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Inmigración árabe a República Dominicana

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Árabes en República Dominicana
Bandera de la República Dominicana
 
Bandera de Líbano
 
Bandera de Siria
 
Bandera de Palestina
الدومينيكان العرب (en árabe)
Dominicanos Árabes (en español)
"Los turquitos"

Colonia Siria, colocada a principios del siglo XX
Pueblo de origen
Lugar de origen
Bandera otomana
 
Imperio otomano
Bandera de Líbano
 
Líbano
Bandera de Siria
 
Siria
Bandera de Palestina
 
Palestina
Descendencia estimada Alrededor de 1,000,000
Cultura
Idiomas Español dominicano con minorías en árabe
Religiones Predominante en cristianismo con minorías en islam

La inmigración árabe a la República Dominicana comenzó a finales del siglo XIX, principalmente desde el Líbano, Siria, Palestina y en menor medida, Egipto. Los inmigrantes árabes, anteriormente conocidos como "Los turquitos" por la mayoría de la población dominicana, llegaron al país huyendo de las precarias condiciones económicas, la represión política y la persecución religiosa en sus países de origen.[1][2]

A pesar de que se tiene registro de personas de tales etnias en suelo dominicano previo a las distintas oleadas de inmigración árabe que hubo, se sabe que la primera se produjo entre los 1880 y 1900, concretándose principalmente en las provincias fronterizas con Haití. Los inmigrantes se dedicaron a la agricultura, el comercio y la ganadería.[1]​ La segunda oleada, entre los 1900 y 1930, fue mucho más numerosa y se dispersó por todo el territorio nacional. Los árabes se establecieron en ciudades como Santo Domingo, Santiago, La Romana y Barahona, donde se destacaron en el comercio, la industria y las profesiones liberales.

La comunidad árabe ha tenido un impacto significativo en la sociedad dominicana. Sus aportes abarcan la economía, la cultura, la política, la ganadería y el entretenimiento. Los árabes han contribuido al desarrollo del comercio, la industria y la agricultura dominicana. También han enriquecido la cultura dominicana con su gastronomía, música, bailes y tradiciones.[1]​ Durante inicios del siglo XXI, se estimo que había mas de 500 000 personas de ascendencia árabe en la República Dominicana, lo que la convierte en una de las comunidades árabes más grandes de América Latina.

Historia

Crisis en el medio oriente

Mapa del imperio otomano en su máxima expansión

El siglo XIX marcó un período de declive para el "todo poderoso Imperio Otomano". Diversos factores, tanto internos como externos convergieron para debilitarlo. En el ámbito interno, la mala gestión, la corrupción y la competencia con las potencias europeas provocaron una crisis económica la cual representaría una terrible imagen internacional hacia la visualización de lo que antes sería considerado como uno de los organismos políticos más poderosos de su época.[3]​ La inestabilidad política, con un sultán débil y constantes revueltas y guerras, agravó aun más la situación. La discriminación religiosa tampoco puede ser olvidada, puesto que existía una fuerte represión social y maltrato hacia las minorías cristianas y judías, en manos de los musulmanes, quienes eran los que más tenían poder e influencia. El surgimiento de movimientos nacionalistas en las diferentes regiones del imperio ayudo a desestabilizar el control central. En el ámbito externo, las potencias europeas, como el Reino Unido, Francia y Rusia, expandieron sus territorios a expensas del Imperio Otomano.[3]​ Las guerras contra las potencias europeas le significaron grandes pérdidas territoriales y económicas. La constante intervención extranjera en sus asuntos internos debilitó aún más su soberanía. Las consecuencias del declive fueron devastadoras, y gracias a esto perdieron gran parte de sus territorios en Europa y África. Su ejército se volvió cada vez más débil comparado con los ejércitos europeos, convirtiéndose así en dependiente de las potencias europeas en lo económico y financiero. Finalmente, término desintegrándose en 1922, tras la Primera Guerra Mundial.[3]

Durante ese lapsus de tiempo, y debido a todos los efectos de su declive anteriormente descritos, ocurre el gran movimiento migratorio hacia otras naciones del globo.[4]​ Por causas evidentes de no poder encontrar lugares cercanos con las calidades de vida apropiadas, optan por moverse hacia otros continentes, en el que uno de los más beneficiados con respecto a su llegada sería las Américas. Uno de los lugares mayor influenciados por tal acontecimiento sería Latinoamérica y el Caribe, donde se forjaría nuevas generaciones de americanos identificados primordialmente con la tierra donde nacieron, pero con una ascendencia bastante marcada del medio oriente. Entre los países con más número de habitantes de origen árabe, figuran México, Argentina, Ecuador, Brasil, entre muchos otros, conformando así una gran familia extendida por toda América.[4][3]

Primera oleada

Durante la segunda mitad del siglo XIX, una primera oleada comenzó arribar a las costas de Puerto Plata, lugar de partida donde posteriormente se irían desplazando hacia otras partes del país. Aprovechando la gran cantidad de botes que partían desde muchos puertos del mediterráneo oriental, principalmente de los puertos de Beirut y Tiro mas los sobornos hacia las autoridades turcas, fueron capases de embarcar hacia nuevos destinos por una vida mejor.[1]​ Sin embargo, su llegada hacia diversas zonas de las Antillas no se desemboco precisamente por su conocimiento o interés de esa región en particular, si no mas bien por el traslado forzoso en el que se vieron envueltos tras los contratiempos presentados al pisar pie en lo que creían que sería su nuevo hogar, eso en la mayoría de casos. Para esas épocas, los Estados Unidos eran conocidos informalmente por muchas personas originarias del viejo mundo como "América", por lo que la única referencia que tenían aquellos de Asia al decirles ese nombre no estaba relacionado con todo el continente si no a un solo país.[5]​ Al muchos no cumplir los requerimientos estrictos implantados por las políticas estadounidenses con respecto a la inmigración, sobre todo en contra de la población no-blanca, mas las exigencias de sanidad, marcan varios destinos tanto cercanos como lejanos los cuales elegir como segunda opción.[5]​ A pesar de que la mayor parte de árabes se quedaron, muchos otros optaron por abandonar lo más rápido posible debido a no visualizar lo que estaban esperando exactamente. En cuanto a los que optaron por permanecer, enfrentaron las precarias situaciones en las que veían relacionados debido a su pobre extracto social. La mayor parte de los árabes que llegaban suelo dominicano, provenían de poblaciones rurales, tratándose de campesinos sin capital cultural para destacarse en actividades profesionales algunas.[5]​ Sin embargo, inicialmente se dedicaron a actividades comerciales y no a la agricultura, conocían de la dureza del trabajo del campo, de la mala remuneración y de la poca expectativa de ascenso social que proyectaba. En el siglo XXI, aun hay una cantidad considerablemente grande de habitantes que les llaman "turcos" o "turquitos" debido a que los pasaportes o salvoconductos que utilizaban para viajar eran de Turquía, consecuencia a su vez de que el Imperio Otomano (turcos) ocupaba toda esas zonas.[3]​Esta migración, estuvo marcada por jóvenes hijos de agricultores pobres, la gran mayoría, haciendo el viaje apoyando en pequeños ahorros y con base en préstamos que a penas cubrían los gastos del largo viaje. Según el escritor Orlando Inoa, autor del libro "Azúcar: árabes, cocolos y haitianos":[3]

"El nivel de pobreza que exhibían estos inmigrantes era tal, que fueron desalojados por inspectores de sanidad, debido al hacinamiento en que vivían en San Pedro de Macorís"

Retrato del presidente Ulises Heureaux


Además del comercio ambulante, se movilizaban por las zonas donde operaban los ingenios azucareros y por zonas rurales. Su llegada también coincidió con el proceso de desarrollo y modernización que vivía el país. Para entonces el presidente a cargo, Ulises Heureaux(Lilís), comenzaba la construcción del primer ferrocarril en suelo dominicano, el alumbrado eléctrico y el cable submarino. Además seguía en apogeo la industria azucarera, la cual había iniciado previo al ascenso de Lilís. Los libaneses, Sirios y Palestinos que se asentaban en territorio dominicano, arrastraban contratiempos con el comercio local. El sistema de comercio de buhoneros, promovido por los extranjeros, generaba muchas diferencias con los comerciantes locales.[5]​El sistema de comercio de buhoneros, promovido por los extranjeros, generaba muchas diferencias con los comerciantes locales.[5]​Además de la innovadora manera de comercializar sus mercancías puerta a puerta, también fueron los responsables en introducir el concepto "fiao" o "fiado" en dominicana. Su presencia iría creciendo con el tiempo, sobre todo teniendo la mayor relevancia en la provincia de Santiago.

Segunda oleada

Muelle de Puerto Plata, 1910, lugar donde muchos libaneses llegaron por primera vez

Otro grupo de árabes llegó a dominicana en 1911, procedentes de Haití.  Entre este grupo se cuentan los Dumit (Badui Dumit), los Fadul y los Ramia, todos originarios de Mezziara en el Líbano. También vinieron entonces los Antonio, los Howley, los Jaar y tal vez los Hasbún (hay que indagar con algún familiar), entre muchos otros. Tal migración tuvo su origen debido a las enérgicas peticiones de los gobernantes haitianos al igual que comerciantes tanto locales como extranjeros para que se expulsara a todos los árabes del país de inmediato.

Ya para estas fechas, muchos habrían dejado el comercio ambulante a un lado, abriendo pequeños negocios como tiendas de comestibles, bazares y almacenes.[3]​ Con el tiempo, algunos expandieron sus negocios a nivel nacional e internacional. Muchos árabes se dedicaron posteriormente a la agricultura, cultivando productos como tabaco, café, caña de azúcar y frutos tropicales. Algunos incluso llegaron a ser propietarios de grandes fincas y ser ricos terratenientes. Además, mostraron una gran capacidad emprendedora, creando nuevas empresas en diversos sectores como la industria, la construcción y la banca, como dicho antes.[6]

Para 1920, en el país, ya se habían asentado más de 1300 árabes, distribuidos por casi todo el territorio dominicano. Para esa fecha, se habían nacionalizado 162. Una representación visual más detallada hace notar su fuerte presencia durante los inicios de tal siglo:[5]

Ubicación Número de árabes
Santo Domingo 250
San Pedro de Macorís 204
Santiago 196
Duarte 155
Espaillat 125
El Seibo 80
La Vega 61
Azua 58
Puerto Plata 55
Barahona 54
Samaná 47
Monte Cristi 31

La educación fue vista como una herramienta fundamental para la movilidad social. Los árabes invirtieron en la educación de sus hijos, quienes luego llegaron a ocupar posiciones profesionales importantes en el país. Su ética de trabajo, operando durante largas horas y con gran dedicación, junto con la cultura árabe del ahorro, les permitió acumular el capital suficiente para invertir en sus futuros proyectos, negocios y propiedades. Las fuertes redes de apoyo entre ellos les facilitaron el acceso a oportunidades de trabajo. A pesar de mantener algunas tradiciones de su cultura de origen, se integraron a la sociedad dominicana de manera absoluta, adoptando el idioma y las costumbres locales. En la mayor parte de los casos, colocándoles nombres completamente hispanos a sus hijos, manteniendo solo el apellido como única vía de recordatorio de su origen étnico.[3][6]

Establecimiento y competencia comercial

El caso de la familia Haché, de origen libanés, se sabe que llegaron a República Dominicana en 1886. Los hermanos Julián y Nacif Haché, este último mencionado previamente, iniciaron un negocio de provisiones en Puerto Plata, expandiéndose luego a Santiago con "La Surianja", "Las Tres B" y "Gran Baratillo".[7]​ Su éxito los llevó a la exportación de caña de azúcar y a fundar "La Flor de Jobero" en Sánchez. En el siglo XX, diversificaron sus inversiones incursionando en la banca, la industria y los medios de comunicación. Figuras como José Antonio Haché y su hijo Pedro Antonio Haché elevaron el perfil de la familia, siendo este último vicepresidente del país entre 1978 y 1982.[7]

En 2024, los Haché siguen siendo una de las familias más influyentes de República Dominicana, con importantes empresas en diversos sectores, manteniendo un legado de trabajo, filantropía y compromiso social.

Gastronomía

Una de las características más notables que influenció la presencia árabe en suelo dominicano estuvo relacionado con la gastronomía, dejando una marca tan palpable en la sociedad dominicana moderna. Esto a llegado a tales punto que mucho platillos "dominicano" con fuertes raíces del medio oriente son considerarlos como autóctonos del país, todo igualmente fusionado con la cocina local criolla.[8]

Bandeja de Quipes y Empanadas

El más famoso de este grupo sin duda, es el "Quipe dominicano". Sus orígenes se remontan a los inmigrantes libaneses pertenecientes a la primera oleada que se asentaron inicialmente en la ciudad de Puerto Plata. La raíces del quipe vienen claramente del Kibbe y cual la pólvora, se esparció por toda Latinoamérica mediante la llegada de estos inmigrantes. Cada país recreando su propia versión, pero sin romper lazos con su lugar de origen. Una diferencia bastante palpable entre el quipe dominicano con su ascendiente oriental seria en su método de preparación. Mientras que en dominicana se acostumbra prepararlo de manera frita, en muchos países del medio oriente lo común es que se haga al horno.[9]

En la mayoría de casos, se suele combinar los quipes con las empanadas criollas o los Yaniqueques, creando así una amalgama interesante entre las diversas culturas que fueron incrustadas en la identidad dominicana. En el caso de la empanadas, representando la influencia Española heredada de la colonización mientras que los quipes, representando la libanesa. Otro plato con cierta relevancia a nivel nacional serían los "Niños envueltos", cuya presencia lleva el mismo título en otras partes de Latinoamérica, todas teniendo orígenes orientales. Este curioso platillo posee sus raíces en el Malfouf Mahshi y el Yaprak, su preparación varía según el lugar en el que se encuentre.[10]​ Los famosos "Tipiles" son parte de estas influencias igualmente, con orígenes del Tabbule, es uno de los platillos con mayor cantidad de consumidores en el país, solo detrás de los dos previamente mencionados.[11]

Comida de influencia árabe en República Dominicana
Quipes
Niños envueltos en salsa de tomate
Tipile
Pastelón de Berenjena
Queso Arish

Entre los platillos menos conocidos figura el "Pastelón de berenjenas", un claro recordatorio de un producto bastante utilizado en el medio oriente para hacer diversas comidas. Los árabes preparan diversos platos con las berenjenas, desde rellenas hasta ricos estofados con cordero y también preparan cremas que usan como dips para untar su típico pan, el pan pita. Se estima que el cultivo de las berenjenas empezó desde tiempos prehistóricos y sus inicios fueron en el sur y al este de Asia, los registros que se han encontrado son en la lengua sánscrita y mencionan cultivos de berenjenas 300 a. C. En el año 1767 se registró la palabra "eggplant" que significa berenjena en inglés. En ese entonces las berenjenas eran pequeñas, redondas y se podían conseguir de colores, amarillas y blancas. Los responsables de esparcir la berenjena fueron los mismos árabes. Su preparación consiste en capas, al igual que diversa comidas mediterráneas. Primero, se fríen las berenjenas cortadas en rodajas hasta dorar. Luego, se guisa la carne molida con cebolla, ajo, pimientos y especias. Se prepara una bechamel con leche, mantequilla, harina y nuez moscada. En una fuente, se coloca una capa de berenjenas, seguida de carne, bechamel y queso. Se repiten las capas hasta terminar con berenjenas y queso, donde posteriormente se hornean hasta quedar listo para el consumo. El "Queso Arish" por otro lado, es otro plato de origen árabe pero el cual es meramente conocido por la mayoría de dominicanos debido a que solo se consume en ciertas regiones, siendo las más destacadas San Juan de la Maguana y Las Mastas de Farfán.[12][13]​ Se trata de un queso descremado, semi pastoso y de suave textura para comer. Tradicionalmente adornado con orégano, posee un sabor agrio-picante el cual ha tenido bastante fama en la región sur.[14]​Puede poseer orígenes en el Shanklish.

Muchos lugares de comida callejera pueden ser encontrados en dominicana donde se visualiza la venta y se ve la influencia que dejaron los árabes en el país con su cultura gastronómica Muchos de estos, creando una variedad entre los productos nacionales y los extranjeros. Tal poder han desarrollado en ese ámbito, que existen diversas cadenas especializadas en comida del medio oriente, el más destacado siendo "La libanesa". Uno de los más recientes, y que ha estado ganando éxito durante varios meses, es llamado "Hummus", enfocado en un menú más orientado a las comidas orientales poco comunes en dominicana.

Referencias

Enlaces externos

Esta página se editó por última vez el 10 abr 2024 a las 06:16.
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