Santiago González Portillo | ||
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El presidente Santiago González, cuadro al óleo. | ||
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Presidente de la República de El Salvador | ||
9 de julio de 1872-1 de febrero de 1876 | ||
Predecesor | Manuel Méndez | |
Sucesor | Andrés del Valle | |
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15 de abril de 1871-1 de mayo de 1872 | ||
Predecesor | Francisco Dueñas | |
Sucesor | Manuel Méndez | |
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Información personal | ||
Nacimiento |
25 de julio de 1818 Guatemala | |
Fallecimiento |
1 de agosto de 1887 San Salvador (El Salvador) | (69 años)|
Nacionalidad | Salvadoreña | |
Familia | ||
Cónyuge | Soledad Fortis | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar | |
Rango militar |
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Partido político | Partido Nacional Liberal | |
Santiago González Portillo (Zacapa; 25 de julio de 1818-San Salvador; 1 de agosto de 1887) fue un militar y político guatemalteco, nacionalizado salvadoreño, que fue Presidente de la República de El Salvador entre 1871 y 1876.
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Gramo / Santiago González / Derribar Paradigmas Alejados del Simbolismo
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Transcription
Como están? Buenas noches. En algún momento, cuando arranqué en esto... Hoy tengo 25 años, les cuento. Hace diez años que estoy dentro de los medios de comunicación. Cuando empezaba dentro de los medios, me acuerdo que fue fundamental la indicación que me había dado una persona. No sé si lo hizo por una cuestión de motivación o porqué lo hizo, pero recuerdo que también joven esa persona me dijo en un momento determinado: 'Santi, lo fundamental dentro de esto es a veces ser informal pero ser serios.' Informal pero serios es más o menos entorno a lo que pretendo comunicarles en esta ocasión. Tiene que ver con algunas cuestiones del momento en que uno debe definir cuando actuar. Uno siempre está en la duda. Tendré la edad como para hacer tal cosa o soy muy joven para eso? Probablemente tengo que esperar madurar para hacerlo y resulta que cuando uno espera madurar para hacerlo, se hizo mayor y ya lleva esa carga de responsabilidad a otra persona que en algún momento seguramente lo va a tener que hacer. Y es mucho mejor quedarse frente al televisor mirando diciendo ¿Cuando es el momento de hacerlo? Yo definí , en el momento en que arrancaba dentro de los medios de comunicación, cómo hacer para llegar con un mensaje que se pretendía dar en ese momento, que era prácticamente basado en estos cinco elementos que están viendo ustedes, que tienen que ver con la cardurez, con la irreverencia, con la libertad, con la responsabilidad y con la honestidad. Cuando hablo de caradurez, de que estoy hablando? Estoy hablando de una cuestión generacional. Estoy hablando del momento en que se debe hacer lo que uno siente que tiene que hacer. Y eso generacional tiene que ver también con lo que les decía al inicio de la charla: sentarse frente al televisor, con aquella frase trivial que dice: los jóvenes son el futuro del país. Y nunca sabemos cuando es ese futuro porque no determinamos cual es la edad exacta para decir ahora es el momento de empezar a actuar. Dejamos pasar el tiempo, pasa el tiempo, al final nos volvemos mayores y ya mirando como espectadores decimos: dejemos que la juventud lo haga. Dejamos una carga de responsabilidad que nosotros no fuimos capaces de administrar en un momento determinado a otra gente que seguramente va a venir en algún momento para hacerlo. Resulta que nos hicimos mayores, esa carga de responsabilidad pasó por frente nuestro y en ningún momento lo tomamos. La juventud llegó, pasó, nuestras ideas quedaron por el camino y ya queda como una anécdota para contarle al nieto, para contarle a los hijos: yo tenía tal idea para hacer tal cosa. De eso se trata la caradurez: de animarse a hacerlo independientemente a la edad que uno vaya a tener. Yo arrancaba a los 14 años, haciendo periodismo, y nunca me voy a olvidar de esta anécdota: Sentado junto a don Julio del Puerto, un tremendo maestro dentro del periodismo, y Cristóbal Nicolás Ledesma en un momento determinado, hablando con una persona al aire, le hago una puntualización sobre un tema, y me dice, 'pero que vos pendejo imberbe me vas a decir lo que yo tengo que hacer.' Y es el momento en el que la sociedad, que tiene muchos prejuicios, debate cuantos años tiene la cédula de la persona que está hablando. Y por otro lado, en contrapartida, la intención de uno, independientemente a la edad, de comunicar una idea y de debatir una idea determinada. Estamos en una sociedad con muchos prejuicios. Pero el problema no es de la sociedad, el problema es de quienes se meten dentro de esos prejuicios, evitando hacer lo que tienen ganas de hacer por lo que vaya a decir la sociedad. Ese es el primer elemento, que tiene que ver con la caradurez. El otro elemento tiene que ver con la irreverencia, y puede sonar hasta fuerte cuando les hablo de irreverencia, porque se podría asociar con la falta de respeto a algo determinado Cuando hablo de irreverencia estoy hablando de las estructuras y la irreverencia con relación a esas estructuras. Esa estructura que impide que uno pueda desarrollar una idea porque no es la forma de hacerlo. No es la manera de hacerlo. Recuerdo que cuando iniciábamos el proyecto de 'Algo anda mal' teníamos la intención de hacerlo con un equipo joven. Y, lo veo a Leo por acá, en algún momento me dice la gente de programación del canal en el que estoy: estás haciendo un programa como si fueras Humberto Rubín cuando no sos Humberto Rubín y cuando Humberto ya tiene un público que lo vea. ¿Por qué no haces un programa dirigido a los jóvenes? Y fue un consejo que de alguna otra manera me hizo mirar: ¿qué quieren los jóvenes? Y por un lado tenías el rating, que te decía que a los jóvenes no les interesaba ver realidad social porque preferían ver programas de entretenimiento y este tipo de cosas. Entonces decidimos hacerlo con un lenguaje distinto, mostrándole al joven desde lo audiovisual que hay cuestiones de fondo que puedan llegar a interesarles, para ser protagonistas de una nueva sociedad. No en el debate, que quizás efectivamente es para un público que quiere ver ese tipo de cosas, sino hacerlo desde lo audiovisual, algo que pueda ser respetuoso y atractivo para quien este mirando, para invitarlos sobretodo a la acción y no solamente al momento de sentarse a criticar una cuestión determinada. Cuando armamos el equipo de 'Algo anda mal' decidimos traer a un audiovisualista que se dedicaba a hacer cámaras ocultas para un programa jocoso. Y me dijeron, ¿cómo alguien que se dedica a hacer programas jocosos va a hacer algo que tenga que ver con lo periodístico? Lo periodístico tiene que hacer un periodista. Y lo que yo sabía era que ese audiovisualista tenía un criterio que en algún momento sentía ganas de explotarlo y probablemente en lo del entretenimiento no lo iba a poder hacer. Me acerco un día dentro de los preceptos del periodista que tiene una manera de ver las cosas, me acerco al audiovisualista en una edición y le digo " Che está súper bien lo que estás haciendo, me parece que es muy interesante el material pero no te parece que tienes que ponerle algún soundtrack, alguna música un poco más fuerte que le dé un impacto mayor?" Y me mira y me dice, "hija de mil, Santi, eso es súper amarillo", y me muestra ese audiovisualista, que no tenía criterio periodístico probablemente para algunos, porque hacía entretenimiento, que había una forma de contar eso y de mostrar un mensaje con una idea diferente, con una idea distinta. De eso se trata la irreverencia de hacer algo y de ser irreverente, por más que el modelo y lo estructura te digan que esto no vende, que esto no se ve. Se trata de generar un cambio que en algún momento la sociedad vaya a asimilar. ¿De qué se trata y por qué vale la pena jugarse por algo como eso? Para eso es necesario tener libertad y la libertad para mi es igual a independencia. Cuando alguien te da una cuota de libertad para que hagas algo y te dice, 'independiente sos de hacer lo que vos quieras hacer', es una herramienta demasiado grande que se te está dando y ahí es donde convergen de alguna forma la edad que uno vaya a tener, la libertad que uno tiene para responder a esa situación de manera responsable. La responsabilidad no tiene que ver con la edad. Yo hoy tengo la posibilidad de conocer a chicos de un grupo que está trabajando en educación, de Juntos por la Educación y de Ahora Paraguay, que estando yo en una cabina de radio me demostraron que esa cabina de radio era insuficiente para lo que uno podía llegar a dar dentro de la sociedad y me invitaron a formar parte de un grupo en el que hoy tenemos la chance de ir, conocer y visitar escuelas y darnos cuenta que hay una sociedad más allá de la capital, que hay un país más allá de la capital que necesita, más allá de los discursos, un poco de ayuda para salir adelante en lo que pretende hacer. Y eso no se hace desde el escritorio solamente. Eso no se hace desde la cabina, mirando quiénes son responsables de una situación determinada, sino siendo agentes de cambio para revertir esa situación pasando de la discusión propiamente a la acción. De eso se trata esa responsabilidad que sobre todas las cosa tiene que estar basada en la honestidad. Si alguien te dice sos muy joven para hacerlo, recordate que en algún momento determinado esa libertad que te dan para hacer algo vas a responder con una responsabilidad. I esa responsabilidad finalmente sí con honestidad te conduce al camino de lo que vos querés llegar a ser, esa es la clave. De eso se trata. Lo que hagas, siempre y cuando lo hagas con honestidad, me decía en algún momento mi finada abuela, va a ser reconocido tarde o temprano y nadie te va a poder acusar y decir: lo que estás haciendo no corresponde. Te podés equivocar, eventualmente en el camino podés tener algún tipo de error, pero se trata de un error, no de algo que adrede hiciste para dañarle a alguien puntualmente. La pregunta final es ¿cuando es el momento? Y yo lo que les quiero decir esta noche es que el momento es ahora. Y sobre todo a los jóvenes. No esperen que alguien les diga ahora lo pueden hacer, ahora tienen edad para hacerlo. Si se tienen responsables, si son lo suficientemente irreverentes para derribar esas estructuras, si tienen ganas de hacerlo y de asumir el compromiso, háganlo ahora. El momento es éste. Muchas gracias
Biografía
González era un liberal guatemalteco que se exilió en El Salvador, en la década de 1850, huyendo de la persecución del gobierno conservador de Rafael Carrera. En el gobierno del presidente Gerardo Barrios, ocupó diversos cargos públicos. El 21 de febrero de 1862 fue nombrado Primer Designado a la Presidencia de la República y elegido Presidente de la Legislatura de El Salvador 1862 a 1863. Al estallar la guerra entre El Salvador y Guatemala a principios de 1863, fue nombrado Comandante militar del fronterizo Departamento de Santa Ana. En julio de 1863, pactó con Rafael Carrera, que encabezaba el ejército guatemalteco y reconoció al conservador Francisco Dueñas como nuevo presidente, desconociendo al gobierno de Gerardo Barrios.
Gobierno de Dueñas
En el gobierno de Dueñas, el mariscal González se desempeñó como Ministro de Guerra (1863-1871). En 1865, encabezó el tribunal militar que juzgó y condenó a muerte a Gerardo Barrios por intentar dirigir una insurrección popular. Mientras ocupaba el cargo de ministro se casó en San Salvador el 1 de marzo de 1866 con la salvadoreña Soledad Fortis.
Presidencia
El 12 de abril de 1871, derrocó a Dueñas mediante un golpe de Estado y asumió la presidencia provisional de la república. Convocó a una Asamblea Constituyente que estableció la nueva Constitución Política de la República en 1871, en virtud de la cual, el mariscal González fue elegido presidente para el período constitucional 1872-1874. Sin embargo, en julio de 1872 asume la dictadura y convoca a una nueva Asamblea Constituyente que consagra la Constitución Política de la República de 1872, en virtud de la cual, el mariscal González es reelecto para el período 1872-1876.
Durante su gobierno, adoptó una política liberal, promulgó la legislación (en 1872) donde se estableció la libertad de cultos, la secularización de los cementerios, la legalización del divorcio y el matrimonio civil, la introducción de la educación laica y de supresión de las órdenes religiosas. Desde el 21 de junio de 1875 hasta el 13 de noviembre, el país estaba en un estado de sitio por causa de atentados en la ciudad de San Miguel durante el 20, 21 y 22 de junio.[1] Entregó el poder el 1 de febrero de 1876, al terrateniente cafetalero Andrés Valle.
Según Thomas Anderson, autor del libro Matanza, durante su gobierno, en el municipio de Izalco hubo un levantamiento indígena, en el año 1872 debido a un prolongado descontento y resentimiento racial entre ladinos e indios de Izalco.[2]
Referencias
- ↑ «Estado de Sitio». Diario Oficial (Año 1 Número 258) (San Salvador). 16 de noviembre de 1875. p. 1. Consultado el 23 de agosto de 2018.
- ↑ Anderson, Matanza, Curbstone Press, New York Edición reimpresa 1992
Predecesor: Francisco Dueñas |
Presidente de El Salvador 12 de abril de 1871 - 1 de mayo de 1872 |
Sucesor: Manuel Méndez |
Predecesor: Manuel Méndez |
Presidente de El Salvador 9 de julio de 1872 - 1 de febrero de 1876 |
Sucesor: Andrés del Valle |