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José Espasa Anguera

De Wikipedia, la enciclopedia libre

José Espasa Anguera

José Espasa Anguera (Pobla de Ciérvoles, Lérida, 1840 - Barcelona 4 de julio de 1911) fue un editor español.

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  • La Biblioteca de... Carlos Castilla del Pino (Conferencia completa)

Transcription

Muy buenas tardes, señoras y señores y ante todo perdón por el retraso y mil gracias por su paciencia en esperar el comienzo de esta sesión Saben que han venido ustedes a una sesión más del ciclo "La biblioteca de..." que invita siempre a sus participantes a que nos cuenten, nos hablen de los libros que han acompañado su vida y sobre como son o han sido sus bibliotecas que es una curiosidad que todos tenemos cuando se trata de personalidades relevantes y públicas. Este ciclo que se inaguró en enero del 2005, ha contado ya con participantes muy ilustres como por ejemplo, Don Francisco Ayala, hoy Presidente del Patronato de la Biblioteca Nacional y escritores como Almudena Grandes, Clara Janés, Félix de Azúa, Ana Mª Matute, Alvaro Pombo, Caballero Bonald y muchos más ahora más recientemente, Juan Cruz o Jose Mª Merino cineastas como Fernando Trueba y la actriz Aitana Sánchez Gijón el editor Jaime Salinas, nuestros... varios rectores de Universidad, todos ellos, por cierto, también Patronos de la Biblioteca Nacional, que tiene un Patronato de lujo, como ya van averigüando y en ellos incluyo a Ángel Gabilondo, al Rector de la Universidad Autónoma, y... a Carlos Berzosa, Rector de la Complutense poetas, filósofos, catedráticos, etc... ya no quiero mencionar a más porque es una lista interminable y todos ellos son personalidades muy importantes y muy intererantes de los que hemos podido aprender mucho. Hoy tenemos con nosotros a una personalidad que honra este palmarés que ya vamos coleccionando en "La biblioteca de..." Se trata del profesor Carlos Castilla del Pino otro modelo distinto de nuestros participantes, en el sentido de su trayectoria profesional como ustedes saben, porque es una personalidad muy conocida se trata de un neurólogo, psiquiatra y ensayista y de alguna manera, su trabajo en psiquiatría y sus innumerables publicaciones en este área, se pueden considerar como un vínculo entre la psiquiatría española de antes y de después de la Guerra Civil Española. Él fué... él se doctoró, con una tesis en el año 46, con una tesis sobre "Fisiología y patología de la percepción óptica del movimiento", y después tras ganar unas oposiciones, su primer cargo en el 49 fue el de Jefe de los Servicios provinciales de Psiquiatría e Higiene mental de Córdoba. Decir que él es natural de San Roque (Cádiz), o sea, que por el momento se movía en su... en su territorio autonómico visto con ojos de ahora. Después dirigió el dispensario de psiquiatría de Córdoba, volvió por tanto a su tierra natal, y por motivos políticos, le fue vetada la posibilidad de ejercer la enseñanza universitaria hasta que en 1997, tras el fin de la dictadura ocupó la Cátedra de Psiquiatría en la Universidad de Córdoba, lo que ha hecho hasta su jubilación en el año 87. Es "Doctor Honoris Causa" por yo que sé cuantas Universidades, ya me da, me da pena con ustedes cantarles toda la lista, pero realmente es que es impresionante desde Lima hasta Copenhague, Aarbus, Göttingen, Sheffield, Lieja, Caracas, Valencia(Venezuela), Midelbury, Buenos Aires, La plata, Córdoba, Rosario, Bogotá, Milán, Marsella... bueno, ya ven, me callo ahí, me paro ahí. Es miembro de honor de la Asociación Española de Neuropsiquiatría y de las Sociedades de Psiquiatría de Argentina, Perú y Colombia, entre otras, y además es miembro de la Real Academia de la Lengua Española desde el 19 de junio del 2003 Ya les dije que es autor de muchas obras de su... dentro del ámbito de su especialidad, pero, lo que quizás muchos no saben, es que también ha publicado dos novelas de ficción, ¿a que si? "Discurso de Onofre" y "La alacena tapiada" así se llaman sus dos obras de ficción y dos libros de memorias el primero de ellos se llama "Pretérito imperfecto", autobiografía, por el que por cierto recibió el 9º Premio Comillas y "Casa del Olivo", autobiografía, digamos segunda parte la primera cubría desde 1922 hasta el año 49 y la segunda desde el año 49 hasta 2003. Sus méritos como les digo no necesitan mayor... mayor glosa, y creo que es el momento de dejarles a ustedes y que todos oigamos lo que Carlos Castilla del Pino, el hombre, tiene como relación con los libros y lo que quiera compartir con nosotros en ese tema tan singular y probablemte poco frecuente. Le habrán invitado no muchas veces a hablar de esto, pero no lo sé a lo mejor, muchas, no sé. Como usted... Don Carlos Castilla del Pino les dejo. Muchas gracias. Queridos amigos todos, en primer lugar, darle las gracias yo soy un subordinado de esta señora que acaba de presentarme de manera que por la cuenta que a ella le trae no tiene nada de extraño que haya hecho eligios míos pero tómenlo ustedes más como algo que ella tiene el deber de hacer más que el hecho de que me corresponda. Bueno, yo estoy muy a gusto de estar aquí para hablarles a ustedes de esta cuestión de "La biblioteca de...", en este caso mía. Hay muchas maneras de clasificar bibliotecas por la dependencia, por ejemplo, del Estado Biiblioteca Nacional, de una Diputación o de un municipio y hay también por materias, no? Biblioteca de Farmacia, Biblioteca de Neuropsiquiatría. Hablo de todo esto, y señalo todo esto, porque lo que yo no voy a hablar es de la biblioteca mía neuropsiquiátrica, porque realmente esa es una biblioteca especializada que no tiene demasiada, puede tener algunas curiosidades, pero no tiene demasiado interés para un público general porque, por lo tanto, pienso que esta clasificación de las biliotecas que acabo de hacer no interesa en un ciclo que se llama "Biblioteca de..." seguido de nombre y apellidos. Es evidente que se trata de que se describan bibliotecas personales las de aquellos que han sido invitados a hacerlo. La clasificación de la que yo quiero partir y que yo mismo he ideado para esta ocasión considera sólo dos tipos de biliotecas: una, la biblioteca que uno se encuentra ya hecha y todo lo más la amplía y la cultiva y la segunda, la biblioteca que uno se hace. La que uno se encuentra, apenas dicen de su dueño, porque ha habido muchos y sucesivos a lo largo a veces no ya de años, sino incluso de siglos yo he conocido varias de ellas, por ejemplo, la del Palacio de Liria, decir que es la biblioteca de Jesús Aguirre, no tiene ningún sentido tampoco lo es del padre de la actual duquesa de Alba, Cayetana, porque realmente la aportación que él podía hacer es mínima al lado de la anonadante biblioteca del Palacio de Liria. Por lo tanto, esa biblioteca se llamaría biblioteca de la Casa de Alba, que a lo mejor empezó por el tercer duque de Alba a hacerla. He visto algunas otras curiosas, les citaría una de ellas que es la de Ruiz Luque, en Montilla en la Casa de las Aguas, donde está ahora instalada. Ruiz Luque, es un fotógrafo de bodas y comuniones, y... bueno es un ... goza de un bienestar económico porque estas... estos fotógrafos de bodas y comuniones, pues bueno, suelen tener clientelas que se gastan su dinero en ello y... un día compró la biblioteca que había dejado un prócer de Montilla, el Conde de la Cortina, y la compró por curiosidad y porque había algunos documentos notariales de los cuales se derivaban ciertas anécdotas más o menos dolorosas, como por ejemplo, notarios que se habían quedado con propiedades de huidos, etc, etc. Si, la compró por mera curiosidad. Pero, realmente, se interesó por aquel, aquellos dos o tres mil volúmenes que el Conde de la Cortina dejó, y que todos eran, en fín, de... la mayor parte de ellos eran de calidad, de garantía, de interés, y del siglo XVII, XVIII, alguno del XVI y ya entonces, siguió comprando hasta convertirse en una biblioteca que hoy día es importantísima y que yo, a todos los que vayan por mis territorios no tengo ningún inconviente en acompañarles a que vean y se asombrarán. Ruiz Luque se ha convertido en un bibliófilo, como ustedes saben, los bibliófilos no leen los libros, los tienen, simplemente los tienen, se ha convertido en un bibliófilo importantísimo, y es una referencia no solamente en Europa, sino también fuera de Europa Porque los bibliófilos forman una logia, verdad? y hay unos intercambios... A mí me falta el 2º volumen de tal, pero tú lo tienes... porque yo tengo dos, en fin.. bueno, y con este motivo, él realmente se ha convertido en una figura de bibliofilia mundial. Hay otra biblioteca de este tipo, que yo conozco bastante bien, que es la del poeta Muñoz Rojas, instalada en su finca "La Casería del Conde", en el pueblo de La Alameda un pueblo limítrofe entre la provincia de Córdoba y la de Málaga. Muñoz Rojas, que tiene ahora noventa y tantos años, y que ha escrito mucha poesía y mucha prosa, y la prosa es extraordinaria, la poesía también, pero la prosa es extraordinaria, Dámaso Alonso calificó de uno de los libros últimos de Muñoz Rojas de que era el libro en prosa poética mejor que se había escrito en el S.XX A él le llegó el rumor de que en Archidona, el colegio de los Escolapios de Archidona estaba vendiendo su biblioteca El rumor le llegó porque le comentaron que algunas mujeres que iban al mercado, recibían como envoltorio, para envolver el pescado o la fruta, que le daban pues páginas apergaminadas, que por lo tanto estaban impermeabilizadas, y que tenían un número, y que por tanto debían de ser deshojadas de algún libro y entonces, ni corto ni perezoso, Muñoz Rojas se presentó en Archidona, fue al colegio de los Escolapios, y preguntó: ¿Qué pasa con esto? pues que vendemos la bilioteca... Bueno, la biblioteca la vendían por ... y hasta los pupitres, las mesas de la biblioteca, entonces, Muñoz Rojas, sin mirar más nada, al ver el panorama que se le ofrecía pagó lo que se le pidió, una ridiculez, y alquiló un camión, y montaron en el camión todos aquellos libros. Esa biblioteca de los Escolapios de Archidona, ustedes la pueden ver en "la Casería del Conde" tiene por ejemplo, primeras ediciones una primera edición del "Covarrubias" tiene primeras ediciones del "Encomiun moriae" de Erasmo he visto manuscritos de Lope de Vega, bueno, algo verdaderamente impresionante. Y sobre todo tiene, además, una colección de primeras ediciones de Quevedo, de Lope de Vega, de todos estos.. de Peromexía bueno, yo me entretenía, pasaba horas allí con él. Pero tiene sobretodo una serie de libros de mapas, de libros del S. XVI y XVII de mapas de los territorios hasta entonces conocidos que son verdaderamente un asombro, un asombro, mapas coloreados a veces. Una vez que estaban ya todas las cosas en el camión, y que había pagado lo que se le había pedido, Muñoz Rojas, que tiene cierto sentido del humor, pues le preguntó al padre escolapio: "¿Por qué venden ustedes esta biblioteca?" y el padre dijo: "Ocupa mucho espacio, y además todo esto ya viene en el Espasa". Bueno, frente a estas bibliotecas, que son las que uno se encuentra hechas, porque naturalmente esta no la ha hecho Muñoz Rojas, se la encontró ya hecha por los Escolapios, hay las bibliotecas que uno se hace y dicen de su poseedor, porque están ligadas a la biografía de su poseedor, y estos son los objetos propios referidos a momentos muy concretos de la vida de su dueño. La relación del dueño con su bilioteca es distinta en uno y otro tipo de biblioteca, entre la biblioteca que uno se encuentra y la biblioteca que uno se hace. La mía, aunque una biblioteca modesta, no en número de volúmenes que son cuantiosos, pero vamos, las hay mucho mayores, pero la he hecho yo. También conozco alguna de estas bibliotecas que uno ha hecho por ejemplo, la de Dámaso Alonso, que está en la Real Academia Española, y también otra que está en la Real Academia Española, que es la de Rodríguez-Moñino La de Rodríguez-Moñino, es una biblioteca tan importante, que con todo lo que de valor hay tocante a libros en la Real Academia Española, todos estamos de acuerdo en considerar, que la biblioteca de Rodríguez-Moñino es algo de un valor incalculable. Piensen ustedes que hay centenares de láminas de Durero, ¿comprenden? de las ediciones (inaudible) de Durero. Es algo realmente extraordinario, que pueden visitar en visitas guiadas, en la Academia Española. Mi biblioteca es de este segundo tipo no comparable a la de Rodríguez-Moñino, pero es de las que yo he hecho. Quiero decir, que la he hecho yo, modesta al lado de las dos citadas, pero, absolutamente mía. Tan absolutamente mía, que yo no me puedo imaginar no tenerla, como no me puedo imaginar no tener ojos, o no tener... alguna vez puede que no lo tenga, pero no me puedo imaginar no teniendo ojos, o no teniendo una mano, o un brazo, una pierna o lo que quiera que sea. O peor aún, no teniendo ya, siendo indiferente incluso a ella, como puede ocurrir cuando realmente uno se olvida de lo que tiene entre manos, y de lo que tiene a su alrededor, y tiene ese disturbio, que un neuropatólogo alemán llamado Alois Alzheimer describió en 1902 en dos casos de excepción, dos casos de demencia pre-senil. Hoy los casos de demencia pre-senil y de demencia senil no son excepcionales. Es la regla, y por lo tanto, la mayor desgracia que le pueda a uno ocurrir, es que aquellas cosas que amansó, que amasó con tanto cariño, y con tanto rigor, pues le sean indiferentes e incluso ya ni las recuerde. Através de mi biblioteca yo he imaginado lo que hubiera sido para mí el exilio. Tener que dejar la biblioteca para salir huyendo como por ejemplo, ocurrió a Juan Ramón, ocurrió a Massauf y yo tuve ocasión de hablar con Massauf, aquí en Madrid, precisamente en un... la primera vez que volvió a España después de su huida de lo absolutamente desplazado que estaba respecto de sus objetos los objetos que había vuelto a adquirir, no eran objetos para él ya... objetos a los cual él quisiera realmente amar porque no sabía cual podía ser el día siguiente, o la semana siguiente, o el mes siguiente, y tener que trasladarse de sitio sin podérselos llevar, etc ... preferían no querer. Lo mismo le pasó a Don Francisco Ayala, Francisco Ayala, yo conocí su casa, lo cuento porque esto es una cosa que lo he contado públicamente, y delante de él, yo conocí la casa de Ayala, aquí en Madrid, antes de conocerle él, porque se la prestó Jorge Enjuto y Aurora de Albornoz, que entonces eran pareja, y un día que, yo tenía gran confianza con estos dos, creyendo que la casa era de ellos, pues les dije: "Oye, esta casa, ¿por qué no ponéis algún cuadro, algo, algo...? Esto es una casa tan desolada, que realmente prefiero veros en cualquier café antes que esto". Dice: "No, no, esto es la casa de Ayala, no es casa nuestra, y es que Ayala no quiere poner nada, porque no quiere realmente querer, no quiere querer porque no sabe si realmente puede seguir poseyendo el objeto al cual quiere". Por lo tanto, realmente, así he adelantado un poco los acontecimientos de esto del Exilio porque realmente luego me tendré que referir de nuevo a ello porque ya en el año 40, en el año 40 cuando comencé mi carrera de medicina aquí en Madrid, era raro el día que yo no subía por la Cuesta de Mollano y me detenía junto con el que fue mi primer mentor en la enseñanza de la psiquiatría, Eugenio Olivares, que ha fallecido hace poco, precisamente de Alzheimer, hace muy poco tiempo pues con mi mentor nos deteníamos siempre en el puesto, en la caseta de Tormos, Tormos era uno de los libreros, de los muchos libreros que había allí en la Cuesta de Mollano pero Tormos era el más interesante, el más inteligente, el más conocedor de libros, y además, era un hombre que solamente a las personas ya presentadas a él e identificadas, pues le podía mostrar lo que tenía en la segunda fila. La segunda fila, naturalmente, eran los libros prohibidos que la policía perseguía. Eugenio Olivares me presentó a Tormos y gracias a esa presentación yo pude comprar las primeras, las primeras no ya docenas, sino quizás dos centenas de libros de encarcelados, de exiliados e incluso de fusilados alguno de ellos dedicado por ejemplo, por Baroja, por Azorín, por Marañón, otros con el nombre del antiguo poseedor como un psiquiatra que se llamaba Anguera de Sojo, Anguera de Sojo y que había sido encarcelado encarcelado por aquellos meses en Madrid. Alguno de los nombres de aquellos a los que si iban dedicados estaban recortados o emborronados por pudor porque realmente quizás la familia pues ocultaba que esos libros dedicados por Baroja, Azorín, Ortega, Marañón, etc... pues eran vendidos en unas librerías de viejo. Les decía que mi biblioteca la he hecho yo, y la he hecho desde mi seis o siete años, naturalmente no trato de pedantear lo más mínimo porque... lo voy a probar. Como era yo el menor y el único varón de cuatro es decir, tenía tres hermanas mayores, a los seis o siete años, mis hermanas, por indicación de mi padre, sobre todo mi hermana la mayor, que es la única que sobrevive me dictaba... mi padre les exigía, que me dictaran para que yo escribiera, y no perdiera durante los meses de verano el hábito de aquellas cosas. Mis hermanas todas eran muy religiosas, pero sobre todo la mayor, que era la que me dictaba, la mayor sigue religiosa, es religiosa. Está de monja y tiene actualmente 92 años y la cabeza absolutamente clara, y... entonces me dictaba, y el primer libro del cual me dictaba era este este... este que andaba por casa que es 'Vida de Teresa de Jesús'. Obra de la gloriosa madre Santa Teresa de Jesús, fundadora de la Reforma de la Orden de Nuestra Señora del Carmen de la Primera Observancia dedicada al Serenísimo Señor Don Juan de Austria y este era el libro que andaba por casa, y que ella como muy piadosa pues lo leía, lo leyó muchas veces, y me leía algunos, algunos párrafos para que yo los copiase modernizando, modernizando este castellano y actualizándolo un tanto. Les voy a leer a ustedes un párrafo que... ha sido súmamente fácil encontrarlo Me fuí enseguida... me acordaba que era la página 42 y era la 47 "Tenía tan poca habilidad para con el entendimiento representar cosas que si no era lo que veía, no me aprovechaba nada de mi imaginación como hacen otras personas que pueden hacer representaciones a las cuales ser recogen..." Bueno... esta cosa tan preciosa y alguna más que tengo por aquí, no quiero leerles muchas porque si no... en fín... bueno... luego si ustedes quieren les leo alguna más... Bueno, me agrada mucho haber tenido como primer contacto libresco a la Madre Teresa de Jesús, Teresa de Ávila, porque además, entre otras cosas, mi hermana decía: "Tú has nacido el 15 de octubre, que es el día de Santa Teresa de Jesús. Luego, que menos que leas este libro por lo menos lo que yo te dicte, para que lo copies y yo te corrija luego las faltas". Pero al mismo tiempo iba a la escuela cuando llegaba el otoño, cuando llegaba el otoño iba a la escuela, y... mi maestro, que andando el tiempo sería el que portaría dos o tres años después la bandera republicana, no el catorce de abril, sino el día trece, cuando ya las .. se supo que las elecciones municipales estaban ganadas por los Republicanos hubo unas manifestaciones en todos los pueblos de España prácticamente todos los pueblos de España, sí y mi maestro era el que portaba la bandera republicana, y el primer libro de lectura con él fue este otro que se llama 'Cinematógrafo Educativo'. 'Cinematógrafo Educativo' Es un libro que yo he ojeado luego muy pocas veces y que realmente pues enseña al niño como si fuera un cinematógrafo que era como se llamaba entonces el cine. El cinematógrafo enseña lo que en un pueblo hay hay un cuartel, hay fuentes, hay tiendas, hay forasteros hay tiendas de alimentación, otras tiendas de libros, etc, etc... Bien... No me llamó la atención entonces el no ver que no existe ni una sola iglesia es decir, este libro que trata de enseñar al niño cómo es el mundo cómo es el mundo inmediato en el cual va a vivir el libro es de una gracia extraordinaria, no? y está además ilustrado, ilustrado... tiene montones de ilustraciones el trabajo ante un enfermo, el trabajo de una imprenta... en fin... bueno... va enseñando todo. Pero cual es mi sorpresa, cuando, al cabo de los años, veo la primera página, la primera página después de la portada dice: "Cinematógrafo Educativo Por Don Ángel Llorca Maestro de las Escuelas Nacionales de Madrid Lema: Pensamiento y Acción. Y con este frío." Premiado en el primer concurso de 1906 de la escuela moderna. Ustedes recordarán lo que es la escuela moderna, la escuela moderna, de la escuela de Ferrer Guardia, el que fusila a Alfonso XIII porque lo hace responsable de... la Semana Trágica de Barcelona y... lo fusila en el castillo de... de Montjuic. Pues bien, como contraste al libro de Santa Teresa, estaba el libro de este anarquista, ¿verdad? que era el segundo que leí. Y finalmente, deseo mostrarles un tercero, pero que tengo, antes de mostrárselo, que explicarles un poco la cosa. Mi padre tenía la idea, absolutamente fija, de que yo fuera arquitecto, y, era tan verdaderamente preocupante para él el que yo me pudiera desviar de esa trayectoria, que en un pueblo como San Roque, de cuatro o cinco mil habitantes entonces, y en el año veintitantos, logró encontrar un señor que me explicara historia del arte para que me fuera adiestrando, adiestrando en las... en fín, en los fundamentos estéticos de lo que habría de ser mi profesión en el futuro. Bueno... yo... en mi fuero interno pensaba no ser arquitecto, y ponía inyecciones en los cojines y cosas de estas porque lo que me gustaba es ser médico pero, lo que sí es cierto, es que me atrajo mi padre recibió el encargo de aquel señor, de que me comprara un libro de Historia del Arte y ese es el tercer libro que quiero enseñarle a ustedes. Se llama 'Apolo, Historia General de las Artes Plásticas' cuyo autor es Salomón Reinag, que era entonces director del Museo del Louvre. Es un libro, en 25 lecciones está explicada la Historia del Arte, muy sucintamente, pero muy, muy... efectivamente, muy efectivamente y que... este libro a mí me llegó a interesar a pesar de que yo, en mi fuero interno, pensaba que jamás sería arquitecto, hasta tal punto que al año aproximadamente, muere mi padre, yo ya puedo pensar en no ser arquitecto, porque ya mi padre no está vivo pero sí me sigo interesando por el Apolo y su lectura. Y me sigue interesando hasta el punto de que bueno, él me explicaba, me explicaba el profesor, lo que hacía era.... no me pedía, no me pedía que yo me supiera las lecciones, sino que él lo que hacía era leerme las lecciones y me explicaba pues las lecciones: Praxiletes, Escopas, Lisipo, Fidias y el Partenón, el arte griego antes de Fidias, el arte griego después de Fidias, etc, etc... Bueno, y me comentaba las laminitas de la Venus de Milo, el Praxiteles, de Escopas, en fin, el Hermes, en fin... bien y... ya cuando, yo me voy al colegio interno, ya muerto mi padre, pues yo me llevo este Apolo ya... yo estaba liberado de la posibilidad de ser ya, que no iba a ser arquitecto, y mi madre me apoyó siempre, desde el primer momento, en mi afición, en mi... en mi vocación médica, porque realmente puedo llamarla vocación, pero yo ingenuamente, me presenté en Ronda, en los Salesianos, con este tercer libro y... pensando que... bueno, que en los recreos podría leerlo, yo no sabía que me iba a encontrar allí, apenas me vieron con un libro, en el primer recreo, me dijeron: "Déjeme ese libro" el cura vió aquello, vió la Venus de Milo... vió la Venus de Milo y... bueno y la Venus de Medicis y... bueno, se alarmó un tanto, el libro fue a parar al director, y al catequista, que era el encargado de la cosa moral, y se me llamó, se me llamó... yo tenía nueve años se me llamó para decirme: "Mira... "este libro no se puede tener aquí en el colegio, porque es un libro que contiene láminas pecaminosas, y por lo tanto no se puede tener". Le dije: "Bueno, pero el libro es mío". "Si, bueno, te lo daremos cuando... cuando te vayas a ir del ... al finalizar el curso te lo daremos, pero mientras tanto no, porque claro, tú lo enseñarías". Y entonces, para demostrarme, pues me enseñó la Venus de Milo, y sobre todo me enseñó, el... esto fue tremendo... eso fue... lo que más le alarmó, fue una escultura de un escultor del Renacimiento que se llamaba, se llama... Jacopo Sansovino , el cual tiene una escultura de Baco. Y el tal Jacopo Sansovino para decentar a Baco, que es un desnudo, pues envolvió su pene, envolvió su pene en una especie de, de, de... de almohadillado, con lo cual el pene resulta de un grosor descomunal, y entonces fue peor el remedio que la enfermedad, este... el Jacobo Sansovino fue ya realmente la gota que colmó el vaso de aquel Salesiano. Bueno, yo entonces considero estos tres libros como los conservo todavía y están en mi biblioteca, pues son las tres piedras miliares de mi biblioteca. Desde luego, yo empecé a partir de ahí pues a coleccionar libros, a no perderlos, a no perderlos, a perder los menos posibles, a perder los menos posibles, y gracias a eso, he hecho mi biblioteca. Bueno, en el año treinta y dos vuelvo de nuevo al colegio Salesiano, y ya entonces dije con el Apolo no, el Apolo me lo devolvieron, con el Apolo no puedo volver pero se me ocurrió entonces llevar 'Recuerdos de mi vida' de Cajal, y aquello ya fue un desconcierto, ¿no? porque... "¿Qué libro llevas ahí?" Allí no había llevado nadie libros, ningún chico, cual de los chicos eran de la Serranía de Cór... de Ronda, en fín... los padres pues eran lugareños, eran labradores, yo... los... 'Recuerdos de mi vida' de Cajal. Bueno, otra vez me llamaron a mí... "y mira este libro, hombre, este libro, este.. hombre... este es un sabio, pero es un ateo... es un ateo y entonces... ¿tú has leído ya este libro?", Digo... "Pues sí, he leído parte, parte... la parte de la infancia y juventud... entonces..." "Este libro no se puede leer, no se puede leer y además no puedes tenerlo aquí, porque puedes tenerlo aquí porque puede leerlo otro. Esto sería un escándalo, y por lo tanto... " De manera de que nuevo, los 'Recuerdos de mi vida' de Cajal pasaron al despacho del director, que lo retuvo hasta que a final de curso pues yo lo pedí y me lo devolvió. Bien... Después en mis vacaciones, ya en casa, mi encuentro, a los once años, lo he contao con detalle en mi 'Pretérito Imperfecto' en la primera parte de mi biografía, con don Federico Ruiz Castilla. Esta es una persona realmente... de la misma manera que la lotería toca a lo mejor nada más que una vez en la vida, y a lo mejor es el Gordo, pues a mí, me parece que tocó ese grueso, grueso premio, que significó el contacto con don Federico Ruiz Castilla. Acababa de enviudar, era un hombre, para entonces un anciano, tenía 68 años o así, para entonces era un anciano, la barba blanca, como la de Don Francisco Giner, los que hayan leído mi libro ven allí un retrato de don Federico Ruiz Castilla. La biblioteca de él, para entonces en un pueblo, en un pueblo, era una biblioteca de unos mil volúmenes o mil doscientos volúmenes lo cual era realmente... pedidos, pedidos a Espasa Calpe, pedidos tal, para que se los mandasen a reembolso. Esto realmente era muy meritorio, la estantería se la había hecho él, porque tenía muy pocos medios económicos, se la había hecho él con su carpintería, con tablas de cajones y tal y tal ... y este encuentro con esta figura realmente extraordinaria, en todo los sentidos: en la pulcritud moral, en el respeto, él era absolutamente agnóstico, en el respeto hacia las personas, hacia los creyentes, y también en la pulcritud corporal. Esto era muy típico de la Institución Libre de Enseñanza. Eso lo ha debido de saber después, pero ya entonces lo que si me asombraba, es que alguna vez que pasé, porque no tenía más remedio, a su aseo, veía yo en el lavabo, que junto a la jabonera había un cepillo, un cepillito pequeño, era un cepillo de uñas, un cepillo de uñas, en la España... en un pueblo, en la España... de los años treinta y dos, treinta y tres... era realmente, realmente... un objeto inusitado. Bien Bueno, Don Federico Ruiz Castilla, es el que me pone en contacto, en contacto con Baroja, con la obra de Baroja, con Azorín, de Azorín no leí más que 'Las 'Confesiones de un pequeño filósofo', porque me resultaron muy pesadas, y ... pero de Baroja, me leí, realmente ... gran parte de su obra, que nos la iba dando, prestando. Leí también al de Galdós, de Ortega, de Clarín,... de Clarín, y las notas de Ortega, etc, etc... Y ya ahí entonces, hacia los doce años, yo tendría unos 30 ó 40 ó 50 libros a parte los de texto, de los que disfrutaba sólo en verano, porque.. si... había de volver yo al colegio interno. Es muy importante, muy importante... fue muy importante para mí, la aparición en el año 33, del llamado 'Plan Cíclico' del Ministerio de Instrucción Pública, de la Pri... de la Segunda República Española, porque realmente... los requerimientos hoy son absolutamente otros, pero realmente el Plan Cíclico del Bachiller del año 33 por la Segunda República, es realmente ejemplar. Tengan ustedes en cuenta, que ahí se volcaron todos. Yo he estudiado la aritmética de primer curso de bachillerato escrita por Rey Pastor la geometría por Puig Adam Es decir, las figuras internacionales de la ciencia de entonces. Todos se volcaron, todos se volcaron... Y este lo... la gramática histórica de Blecua la gramática histórica de Blecua y sobre todo un libro que me ha influido enormemente fue la Antología que la leíamos ya en 2º del bachillerato, la 'Antología de la Literatura Española' de D. Antonio Regalado y González un tomo grueso, que después me dí cuenta de que nunca los profesores del colegio Salesiano se interesaban por aquel libro, y nos hacían leerlo, ni leerlo en altavoz, ni comentar algún texto, no porque realmente, era una antología.. bueno... liberal, era una antología de los textos buenos, ¿comprende? y entre los textos buenos esta Santa Teresa, y estaba el poema de Bernardo del Carpio pero tambien claro, estaba 'La niña de los tres maridos' de Cecilia Bohl de Faber (Fernán Caballero) y claro, aquello les debía producirle... El resultado es que... ellos tenían la obligación de comprar los libros que nosotros a su vez teníamos que comprarles a ellos pero lo que sí es cierto, es que de algunos de estos libros ellos luego no hacían uso. De manera, que trataban por todos los medios, de que pasaran inadvertidos para nosotros. El ambiente del colegio en este orden de libros, por lo tanto, era un ambiente verdaderamente no ya de ignorancia, sino de hostilidad, de abierta hostilidad y como yo la biblioteca la tenía, mi pequeña biblioteca de 25 ó 30 ó 60 volúmenes, no sé lo que tendría entonces porque ya iba incorporando también los libros de texto, pero al no tenerlas en el colegio, pues las tenía en mi casa pues no podía gozar de ellas más que en verano de manera que en invierno, lo que hacía era... fantasear la biblioteca y me entregaba a esa fantasía porque yo tenía mejores cualidades que Santa Teresa Santa Teresa no se podía hacer esas fantasías, pero yo si y yo fantaseé y lo he puesto, para los que no hayan leído mi biografía, mi biografía, pues... (inaudible)... y yo soy muy mal dibujante, pero esto es sumamente fácil de dibujar el dibujo era este ... esta era la escala, este era el nível del suelo esta era una escala por la cual yo descendía, verdad? y luego podía con los ganchos ... (inaudible) ... y entonces quedar completamente, completamente aislado y de esta manera, una nave, toda llena de libros, en donde... en donde al fondo de la misma estaba un pupitre con mis dibujos, que era yo, ¿verdad? y una especie de hábito como de monje como de monje que estaba aquí colocado. De vez... cuando llegaba la hora, me traían aquí la comida que la dejaban, me avisaban por una campanita, yo subía, cogía mi... mi.... mis alimentos, ¿verdad? los bajaba, descolgaba la... la escala y ya me quedaba completamente aislado. Es decir, el mundo era tan hostil, que yo no tenía más remedio que ... (inaudible)... ... me aislara cuando menos de la hostilidad. Eso era la... (inaudible)... ... de esa fantasía. Durante muchos años yo que me dibujaba con una especie de bonete y con una especie como de hábito, yo no sabía de dónde podría haber sacado aquella figura hasta que fui al Apolo, dije: "Tiene que estar aquí". porque realmente yo no conocía otro... otros textos de dónde salir, y efectivamente, aquí hay la figura de Hans... el cuadro de Holbein el retrato de Erasmo este retrato de Erasmo... este, este era el que yo me imaginaba metido allí en aquel rincón aislado totalmente del mundo porque para mí el mundo era el mundo que me rodeaba es decir, el mundo de los... aquellos curas y curillas y de aquellos, de aquellos muchachos para los cuales un libro era un... un... algo verdaderamente aterrador. Y así hasta julio, hasta junio del 36 que vuelvo a casa y en julio, ya en vacaciones, estalla la Guerra Civil ya no vuelvo al colegio sigue mi relación con D. Federico D. Federico tuvo que quemar algunos libros en la azotea de su casa porque un falangista le avisó de que le iban a hacer un registro para... en fín.. eliminar los libros prohibidos. Y ya entonces además aparecen, aparecen una serie de colecciones que son de un interés extraordinario para los que no teníamos acceso a otros que es la colección, por ejemplo, Universal Calpe que ya había aparecido, pero que entonces se extiende y se prolonga con la Colección Austral. Claro, pone... pone en nuestras manos... en la Colección Austral hasta los pensamientos de Pascal estaban novelas de Dickens, novelas de Andreiev novelas de Dostoievsky, había de Stendhal, etc... que luego las suprimen había textos de Leibniz, de Kant, Corpúsculos Filosóficos de Leibniz, estaban... 'De lo bello y de lo sublime' de Kant es decir, ya realmente, aquella Biblioteca Universal Calpe que se fundó a instancia de D. José Ortega y Gasset, fue también muy importante, muy importante para... en fín.. satisfacer mis intereses, y en la medida de lo posible, pues completarlos con el propio D. Federico que me ayudaba a este respecto. Y apareció un libro trascendental en mi vida, trascendental por una razón extra... en mi vida posterior ya... trascendental por razones que no son hoy día, lo que llamaríamos, de calidad literaria excepcional pero que sin embargo, en la medida en que recogía los anhelos de una forma de vida pues... significaron mucho Es la historia de San Michele de Axel Munthe y... bueno no sé si ustedes han leído, alguno de ustedes aquí, porque entre otras cosas, el Maestro Tellez sí lo ha leído porque lo leyó a la misma edad que lo leía yo, a la misma edad que lo leía yo. Es un libro que realmente me produjo un enorme impacto porque fue la demostración objetiva de que cuando alguien se propone un proyecto del vivir, del vivir, no... es decir, de cómo vivir, se puede realizar. Y de como Axel Munthe, que era un neurólogo y psiquiatra, discípulo de Charcot a finales del diecinueve, a finales del diecinueve este hombre siendo estudiante ya compra algunos terrenos en Anacapri es decir, a 700 metros más alto que Capri y de vez en cuando va allí y va recopilando, recogiendo las estatuas, las cabezas de Pirelio y de Nerón y que dejan tirado cada vez que los labradores encontraban con el arado alguna de éstas, de estos trozos de mármol los tiraban al mar y él los fue recogiendo, y bueno, cuando he tenido ocasión de volver, de ir a Capri pues... y subir a Anacapri, no me ha decepcionado sin embargo el libro ahora, naturalmente, ya no tiene la significación que yo le dí pero, pero realmente no me ha decepcionado. Realmente es una forma de vida absolutamente envidiable, recogida, dentro de un ámbito estético, de una calidad insuperable, ¿no? Incluso, cuando bajé una vez al cementerio de Capri, encontré allí la tumba de un inglés y... y el inglés es para mí, era absolutamente desconocido, pero sin embargo había una inscripción de un poeta italiano que se llama Batsili y que dice: "La verdadera muerte es el olvido" y realmente también, ¿verdad? en esa visita a Capri recuerdo esta expresión como una fórmula que realmente demuestra hasta que punto nos resistimos a morir porque nos resistimos en realidad a ser olvidados porque esa sí que es la verdadera muerte. Bueno, yo estudié durante la Guerra Civil en el año 38 en el mismo colegio donde estudió Luis Cernuda, y salió horrorizado de él. Yo no salí tan horrorizado porque realmente eran los Escolapios estos Escolapios que luego le vendieron, no los mismos que le venderían la Biblioteca porque eran los de Archidona, estos no estos eran un colegio de Escolapios que había en Sevilla, y que era un antiguo palacio de un noble, un palacio extraordinario, y se convirtió en... yo lo ví convertido parte en colegio y parte en hospital de sangre, en un hospital de primeras curas de soldados del Frente. Pero... también me creó ciertos problemas, ciertos problemas los libros, porque conviene decirlo, durante la Guerra Civil es cierto que se hicieron muchas escabechinas de libros, pero eran de libros que tuvieran gran notoriedad pero como los que habían de hacer esta escabechinas eran a su vez muy ignorantes, salvo que fueran muy notorios, pues realmente, otros pasaban y uno podía adquirir ciertos libros, porque para aquellos señores, por ejemplos 'Los pensamientos' de Pascal o por ejemplo la edición de 'Los ensayos' de Montaigne la primera edición que se hace de la traducción de los Ensayos de Montaigne al castellano de Constantino Román y Salamero, pues esas, esas las compré en Sevilla tranquilamente, ¿verdad? cuando realmente estaban en el índice, estaban... bueno pero claro, al índice no llegaba la cultura de los... de los inquisidores de entonces. Bueno... ya en el año 40 me voy a Madrid, y una vez aprobada la reválida que apruebo la reválida gracias a Santa Teresa porque claro, me dieron a elegir entre, entre 'Minerales españoles y su utilización', ¿verdad? o 'Los místicos españoles' y yo dije, esta es la mía, los místicos tal... y yo no hablé más que de Santa Teresa, no de otro místico, porque además no los conocía. Hablé de los místicos pero claro puse algunos parrafitos, puse algunos párrafos entre comillas, y también puse que... "vivo sin vivir en mí" y tal, " y tan alta vida espero...", bueno cosas de estas y claro, pues aquello debió causar verdadero asombro y pasé la reválida pues muy brillantemente, y ya me pude ir a Madrid a estudiar Medicina y la Facultad de Medicina de entonces, ahora la hemos recordado aquí, porque hace un año y medio, dos años ha habido una exposición en la Universidad Complutense que se llama 'La destrucción de la Ciencia en España' que muchos de ustedes a lo mejor no han tenido ocasión de verla pero que es una de las exposiciones más interesantes y más ilustrativas de lo que realmente significó el clima de la Uni porque en esa exposición estaban, por ejemplo, los procesos que se llevaban a cabo por parte del Decano de la Facultad de Medicina el elegido Presidente del Tribunal Depurador, y que después de pedirle, de pedirle cuentas al sujeto tal, le exigía que delatara: "Diga usted ahora nombres", ¿verdad? y allí está. Alguna de estas personas pues han sido y siguen siendo admiradas por mí, muy admiradas. No voy a decir ahora el nombre, aunque estaba allí en la exposición, pero estos delatores, por el miedo, por el pánico, por lo que fuera, pues realmente tuvieron esta debilidad. Bueno, lo que si es cierto, es que al llegar a Madrid ya no solamente era lector de Baroja, sino que además me empeñé en conocer a Don Pío, y lo conocí de una manera que me produjo una gran satisfacción y hasta una gran ternura, porque aquel viejo cascarrabias que yo me imaginaba, que sería una persona inaccesible, y tal, pues me recibió con verdadero cariño. De vez en cuando, a parte de los libros compraba en Tormos, que compré varios centenares y que fueron realmente, prácticamente la base, la base de mi primera biblioteca de... las obras de Wahelens, las obras de Heimsoeth, de Hoosier, etc, mi biblioteca filosófica inicial es la revista de occidente comprada de viejo, en Tormos y tal, muchas de las traducciones, como por ejemplo la de Igaos están emborronadas porque no se quería que se conociera ni quien había traducido aquel libro que sin embargo estaba autorizado a la venta. Y bueno, ya son unos centenares de libros con los cuales mi biblioteca tiene bueno, pues una una cierta calidad que a mí me enorgullecía para entonces. Y de vez en cuando, tenía ocasiones que se me presentaban y a las cuales no podía resistirme. He dicho antes de entrar aquí, a los que me han recibido, de esta institución que es la Biblioteca Nacional, que les iba a decir, que algún día les tengo que devolver les tengo que devolver una cosa que fue sustraída de la Biblioteca Nacional. Resulta que un día fui al Rastro y en el Rastro me encontré un grabado, un grabado que dice: 'De como dos monjes, en Brujas (Flandes) fueron encontrados en un prado haciendo prácticas sodomíticas, y confesaron que todo el claustro, el closter, practicaban también la sodomía. Por lo cual fueron condenados a muerte.' Ese grabado lo tengo en casa, me costó quince pesetas, lo tengo yo... hasta que un día, un día curiosamente cuando ya Jose Luis Aranguren estaba ingresado en el hospital de La Princesa, el hospital de La Princesa de Diego de León, y fui a visitarlo poco antes de que falleciese, al salir de allí entré, porque tenía un tiempo, en una exposición de Carlos de Amberes, y veo en la exposición Carlos de Amberes, escenas de Europa, de Plantino. Nada menos que de Plantino. Y veo que están allí todos, y veo... se parecían mucho al formato, todo igual que, que el que yo tenía allí de los monjes sodomitas, y que de pronto veo que el que falta, allí falta uno hay 71, 72 ... 74 , pues el 73 debe de ser el mío y efectivamente, el mío es el que... alguien debió de entrar aquí, en la Biblioteca Nacional, cortar aquello luego venderlo en el Rastro, enmarcado... yo después le cambié el marco, pero en mi casa está y prometo dejarlo en el Testamento, para que sea devuelto a la Biblioteca Nacional que es su casa natural. Bueno, en Córdoba, en Córdoba, mi biblioteca se fue engrosando porque además también en Córdoba pasaba como en Sevilla, que había también una serie de sitios por donde se podía encontrar libros que habían pasado inadvertidos pues toda la farándula persecutoria, y tal... Por ejemplo, había una librería que tenía un nombre fabuloso, extraordinario: "Librería la verdad". "Librería la verdad", de... vosotros os acordaréis de Font. De Font, era una librería "La verdad", y tal... Y esto es un título, muy bonito. Y allí en la librería "La verdad" encontré yo muchas cosas que hoy... yo no soy bibliófilo, no soy como Ruiz Luque, bibliófilo, pero lo que no puedo es dejar pasar la ocasión de que 'Los Discursos' de Justiniano, en una edición bilingüe y además elzevariana pues por unas pesetas, pasen, pasen sin que yo las atrape... los discursos... Y como esos, pues la primera, la primera obra completa de Avicena obras de Hipócrates, obras de Willis, de Böderhaier, de Saidenhar, etc, etc... y... sobre todo una que alguno de ustedes han visto aquí, algunos amigos que están presentes en este acto, me han visto que... también fue de estas casualidades estaba un domingo en casa de un anticuario que se llamaba Juanito 'el inglés', Juanito 'el inglés' vivía en una casa con ruinas romanas, y todo esto, todavía no había entrado, en fin, en los anhelos por, en fín, reconstruir todas aquellas cosas... Entonces, Juano 'el inglés', era un... yo estaba hablando con él, cuando entró un cliente, y entonces le dejé con el cliente, yo me marchaba, y al marcharme veo encima de un buró un tomo bueno, pues así, apergaminado, tal... y veo 'Descartes, Opera filosófica' Le digo, "Juanito, ¿cuánto vale esto?" "Don Carlos, deje diez duros" Dejé diez duros, y es la primera edición de la obra filosófica de Descartes, que se publica inmediatamente después de su muerte, en 1956. El muere en el 52, en 1652, en el 56. Y por diez duros tengo esta... no podía dejarla pasar, claro está, Yo no sabía que era elzevariana pero cuando me senté en un bar, era un domingo que era cuando visitaba yo su casa, veo Danielen Eludovicum elcevirius after danensis es decir, los... las... tercera generación de los libreros elzevarianos que se hace ...(inaudible)... Bueno, prometo llego al final, porque además también están... Han pasado ya bastantes años, y en 1990, yo abandoné un chalet que me había hecho, que se llamaba 'El mochuelo' y ese chalet yo no intervine para nada, el arquitecto y mi mujer, fueron los que diseñaron y plantearon sus necesidades. "bueno... pero.. ¡dí algo tú!", me dijeron "Yo lo único que quiero es que mi biblioteca esté en el sótano" y entonces, pues, efectivamente, se hizo en el sótano solamente que en vez de estar a quince metros, que es lo que yo hubiera anhelado y en donde yo me imaginaba que estaba, estaría esa fantaseada biblioteca estaba nada más que a tres pero en fín, estaba en un sótano. Este se llamaba 'El Mochuelo' luego, naturalmente, la vida con sus derroteros, ha hecho que yo abandonase "El Mochuelo" y actualmente vivo en "La casa del olivo" "La casa del olivo" no tiene sótano, no tiene sótano, pero es lo suficientemente grande como para que pueda alojar en siete habitaciones la totalidad de mis libros y mi biblioteca de ahora. Curiosamente, la biblioteca tiene menos carácter personal porque ahora muchos me envían libros, libros que muchas veces son interesantes, pero otras veces no tienen demasiado interés para mí. Son novelas que no entran dentro del género que... de los géneros que a mí me puedan gustar o son libros de viajes, o lo que quiera que sea. Lo que sí es cierto, es que la tengo bien clasificada. Tengo una bibliotecaria que cada cuatro meses, una bibliotecaria de Castro del Río, y cada cuatro meses pues viene a casa, y en unos diez o doce días, me pone al día todos los libros que he recibido, la correspondencia, los documentos, etc, etc... y la biblioteca la tengo clasificada, prescindo de la profesional estrictamente, prescindo aunque tengo que hacer mención... Sociología y antropología cultural, psicología y psiquiatría, ya en el segundo piso ensayo, filosofía en España, Alemania, en Francia, Inglaterra y Estados Unidos, literatura francesa e inglesa después mi habitación de trabajo, con los libros de consulta inmediata, y ya arriba, Literatura española e hispanoamericana, y la alemana, rusa, checa, en fin, todas estas cosas. Mi biblioteca es para mí como un paisaje familiar, y tengo ahora muchos libros que no he podido leer, ni podré ya leer, porque no tendré tiempo. Tampoco me importa demasiado, porque hace unos cuantos años estuve en Alemania y fui a Wolfenbüttel con el propósito de ver la biblioteca de Lessing y vi, para mi sonrojo, que Lessing tenía 600.000 libros, y dije: "Si Lessing no se ha podido leer los 600.000 libros, pues está justificado que yo no me haya podido leer 60.000, ¿verdad? " De manera.. pero... realmente el libro por si mismo es un objeto, es un objeto para mí, sigue siendo el objeto preferido, mi mundo, del mismo modo que para un viajero indagador su mundo es toda la tierra, de la cual gran parte a lo mejor no logrará (ininteligible) y de la que tiene tan solo noticia de que existe, y que alguien se la puede describir. Por otra parte, ahora más que leer, me gusta releer, ir sobre seguro, sorprenderme viendo cuánto de aquellos libros que me apasionaron en un determinado momento me pasaron inadvertidas muchas cosas que ahora en lecturas posteriores, ¿verdad? puedo descubrir y me reconozco entonces en el ignorante que inadvirtió aquello, y me detecto ahora como el perspicaz, que al cabo de los años, me ha hecho ver lo que no había visto antes. Las notas al márgenes con letras que varían según las fechas en las cuales se hicieron estas notas, pues son reveladoras de por donde, por donde anda, anda la orientación temporal de esas lecturas. El libro tiene esa significación en mi vida, y yo quisiera terminar esta charla de ahora, con una justificación: porqué ese apego personal al libro, más que a cualquier otro objeto, aunque es cierto, los que me conocen, que yo tengo mucho apego a los objetos, pero sobre todo a esos libros que fueron adquiridos uno a uno en tiempos de formación y en tiempos tan difíciles. El libro es un objeto pero además muchos de ellos con un contenido que es inabarcable o cuando menos, es inabarcado en una sola lectura. Pensemos es lo que es leer una y otra vez a Montaigne a Miguel de Cervantes, a Shakespeare, a Chejov, a Dostoyevski, a Stendhal... Hay muchos libros a los que hay que volver una y otra vez y no les descubro a ustedes nada nuevo a este respecto. Cada libro, ya como objeto material concreto tiene su historia en mí, cada libro de los que yo poseo, desde que lo adquirí, desde que lo leí y las ocasiones en que lo volví a leer son por lo tanto, libros prácticamente biográficos, autobiográficos, son mis recuerdos, son por tanto mis recuerdos. Pues bien, yo estoy convencido que uno existe mientras recuerda, no solamente mientras se le recuerda sino por lo menos, mientras recuerda a él. Pero el recuerdo por sí solo, se nos pierde, porque es... el recuerdo por sí solo es versátil, como todo lo mental y entonces cuando se pierde, se produce una especie de oquedad en nuestra vida, una oquedad a la que llamamos olvido, un olvido, un olvido de esa área de nuestra existencia, la más extensa, que llamamos nuestro pasado. Oquedades en el pasado. Un objeto, claro está, puede que como el recuerdo se pierda también, pero puede que no. Los que han leído 'Pretérito imperfecto', saben que yo una vez perdí un calzador perdí un calzador que mi madre me había recogido desde mis nueve años para irme al colegio interno, y que yo era el único que había usado hasta entonces, y ya tenía 40 ó 45 años. De pronto no lo encontré y entonces me causó una desazón tremenda que me perturbó semanas y semanas hasta que por fín apareció. Por tanto, en este... cuando reencontramos ese objeto, en mí ahora, por ejemplo, me refiero a un libro que después de muchos años saca uno del estante, y lo tiene en sus manos, y entre sus ojos, ese libro me restaura un sector de mi pasado aquel en el cual el libro y yo nos encontrábamos por primera vez. Por eso, el reencuentro con un libro que fue siempre mío, ha sido la forma más eficaz de luchar contra mi desmemoria. Y esta, la lucha contra mi desmemoria que el libro me hace, es una razón más, la última para querer seguir, para quererlos, y seguir queriéndolos tener siempre conmigo. Muchas gracias Bueno, yo no sé si hay, si hay costumbre de que pregunten algo, ¿no? vamos, yo no tengo inconvenientes y estoy a vuestra disposición si alguien quiere preguntar Hola, buenos días, yo quería preguntarle, Usted vivía actualmente en Castro del Río, ¿verdad? Sí ¿Y tienen alguna actividad docente o cultural en el pueblo? Sí, bueno, todos los años organizamos un ciclo de conferencias un ciclo de conferencias y... que se llaman "La palabra de..." como estos de los libros, "La biblioteca de ..." pues es la "La palabra de...", palabra de novelista, palabra del pensador la palabra del filósofo, la palabra del pintor, incluso. Y... bueno, este año no sabemos si se va a organizar porque el ayuntamiento nuevo, que es del PSOE es un ayuntamiento que se ha encontrado con unas deudas tales, de tal magnitud que parece ser que no se puede hacer ninguna cosa. Pero en fin, yo... ya saben que cuentan conmigo, para si tratan de hacerlo. (inaudible)... una pregunta que le iba a hacer... ¿Fue usted amigo de Don Ricardo Molina, el poeta cordobés? Sí, sí.. mucho... no solamente fui amigo, sino es que además incluso le asistí le diagnostiqué primero la estenosis aórtica de la cual fallecería andando los... muchos años después... pero ya, pocos meses antes de morir, pues él pidió que yo fuera aunque yo no soy cardiólogo, pero porque ya él se notó que desbarraba un poco, ¿no? y entonces me llamó expresamente para que yo, que creía él que yo tenía un gran ascendiente sobre los vecinos, les dijera a los vecinos que dejaran de hacer ruidos, y a insultarle, etc, etc..., ¿comprenden? porque estaba ya con una anoxia cerebral y estaba delirando. Muy bien Bueno... (inaudible) ... es la primera vez que asisto a una conferencia de tal... eh... tema que realmente es un acierto "la biblioteca de..." sí, sí... Yo creo, que cuando tantas palabras oimos, de tantas cosas, de... variadas... no siempre importantes, pero sobre todo excesivas... el ir al centro de la biblioteca de alguien es como asomarse al alma de alguien o a la... algo tan importante como es la... la... la vida intelectual y yo quería celebrar precisamente ese lujo yo quiero simplemente mostrar mi gratitud por... por... este testimonio. Bueno, esa... En realidad es un testimonio de, no sólo de lector porque... leer se puede, o incluso de bibliófilo no, yo no aprecio tanto al bibliófilo sí eh... básicamente, yo prefiero al lector... o sea... antes que al bibliófilo porque en realidad, "la biblioteca de..." significa "la vida de..." sobre todo cuando eso se puede decir y para mí es una gran lección. Claro, es que esa es la diferencia que hay entre una biblioteca que uno se encuentra hecha, es decir, los que... hereden una biblioteca, uno piensa decir: "Oye, ¡Qué encanto! Me encantaría tener la biblioteca..." cuando uno ve la biblioteca de la Casa de Alba, no dice... "¡Ojalá fuera mía!... bueno, ¿y qué hago yo con esta biblioteca?" Realmente, ...¿qué hago yo con el Museo del Prado? Con el Museo del Prado no puedo hacer nada, ahora, con el 'Esopo' de Velázquez sí, puedo hacer que es tenerlo y mirarlo, ¿no? pero con el Museo del Prado no puedo hacer nada. Entonces, la biblioteca hecha, efectivamente... es que preparando la conferencia porque... este es el comienzo de la biblioteca, es el comienzo, estos son los... son tres libros que... y no me he inventado nada, los aseguro que no me he inventado nada aquí está muy viejo 'El Apolo' ya está... 'El Apolo' es una preciosidad de libro porque yo le debo al 'Apolo' la educación del gusto murió mi padre, me dejó ya tranquilo el que yo... ser arquitecto No quiero ser arquitecto... si no... soy incapaz de trazar dos líneas pero, lo que sí es cierto, es que... 'El Apolo' me siguió interesando porque ya no voy a ser arquitecto, pero es que a mí me gusta esto y me gusta Phidias y el Parthenon, Praxiteles, Escopas y Lisipo y todas estas cosas ... y bueno pues... entonces... me liberé, me liberé Probablemente no hubiera seguido con 'El Apolo' si mi padre sigue más tiempo porque claro, la férrea presión del padre puede terminar haciendo que este libro sea... fuera odioso, ¿no? Férrea obsesión bien intencionada, pero lo que hace es ser férrea obsesión. Si, eh... Carlos, en una de tus obras manifestabas de forma muy concluyente contra las que llamabas 'Relaciones objetales' y sobre todo las distinguías de las 'relaciones objetivas'. Leyéndote, haces tres décadas, sobre esto, quedamos completamente convencidas, convencidos de que había que tener relaciones objetivas, no objetales que era prácticamente la sustitución del pecado a efectos intelectuales. Y morales, la relación con los objetos, ¿no? Luego, cuando tuvimos la fortuna de conocerte, descubrimos a dolor, que tú practicabas las relaciones objetales de una forma sobreabundante. No es normal que alguien tenga sus tres primeros libros, que se los traiga... ya no sé cómo calificarlo, tú sabrás... Pero, en todo caso, hay un libro con el que tú tienes una relación no tanto objetual, no es un objeto, pero sí que lees todos los años, que es 'El Quijote' y de ese no has hablado, ¿podrías hablar un poco? Bueno, me lo he saltado, si me lo he saltado, porque era uno de los libros que leíamos en la escuela, leíamos en la escuela, y lo iba a traer pero ya no podía... traer más. Es una edición de Saturnino Calleja que está ahí, está ahí en el listado que he dado, está ahí. Es una edición de Saturnino Calleja y leíamos algunos fragmentos que nos iba seleccionando el masón Don Gabriel Arenas, masón, que huyó a Tánger, tuvo que huir a Tánger, protegido por un falangista también, que le ayudó a huir, porque le dijo que le iban a fusilar. Y entonces, leíamos 'El Quijote' que él nos seleccionaba. Luego, en el colegio Salesiano, teníamos también un Quijote que también lo conservo, pero es la edición salesiana lo pone así: la edición salesiana del Quijote, que es, bueno, es.. todo el Quijote cabe en... todo el Quijote de los Salesianos cabe en esta... nada Lo único que tiene de maravilloso ese Quijote, y que lo guardo como recuerdo son las ilustraciones de... de Doré las ilustraciones de Doré porque para mí desde entonces, Sancho, Don Quijote, el ama, el cura... el caballero de la blanca luna, y todos esto... son los que Doré grabó. No son otros, porque son los primeros Eso lo único porque claro, todo lo demás, los Salesianos lo censuraron de una manera brutal, brutal Pero en fín, los de Doré están, y me parece que tú lo has visto, cuando has ido a casa ese Quijote, sí. Bueno, 'El Quijote', que quieres que diga yo, es que se pueden decir cosas que parecen ya lugares comunes del Quijote. Pero claro, 'El Quijote' , 'El Quijote' son... ya lo he dicho, la Real Academia lo ha dicho alguna vez que 'El Quijote' son los ensayos de Montaigne pero novelados porque realmente, sí, sí, sí... la sabiduría que está en los ensayos de Montaigne está en el 'El Quijote' dicha con, con la galanura y la gracia de Don Miguel de Cervantes, y tal... pero, pero realmente... Hay un librito, un librito... ahora... lamento no acordarme del nombre porque era un librero de la calle Isaac Peral Isaac Peral, una de las librerías más... más rojezuelas que había en Madrid, ¿verdad? en la calle Isaac Peral y este librero que era un hombre muy culto, y además era editor editor de libros de ajedrez, ¿verdad? también editaba de vez en cuando algún librillo... y uno de ellos 'Los aforismos' sacados de 'El Quijote' y es un libro valiosísimo para mí porque realmente, hay muchas veces que para encontrar un pensamiento de (ininteligible) va uno al Aforismo, ¿verdad? y la libertad, la muerte, la prisión y la... y... tengo que acordarme del nombre porque además éramos muy amigos, ¿no? pero ya, en fín, pasan cosas... Bueno pues... no quiero entretenerles más... Muchas gracias a todos

Biografía

Vivió en Barcelona, donde trabajó como obrero y distribuidor de libros. Con su hermano Pau Espasa i Anguera fundó Espasa Hermanos que luego en 1877 hasta 1881 modificó su razón social al quedar solo José Espasa Anguera al frente de la editorial.[1]​ En 1881 se asoció con Manuel Salvat i Xivixell, su cuñado, dando origen a la nueva razón social Espasa y Compañía (1881-1897).[1]​ En 1897 el señor Salvat se separó de la razón social y esta hasta el 1908 tomó el nombre de José Espasa e Hijos, que incluía a los hijos y colaboradores del fundador: José Espasa Escayola, Juan Espasa Escayola, y Luis Espasa Escayola.[1]​ A partir de 1905 comenzaron los trabajos de edición de la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana,[1]​ conocida con el nombre de Enciclopedia Espasa. A la muerte de José Espasa Anguera, la editorial tomó la razón social de Hijos de José Espasa.[1]​ En 1925 la editorial Hijos de José Espasa se asoció con la Editorial Calpe y tomó el nombre de Espasa-Calpe, S.A.

Referencias

  1. a b c d e Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, 1908-1930, artículo "Espasa (Casa Editorial)".
Esta página se editó por última vez el 29 dic 2023 a las 13:42.
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