), la recompensa final de los justos.[4][5]

Las siete leyes son tradicionalmente listadas en el Talmud de Babilonia (en Sanedrín 56a-b y Tosefta Avodah Zarah 9:4) como:[6]

  1. No adorar ídolos.
  2. No blasfemar.
  3. No cometer pecados de índole sexual.
  4. No robar.
  5. No asesinar.
  6. No comer la carne de un animal vivo.
  7. Establecer cortes de justicia para implementar el cumplimiento de dichas leyes.

En el judaísmo, las siete leyes de Noé son un conjunto de preceptos que según el Talmud fueron entregados por Dios a todos descendientes de Noé, es decir, a toda la humanidad.[7]​ Según la halajá, los no-judíos no están obligados a convertirse al judaísmo, para asegurar un lugar en el Mundo Venidero. Según la tradición judía y noájida estas siete leyes le fueron dadas primero a Adán y posteriormente a Noé, este último ordenó a sus hijos a guardar estas leyes por el pacto que había hecho Dios con Noé:

He aquí, establezco mi pacto contigo, y con tu simiente después de ti.
Génesis 9:9

Las siete leyes de Noé se encuentran mencionadas en diferentes versículos bíblicos, en los libros de Génesis y Levítico.[8]​ También se hace mención en el Libro de los Jubileos.

Antecedentes teológicos

"La tierra era corrupta ante el Creador y estaba llena de violencia. Y el Creador vio la tierra y observó que era corrupta, porque toda carne había corrompido su sendero en la tierra. Y el Creador dijo a Noé: 'El final de toda carne ha llegado. La tierra está llena de violencia por su causa y por eso, los destruiré a ellos con la tierra...'" Así comienza la historia de la destrucción del mundo en los tiempos de Noé. Solo él y su familia fueron salvados del Gran Diluvio y cuando emergieron del arca que habían construido, Hashem (en Idioma hebreo se traduce literalmente como El Nombre y es una de las formas elípticas para referirse al Creador del Universo) celebró un nuevo pacto con ellos y en consecuencia con toda la humanidad. Bendijo a Noé junto a su familia y los instruyó en los senderos del nuevo orden, declarando:

"Ahora te he dado todo.... Y por eso, de la sangre de vuestras almas voy a pedir cuentas...."

Noé es el ancestro de la humanidad actual y al ser depositario de los siete preceptos universales (él, su mujer, sus tres hijos y tres nueras), por extensión su descendencia entera está sujeta a los tales.

El pacto del arco iris y la entrega de los siete preceptos fueron anteriores a la entrega de la Torá a Moisés por parte de Hashem, por eso tanto los israelitas como las demás naciones se guiaban por estos siete preceptos básicos. Los mismos patriarcas de Israel: Abraham, Isaac y Jacob se rigieron por estas sencillas normas como se puede observar en el libro del Génesis.

Base teológica

De acuerdo a la tradición judía, el Decálogo o los Diez Mandamientos (aserciones en realidad, que son una síntesis de los 613 mitzvot) se aplica únicamente a los judíos; al resto de la humanidad corresponde observar las "Siete Leyes de Noé", con sus respectivas derivaciones, ya que son las leyes que Noé le dijo a sus hijos para que formaran la nueva humanidad.

El término noájida indica la universalidad de estas ordenanzas, ya que toda la humanidad desciende de los tres hijos de Noé que sobrevivieron al diluvio universal.

Según el judaísmo existen dos vías para agradar a Dios: por medio de los preceptos judíos o los siete preceptos noájidas. El primero es para la nación de Israel mediante 613 mitzvot o mandamientos (que incluyen también estos siete preceptos de las naciones) y el segundo para los gentiles, quienes tienen que acatar los preceptos dados a Noé y sus hijos después del diluvio y ratificados en la entrega de la Torá en el Monte Sinaí.

De acuerdo con el sabio judío Moshe Ben Maimón, un no-judío que cumpla estos 7 preceptos solo por convicción intelectual y no por obedecer al deseo del Creador y cumplir con su voluntad, entendiendo la dimensión interior de cada mandato, no puede ser considerado como jasidei umot o justo entre las naciones, y su cumplimiento sería nulo y no tendría parte en la recompensa de los justos en el Mundo Venidero (Olam Habá).

En la Biblia

Según la tradición teológica judía, de los siete preceptos universales, cinco fueron entregados inicialmente a Adán (Génesis 2:16), el primer hombre, siendo:

  • No idolatría: Génesis 2:16 declara: “Y el Señor Dios ordenó al hombre, diciendo…”. Según la tradición judía la prohibición de la idolatría se encuentra codificado en este versículo[9]​.
  • No blasfemar: Levítico 24:10-17 relata el incidente de un judío que violó el mandato de Éxodo 22:27 y blasfemó con ira. Allí Levítico 24:15 dice: “‘ish ish (en hebreo: cualquier hombre) que maldiga a su Dios llevará su pecado”. Es ahí que los tratadistas del Talmud concluyen que la doble expresión de ‘ish ish’ (que, literalmente, significa ‘un hombre, un hombre’) Significa que está incluida toda la humanidad, tanto judíos como no-judíos[10]​.
  • No robar: La prohibición del robo está contenida en Génesis 2:16, en el cual Dios otorgó a Adán y Eva el permiso para comer de los árboles del jardín. Según la tradiciión judía, esto implica que si no se hubiera otorgado el permiso, se les habría prohibido hacerlo porque la propiedad no les pertenecía[9]​. Esto se aplicaba específicamente al fruto del Árbol del “Conocimiento del Bien y del Mal” que les estaba prohibido tomar, bajo pena de muerte[11]​. Este mandamiento fue citado explícitamente por Abraham[12]​.
  • No asesinar: El edicto contra el asesinato, y el castigo por esta transgresión, se declara en Génesis 9:5-6: “Y, sin embargo, la sangre de las almas de ustedes reclamaré; de manos de todo animal la reclamaré. Y de manos del hombre, de manos el hermano de cada hombre reclamaré el alma del hombre. El que vierta la sangre del hombre, por el hombre su sangre será vertida, pues a imagen de Dios hizo al hombre”.
  • No relaciones sexuales ilícitas: Cinco de los seis tipos de relaciones sexuales prohibidas por Dios a la humanidad están expuestos en Génesis 2:24: “Por lo tanto, un hombre dejará a su padre y a su madre y se aferrará a su esposa, y se convertirán en una sola carne”. Este versículo prohíbe explícitamente las relaciones de un hombre con su madre, con una mujer que alguna vez haya sido la pareja doméstica o la esposa certificada de su padre, con una mujer que actualmente es pareja doméstica o esposa certificada de otro hombre, y con otro hombre. También prohíbe las relaciones de un hombre o una mujer con un animal. También se prohíbe tener relaciones con su hermana materna, lo cual se aprende de Génesis 20:13: “Además, ella es realmente mi hermana, la hija de mi padre, aunque no la hija de mi madre; y ella se convirtió en mi esposa”. Según la tradición judía, Abraham dijo esto para apaciguar a Abimelec. En realidad, solo era figurativamente cierto en su caso, ya que Sara era la hija del hermano de Abraham. Así que tenían el mismo abuelo paterno, a quien la gente a menudo se refería como “padre”. También fue universalmente aceptado que se incluyeran las relaciones padre-hija, como lo demuestra la desgracia de Lot después de que tuvo relaciones con sus dos hijas, después de la destrucción de Sodoma y Gomorra[13]​. Además de la abominación de las relaciones de un hombre con un hombre, las relaciones de una mujer con una mujer también son una abominación a Dios, que se aprende del hecho de que ambos están incluidos en los temas del versículo Levítico 18: 3, que habla en contra de las prácticas inmorales de los antiguos egipcios y cananeos, y al que Levítico 18:30 se refiere como “tradiciones abominables”. El Midrash (Sifrá) nombra específicamente este tipo de relaciones consideradas abominaciones: “Un hombre se casaría con un hombre, una mujer se casaría con una mujer y una mujer se casaría con dos hombres”.

La violación de estos preceptos por parte de la humanidad conllevo al castigo del diluvio.

En Génesis 9:8-10, se menciona que tras el diluvio, Noé junto a su familia emergieron del arca, tras ello, Dios hizo un pacto con ellos, que Él nunca destruiría el mundo de nuevo con agua de diluvio. En este pacto se le encomendo a Noé guardar dos nuevos preceptos además de los cinco preceptos entregados previamente a Adan[14]​:

  • No comer partes de un animal con vida: En un inicio, Adán y Eva no tenían permiso de matar animales para alimentarse, y esto permaneció vigente hasta después del Diluvio. Dios permitió que Noé y su familia comieran carne por primera vez después de que abandonaron el Arca, por lo que Dios en ese momento agregó el mandamiento que prohíbe comer carne que fue cortada de un animal vivo. Este mandamiento dado a Noé se registra en Génesis 9:4: “Pero la carne, con su alma [que está en] su sangre, no comerás”.
  • Establecer cortes de verdad y justicia: Dios le ordena a Noe establecer cortes de verdad y justicia, estableciente así el séptimo mandamiento con respecto al juicio y el castigo de un asesino, como dice en Génesis 9:6, “Quien derrama la sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada…” Esto se refiere a un mandamiento a Noé para juzgar y penalizar a un asesino. Los sabios del Talmud explican: “Quien derrama la sangre del hombre” (refiriéndose al asesino), “por el hombre” (es decir, debe ser procesado en un tribunal por un hombre calificado), “su sangre será derramada” (si es declarado culpable, es responsable de la pena capital por el tribunal). Este mandamiento a diferencia de los anteriores, los cuales son mandamientos de cumplimento personal solo se puede llevar a cabo estableciendo un pacto social para establecer un sistema judicial y poder punitivo.

En el Talmud

El Talmud es una de las fuentes principales de los 7 preceptos. Las distintas autoridades rabínicas discutieron el tema en relación con estos mandamientos y su aplicación, principalmente a los gentiles (los goyim) que vivían bajo dominio judío. En el tratado de Sanedrín se dictamina[15]​:

"Nuestros Rabinos enseñaron: siete preceptos fueron ordenados a los hijos de Noé: las leyes judiciales, evitar maldecir a Dios, la idolatría, el adulterio, derramamiento de sangre; robo y comer carne cortada de un animal vivo"
Talmud Sanedrín 56a

En el Talmud hay muchos otros tratados donde se discuten las 7 leyes, su observancia y aplicación, así como su origen y trasfondo teológico.

En Jubileos

En el Libro de los Jubileos, se hace una referencia a las leyes de Noé[16]​:

Y en el vigésimo octavo jubileo, Noé comenzó a imponer a los hijos de sus hijos las ordenanzas y los mandamientos, y todos los juicios que él conocía, y exhortó a sus hijos a guardar la justicia, a cubrir la vergüenza de su carne y a bendecirlos. su Creador, y honra a padre y madre, y ama a su prójimo, y guarda sus almas de la fornicación, la inmundicia y toda iniquidad. Porque debido a estas tres cosas vino el diluvio sobre la tierra ... Porque cualquiera que derrame sangre de hombre, y cualquiera que coma sangre de cualquier carne, todos serán destruidos de la tierra.
Jubileos 7: 20-28

Aplicabilidad y observación de las Siete leyes de los hijos de Noé

1. Seis de las Siete leyes de los hijos de Noé son prohibiciones.

2. Los hombres y las mujeres son iguales en la observancia de estos preceptos.

3. La persona es responsable, ante las Siete leyes de los hijos de Noé, a la edad de 13 años los varones y 12 las mujeres.

4. Es una máxima dentro de la observancia de las Siete leyes de los hijos de Noé que: “El desconocimiento de la Ley no exime de su cumplimiento.”

5. Los noájidas tienen permitido:

  • Cruzar especies, tanto de plantas como de animales.
  • Vestir o usar Shaatnez (tela hecha de lino y lana al mismo tiempo).
  • Plantar diferentes semillas en un mismo campo de cultivo.

6. Además de lo anterior, un noájida también puede observar cualquiera de los 613 mandamientos de Israel a condición de que sea permisible y adecuado para el servicio noájida, por lo que debe ser previamente consultado con un rabino judío que posea los conocimientos necesarios y se encuentre calificado para guiar a un noájida; pero está estrictamente prohibido realizar los preceptos que están prescritos únicamente para el pueblo judío como:

  • Observar el Shabat a la manera de los judíos (descansando de las acciones practicadas para la construcción del Tabernáculo durante el Éxodo de Egipto).
  • Observar las festividades judías a la manera de los judíos (descansando de forma similar al Shabat).
  • Estudiar aquellas partes de la Torá que no se aplican al servicio noájida para con Dios.
  • Escribir un rollo de Torá (los Cinco Libros de Moisés) o recitar una aliyá en la Torá (i.e., leer una porción de la Torá en una reunión pública).
  • Hacer, escribir o vestir tefilín, las filacterias que se usan durante el rezo judío y que contienen porciones de la Torá.
  • Escribir una mezuzá, sobre un pergamino particular que contiene porciones de la Torá, o instalarla en el marco de la puerta de acceso al hogar de uno.
  • Vestir kipá excepto cuando rece o se esté en una sinagoga o en el Kotel, así como en cualquier momento está prohibido llevar tzitzit ya que estos son exclusivos del pueblo judío.

7. Los noájidas tienen prohibida la innovación en la religión (como crear festividades).

Desglosados por precepto

1. Prohibida la idolatría.
  • El precepto enseña que no se debe servir a cosa creada alguna y que se es culpable de transgredir este precepto aun si después se retractase.
  • La transgresión de este precepto no tiene efecto hasta que no se venere/adora al ídolo a la manera que los idólatras usualmente lo adoran.
  • No se debe leer, pensar o incluso hablar acerca de la idolatría o de los procederes de las religiones idólatras.
  • Preferiblemente es necesario, y hasta loable, morir antes que cometer idolatría.
  • Está prohibido todo lo relacionado con los ídolos; ofrecer al ídolo alimentos, telas, utensilios, vestiduras, incienso, joyería, etc.; todo contacto con lo ofrecido o que haya estado con el ídolo a excepción de que haya preparado con intención de ofrecerlo pero aún no se haya llevado a cabo el ofrecimiento.
  • Está prohibido confeccionar ídolos o imágenes que uno mismo o alguien más pudiera utilizar para la idolatría ya que si no es adorado por ti aun así transgrede el precepto.
  • Está prohibido hacer algo o pensar lo que parezca o haga pensar a alguien que se es idólatra.
  • Es un mandato el destruir todos los ídolos, todas las cosas utilizadas para servirlo y todo lo que ha sido confeccionado o edificado a causa de ellos, así como cualquier beneficio que del ídolo se haya obtenido arrojándolos al mar, incluyendo objetos de joyería.
  • A consecuencia directa del punto anterior está prohibido obtener cualquier beneficio de una casa idólatra; su olor, sombra, resguardo y/o cualquier otra cosa que provenga de ella. Siempre se deberá guardar una distancia de no menos de 2.5 metros de una casa idólatra.
  • Las imágenes en tres dimensiones están prohibidas por lo que, como consecuencia directa de lo anterior, está vedado hacer esculturas.
  • A los falsos profetas y/o personas que reciban mensajes falsamente de la Divinidad les corresponde la pena capital.
  • Está prohibido venerar/adorar a un ser humano, animal y otros seres como si fueran Dios; queda prohibido el apoyo, financiamiento o beneficio proveniente de la idolatría.
  • Está prohibido venerar/adorar a los cuerpos celestes en el firmamento, así como la tierra, el mar, montañas, etc
  • Está prohibido dar sacrificios de cualquier tipo a la idolatría.
  • Están prohibidas todas las formas y variaciones de hechicería, adivinación, astrología, cartomancia, necromancia, consultar espíritus y fantasmas.
2. Prohibida la blasfemia
  • La blasfemia es el único medio por el cual se puede transgredir las Siete leyes de los hijos de Noé solo con la facultad de hablar por lo que es considerada como peor que la idolatría.
  • Se debe tener siempre cuidado al hablar sobre temas divinos por lo que es recomendable evitar los atributos descriptivos para referirse a Dios.
3. Prohibidas las relaciones sexuales ilícitas
  • Están prohibidas las relaciones entre: madre-hijo, padre-hija, tío-sobrina, tía-sobrino, madrastra-hijastro, padrastro-hijastra y hermano-hermana es decir: incestos.
  • Están permitidas las relaciones con un pariente político solo después de la muerte del familiar que establece el nexo; esto incluye cuñados y nueras.
  • Están prohibidos el adulterio, las relaciones homosexuales y lésbicas así como también el bestialismo o zoofilia, necrofilia, la pederastia y la prostitución en todas sus formas.
  • Según los Siete Preceptos de los Hijos de Noé, se considera a una pareja casada después que hayan tenido relaciones sexuales, con la intención de que se constituya en matrimonio.
  • No está permitido el divorcio salvo que se hayan agotado todas las demás alternativas y no quede otra solución.
  • A diferencia de los Hijos de Israel, los Hijos de Noé están emparentado solo por vía materna.
  • Está prohibida la castración ya sea en humano o animal.
4. Prohibido el robo
  • Está establecido que el transgresor de este precepto debe devolver hasta lo más mínimo que haya robado no importa su poco valor.
  • No importa si se roba en secreto o abiertamente es robo.
  • Los Hijos de Noé tiene prohibido involucrarse en guerras cuyo objetivo sea la conquista de territorios.
  • Están prohibidos la usura y el sobreprecio así como poseer pesos y medidas falseadas.
  • La agresión física también es considerada robo de la dignidad y la moral del humano, incluyen la violación y demás formas de abuso.
  • La codicia también es considerada robo.
  • Si un ladrón roba a otro ladrón ambos transgreden el precepto.
  • Está prohibido tomar cualquier cosa sin permiso del dueño.
  • La estafa, la usura, el chantaje, el amedrentamiento son prohibidos en cualquiera de sus facetas.
5. Prohibido el asesinato
  • Quien mata a un ser humano, aun dentro del vientre de su madre (40 días después de la concepción, véase aborto) recibe la pena capital. Excepto en el caso de que la vida de la madre esté en peligro.
  • Prohibida la eutanasia y el suicidio.
  • La muerte por proteger a alguien está prohibida excepto si uno mismo es el agredido.
  • Está prohibido contratar a un sicario.
  • Está prohibido planificar un asesinato de cualquiera de sus formas.
6. Prohibido el comer animales vivos
  • Solo está permitido tomar la vida de un animal con el fin de alimentarse ; hay que cerciorarse de su muerte antes de comerlo, es decir que no exista ningún tipo de movimiento.
  • El humano no tiene permitido ser rapaz.
  • El humano no puede comer nada que un animal haya cazado o comido/mordido por otro animal (véase zoonosis).
  • El humano no puede beber/alimentarse de sangre de otro ser viviente o de su propia especie.
7. Establecer cortes de ley y justicia
  • Toda corte de ley debe estar acorde con los Siete Preceptos de los Hijos de Noé.
  • Debido a la obligatoriedad que posee el noájida de que en su sociedad exista una corte de ley es obligatorio establecerla en la comunidad que no la posea por lo que este mandamiento se convierte en una prohibición y amerita castigo todo aquel Hijo de Noé que pudiendo no lo cumpla.
  • Solo se podrá condenar a aquellos transgresores mentalmente competentes.
  • Es deseable que ambos litigantes lleguen a un acuerdo para evitar ir a la corte.
  • En una corte de ley noájida la evidencia circunstancial es admisible.
  • La integridad e imparcialidad de un juez tiene que ser total.
  • Cada caso debe ser tratado individualmente.
  • Si una transgresión o transgresiones cometidas por un mismo transgresor amerita dos o más castigos por parte de la corte siempre se aplicará el más estricto.
  • Toda persona está obligada a brindar testimonio en la corte si posee algún conocimiento sobre la transgresión cometida.
  • Un transgresor condenado no puede ser llamado a brindar testimonio.
  • Está prohibido ofrecer testimonio basado en rumores.
  • No pueden ofrecer testimonio en una corte de ley:
    • Esclavos (por cuanto no poseen voluntad propia).
    • Niños.
    • Deficientes mentales.
    • Sordos.
    • Mudos.
    • Ciegos (aun cuando sean capaces de reconocer la voz del transgresor).
    • Personas descuidadas en el cumplimiento de los Siete Preceptos.
    • Amigos del transgresor.
    • Cónyuges o familiares cercanos del transgresor.
    • Alguna persona que obtenga, directa o indirectamente, beneficios con el fallo.

Otros mandamientos de la Torá tradicionalmente observados por los noájidas

  • Honrar a padre y madre.
  • Ofrecer caridad a los necesitados (Tzedaká).
  • Debe ser solidario.
  • Respetar la Creación.

Rezos

Cuando un noájida ora, ciertamente obtiene recompensa, como aprendemos del Profeta Isaías: “Mi Morada será declarada una casa para todas las naciones del mundo” (Isaías 56:7). Aun cuando no se encuentra obligado a involucrarse en la plegaria, es evidente que un noájida cumple un precepto cuando ora.

Cuando un noájida se ve presionado por una emergencia personal, se espera definitivamente que rece a Dios, tal plegaria demuestra una creencia básica en Dios, exhibiendo la confianza de que solo Él es Quién da el sustento y que solo Él sana. Aquel que no ora a Dios en época de necesidad demuestra que no cree en Él sino en otras fuerzas.

Aquí la pregunta surge: ¿Si un noájida ora solo en pensamientos merecerá recompensa o debe orar verbalmente? Concluimos que no será recompensado por una plegaria mental porque esta no es realizada en la manera apropiada. Puesto que la plegaria establece un lazo entre el ser físico y un Dios de modo personal, uno debe usar lo físico para crear este lazo, es decir, una plegaria verbal (moviendo los labios y produciendo voz).

La plegaria noájida no debe consistir en meras súplicas sino que deberá también incluir alabanzas a Dios.

El acto y la experiencia de orar a Dios (y es obvio que está prohibido orar a cualquier otro ser que no sea únicamente Dios) presenta niveles sin límites. Cuando uno suplica a Dios por sus necesidades y deseos, o por ayuda en época de peligro o estrés, o cuando se realiza una plegaria profunda y meditativa (a fin de elevarse espiritualmente), es siempre una experiencia mística, una comunión con el (Mismísimo) Creador del alma de quien ora. A través de la plegaria el hombre puede despojar de su conciencia todo materialismo y asuntos físicos, separándose a sí mismo de su naturaleza animal, llegando a ser un total ser espiritual. Por intermedio de la plegaria, uno puede alcanzar un nivel cercano al de la profecía.[17]

Y el Rey David escribió: “Alaben al Eterno, todas las naciones, exáltenlo todos los pueblos” (Salmos 117:1). Este verso de los Salmos se refiere específicamente a los Hijos de Noé.

Está estrictamente prohibido rezarle a cualquier persona, animal o cosa como forma de llegar al Creador, únicamente se debe rezar a Él, queda prohibida el animismo, la creencia de que un hombre puede ser una extensión o parte del Creador de Universo, ya que es idolatría hacer cosas así.

Queda prohibido invocar a una persona, animal o cualquier cosa que no sea el Creador del Universo en la oración o rezo.

La oración, rezo o cántico debe estar dirigida únicamente al Creador.

La oración, rezo o cántico debe empezar con alabanza, ya que cuando nos dirigimos al Creador estamos invocando al Rey del Universo.

La oración, rezo o cántico debe expresar agradecimiento.

Sacrificios

Bases teológicas, controversia y procedimiento para el sacrificio

1. Los sacrificios animales, como ofrendas a Dios, son vistos por el hombre moderno como una práctica cruel y primitiva, lo cual contrasta con el hecho de que las almas más elevadas que han vivido (Adán y Noé; Abraham, Isaac y Jacob; Moisés y Aarón; David, Salomón y Samuel) así como miles de exaltados seres humanos, ofrecieron sacrificios animales a Dios.

La razón por la que el hombre carece de la sensibilidad y entendimiento necesarios para comprender los sacrificios animales data del período previo a la construcción del Segundo Templo. Era un tiempo en que la idolatría campeaba. Se podría decir que el hombre realmente sentía ansias de idolatría. La situación llegó a ser tan desesperada que los Sabios de Israel oraron a Dios para que removiera del hombre tal profunda compulsión por la idolatría. Cuando las oraciones fueron aceptadas, se vio estallar a un león de fuego por delante del Lugar Santísimo. Los Sabios entendieron la respuesta de Dios. Puesto que él había creado el mundo de manera que lo bueno y lo malo estuvieran perfectamente equilibrados (para concederle al hombre libre albedrío), cuando el deseo por idolatría fue removido, el balance se mantuvo al quitar del hombre el entendimiento de los sacrificios.[18]

En resumen: ofrecer un sacrificio animal simbolizaba la subyugación y destrucción de la naturaleza animal del hombre. El animal era faenado y entonces incinerado sobre el altar, reduciéndolo a sus elementos (que ascendían a lo alto). A través de este proceso, una persona era capaz de nulificar su ser animal, acercándose entonces a Dios. De hecho, en hebreo la palabra para sacrificio es korbán que viene de la raíz karav, que quiere decir cerca, puesto que el korbán acercó al hombre a Dios.[19]

A partir del tiempo de la destrucción del Santo Templo en Jerusalén, se les prometió a los judíos que el estudio de las leyes referentes a los sacrificios y la oración serían aceptadas por Dios en lugar de los sacrificios (en sí mismos), como está escrito, “Rendiremos las oraciones de nuestros labios en vez del sacrificio de bueyes” (Oseas 14:2).

¿Qué hay de los Hijos de Noé? En los tiempos del Santo Templo, los justos entre ellos, quienes seguían las Siete Leyes Universales, tenían permitido residir en la tierra de Israel e ingresar al Templo para ofrecer sacrificios a Dios. Más aún, los sacerdotes judíos ofrecían sacrificios a favor de las naciones de la tierra, siendo el mejor ejemplo los setenta bueyes que se ofrecían durante la festividad de Sucot, el Festival de las Cabañas.[20]

Si después de la destrucción del Santo Templo los judíos podían ofrecer sacrificios a Dios de una manera espiritual (mediante la oración y el estudio), ¿qué hay de los noájidas? ¿qué pueden hacer?

La respuesta es una gran sorpresa. A pesar de que un judío tiene prohibido ofrecer sacrificios en un lugar que no sea el Santo Templo, un noájida, en la opinión de muchas autoridades, tiene permiso para construir altares privados y presentar allí ofrendas a Dios aún hoy en día.[21][22]

Nota: De ninguna manera esto implica desmotivar el rezo a Dios entre los noájidas.

Aun cuando las leyes referentes a los sacrificios son realmente complejas y que, por tanto, quedan fuera del alcance de este artículo, los siguientes puntos son una breve reseña de sus principios generales.

2. Durante los tiempos en que el Santo Templo estuvo en pie en Jerusalén, un noájida tenía permiso para traer un korbán olá, una ofrenda a ser consumida totalmente por el fuego.[23]

3. Un noájida tiene permitido presentar animales salvajes que sean espiritualmente limpios, como lo son aquellos de la familia de los venados o ciervos así como también animales domésticos espiritualmente impuros. Por espiritualmente limpios se entienden aquellos animales que tienen pezuñas partidas y rumian sus alimentos. También podría traer aves limpias, incluso gallos. Pollos y animales salvajes espiritualmente limpios son aceptables solo cuando el noájida los presenta en su altar privado.[24]​ Cuando trae una ofrenda a Dios en el Santo Templo, deberá (sin remedio) corresponder a aquellas categorías prescritas por la Torá y la Ley Judía.

4. La ofrenda de un noájida deberá (sin remedio) tener todos sus miembros para que sea válida. Otras tachas y desfiguramientos menores no provocan la invalidez de la ofrenda. Esta indulgencia se aplica solo cuando el sacrificio es ofrecido en un altar privado. Cuando los Hijos de Noé traen sacrificios al Santo Templo, serán aceptables solo si cumplen con los criterios de una ofrenda judía.[25]

5. Los Hijos de Noé podrían construir altares y ofrecer sacrificios como ofrenda en cualquier lugar.

6. Uno podría ofrecer sacrificios del tipo korbán olá, ofrenda encendida, como una muestra del deseo por conectarse con el Dios de Israel. Esta ofrenda es completamente consumida por el fuego y está entre lo más santo de los sacrificios. El animal recibe muerte en el lado norte del altar, y se recoge su sangre en un vaso (para el servicio) en el lado norte del altar. Su sangre es entonces salpicada hacia la esquina nororiental del altar, esparciéndola de esa manera a lo largo de las cuatro paredes. Estos sacrificios requieren que la espaldilla del animal sea entregada a los kohanim (sacerdotes judíos). La carne del animal ha de ser entonces desollada y cortada en pedazos antes de que sea completamente consumida por el fuego del altar.[26]

7. Puesto que la mayoría de las autoridades de hoy en día prohíben que los kohanim acepten su porción de las ofrendas sacrificiales, existe duda respecto a la permisibilidad de estos sacrificios por parte de los Hijos de Noé.

8. Quien, con conocimiento de causa, ofrece un sacrificio que carece de validez, amerita castigo.

9. Algunas autoridades sostienen que si un noájida ofrece un sacrificio de un animal que ha perdido un miembro, transgrede un mandamiento positivo; pero, no es una transgresión de una de las Siete Leyes de los Hijos de Noé (lo cual ameritaría castigo por parte de las cortes de ley).[27]​ Otros dicen que no hay para nada transgresión, pero que el sacrificio simplemente es considerado no-válido.[28]

Recompensa divina

Desde la perspectiva del judaísmo, estos siete preceptos son los instrumentos para que los gentiles tengan su recompensa en el Olam Haba (‘Mundo Venidero’), donde van tanto justos como pecadores, pero con la diferencia de que mientras los justos son regocijados por sus obras rectas, los pecadores son atormentados por el recuerdo de sus malas obras.

El noajismo es el «pan espiritual» propio de las personas gentiles, y las siete leyes, el camino marcado por Dios para ellos.

Referencias

  1. De acuerdo a la Enciclopédia Talmúdica (edición hebrea, Israel, 5741/1981, Ben Noah, p. 349), la mayoría de las autoridades medievales consideran que los siete preceptos fueron dados a Adán; sin embargo, Maimonides (Torá Mishnah, Hilkhot M'lakhim 9:1) considera que las leyes dietéticas fueron dadas a Noé.
  2. Enciclopedia Talmúdica (edición hebrea, Israel, 5741/1981, Ben Noah, introducción) establece que, a partir de la revelación de la Torá, el pueblo judío ya no pertenecía a la categoría de «Hijos de Noé»; sin embargo, Maimonides (Torá Mishnah, Hilkhot M'lakhim 9:1) indica que las siete leyes también formaban parte de la Torá, y del Talmud. (Bavli, Sanhedrin 59a, see also Tosafot ad. loc.) establece que los judíos mismos están obligados a los mismos preceptos que los gentiles, sin ignorar algunas evidentes diferencias en detalles.
  3. Comparar Génesis 9:4-6
  4. Torá Mishnah, Hilkhot M'lakhim 8:14
  5. Enciclopedia Talmúdica (edición hebrea, Israel, 5741/1981, Ben Noah, fin del artículo); nótese la variación de lectura de Maimonides y las referencias presentadas.
  6. Eliezer Shemtov. (2015). Los Siete Preceptos de los Hijos de Noé. Junio 4, 2018 , de Jabad Uurguay Sitio web: http://www.jabad.org.uy/templates/articlecco_cdo/aid/1857037/jewish/Los-Siete-Preceptos-de-los-Hijos-de-No.htm
  7. Shared Values: Noahide Laws Recuperado 4 jun 2018
  8. «Fuentes bíblicas de las Siete Leyes de Noé | AskNoah.org». AskNoah.org | Learn the 7 Universal Commandments for All Mankind (en inglés). 12 de diciembre de 2019. Consultado el 23 de diciembre de 2023. 
  9. a b En el Tratado Sanedrín, cap. 7, explica como los Siete Mandamientos de Noé están codificados dentro del texto hebreo del versículo del Génesis 2:16: “Y Dios Dios ordenó al hombre, diciendo: ‘De cada árbol del jardín que puedes comer libremente”.
  10. Tratado Sanhedrin, p. 56a.
  11. Génesis 2:17
  12. Génesis 21:25
  13. Génesis 19:29-36, y Rashi explicación de Génesis 20:1
  14. Véase Génesis Rabá 34; Sanedrín 59b
  15. Los 7 Preceptos de Noe, ISBN 9788491113812
  16. «Libro de los Jubileos». 
  17. Kaplan. Ojo del Universo, capítulo 5. Jerusalén. 
  18. Talmud de Babilonia. Yoma 69b. 
  19. Kaplan. Ojo del Universo capítulo 5. Jerusalén. 
  20. Talmud de Babilonia. Sucá 55b. 
  21. Talmud de Babilonia. Zevajim 116b. 
  22. Mishné Torá. Leyes sobre Sacrificios: capítulo 19, ley 16. 
  23. Mishné Torá. Leyes sobre Sacrificios: capítulo 3, ley 3. 
  24. Talmud de Babilonia. Zevajim 115b. 
  25. Enciclopedia Talmúdica. Los Hijos de Noé: volumen 3, página 357. 
  26. Mishné Torá. Leyes sobre Sacrificios: capítulo 6, leyes 1-23. 
  27. Talmud de Babilonia. Avodá Zará 5b: Tosefos, “Hasta donde sabemos…”. 
  28. Comentario de Ritvá sobre Tosefos. pie de página 7. 

Bibliografía

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