To install click the Add extension button. That's it.

The source code for the WIKI 2 extension is being checked by specialists of the Mozilla Foundation, Google, and Apple. You could also do it yourself at any point in time.

4,5
Kelly Slayton
Congratulations on this excellent venture… what a great idea!
Alexander Grigorievskiy
I use WIKI 2 every day and almost forgot how the original Wikipedia looks like.
Live Statistics
Spanish Articles
Improved in 24 Hours
Added in 24 Hours
What we do. Every page goes through several hundred of perfecting techniques; in live mode. Quite the same Wikipedia. Just better.
.
Leo
Newton
Brights
Milds

Autoría de los escritos joánicos

De Wikipedia, la enciclopedia libre

San Juan en Patmos, de Velázquez.

Los escritos joánicos son el Evangelio de Juan; la primera, la segunda y la tercera epístola de Juan, y el Apocalipsis. Todos ellos comparten ciertas similitudes en el trasfondo teológico, pero también hay diferencias que originan debate hoy.

Tradicionalmente, estos libros del Nuevo Testamento se han atribuido a Juan el Apóstol, de quien se asume que es el mismo que el Evangelista; sin embargo, especialmente desde que hay una crítica fuerte, la cuestión sobre la autoría de los escritos joánicos ha sido disputada. Anteriormente, la cuestión de la autoría de los cinco libros era apenas tocada. Sin embargo el decreto del Concilio del año 382, diferencia el Evangelio, la primera epístola y el libro del Apocalipsis, que son atribuidos a Juan el Apóstol, mientras que la segunda y tercera epístolas se atribuyen a Juan el Presbítero.

En la actualidad, los textos siguen siendo aproximados separadamente; los puntos de vista en materia de la autoría varían desde afirmar que son del Apóstol, a afirmar que el autor es otro, llamado Juan por conveniencia, a teorías de autoría en grupo.

YouTube Encyclopedic

  • 1/1
    Views:
    39 898
  • ¿Quién es Juan? - Curso Evangelio de San Juan 01

Transcription

Hola a todos, bienvenidos sean este curso sobre el evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. Vamos a iniciar con una oración: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Santo Espíritu y se renovará la faz de la tierra. ¿Quién es Juan? Creo que la mejor manera de comenzar un estudio sobre el evangelio de san Juan es conociendo un poco más acerca de la persona y del apóstol san Juan, para ello nos apoyaremos en algunas confesiones que hacen los evangelios sobre él. Partimos pues la pregunta ¿Quién es Juan? Hijo de Zebedeo. Juan es hijo de Zebedeo, esto lo podemos constatar en el siguiente texto del evangelio de san Marcos 1,20 dice así: al instante lo llamó y ellos dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros se fueron tras Él. Palabra de Dios. Los hijos de Zebedeo dejan a su padre para seguir los pasos de Jesús y convertirse en pescadores de hombres, como lo dice en marcos 1, 17. Al parecer el padre y ambos hijos eran pescadores, probablemente de la localidad de Cafarnaúm. Hermano de Santiago el Mayor El hermano de Juan que deja su padre es Santiago como dice mateo 10,2: los nombres de los doce apóstoles son estos: Primero Simon, llamado Pedro y su hermano Andrés Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan. Palabra de Dios. A este Santiago se le llamará algunas veces Santiago el mayor, pues recordemos que había otro Santiago entre los apóstoles. Como hermanos Santiago y Juan tenían muchas características de personalidad en común que la Sagrada Escritura nos permite ver. Como dato curioso entre estos dos hermanos Santiago el mayor es el primero en morir entre los apóstoles y por el contrario Juan es el último. Hijos del Trueno. No solamente son los hijos de don Zebedeo si no que Jesús mismo los llama Boanerges que significa los hijos del trueno. Hay una sola cita bíblica que deja constancia de esto y es la de Marcos 3, 16 - 17 dice lo siguiente: Instituyó a los dosce y puso a Simón que el nombre de Pedro, a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno. Palabra de Dios. Alguna vez escuché al cantante Martín Valverde comentando esta cita bíblica y él decía, en tono de broma claro está, que el cambio de nombre era a causa de que tenían una voz muy potente, como los truenos, en lugar de hablar gritaban. Temperamento Explosivo los evangelios no dan el motivo exacto de este nombre, es más probable que se debiera a un temperamento explosivo, como de trueno, el cual se deja ver en aquella ocasión cuando los dos hermanos piden permiso a Jesús para acabar con una población de Samaria donde no les dieron posada. Esto le encontramos en Lucas 9,54 donde dice así: Al verlo sus discípulos Santiago y Juan dijeron ¿Señor, quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma? Palabra de Dios. Básicamente querían repetir lo sucedido en Sodoma y Gomorra, donde los dos ángeles del señor fueron acosados por el pueblo para abusar de ellos. Esto lo encontramos escrito en el libro del Éxodo, capítulo 19 por si alguien lo quiere ver. Jesús los reprendió. Es muy claro que la gravedad de la situación no se puede comparar, y por supuesto jesús no se los iba a permitir, la falta de los samaritanos no correspondía en nada a las faltas en Sodoma y Gomorra y en consecuencia tampoco el castigo que los hijos del trueno pretendían, en su rabia, imponer a aquella población. El pasaje termina en el versículo 55 y dice que Jesús se volvió a ellos y los reprendió. La Ambición de los Hermanos. Otra de las características que tenían en común estos hermanos era la ambición, lo cual tampoco es algo que imaginemos de san Juan el místico o el contemplativo, como algunos lo llaman, y con justa razón. Si bien san Lucas nos revela que Juan tenía un mal carácter, ahora son Marcos y Mateo los que descubren que también era ambicioso, buscaban poder y los primeros lugares, al igual que su hermano, y quizás hasta su propia madre, como veremos a continuación. Leamos pues Marcos 10 del 35 a 37 dice así: Se acercan a Él Santiago y Juan los hijos de Zebedeo y le dicen: maestro queremos que nos concedas lo que te pidamos. Él les dijo: ¿Qué quieren que les conceda? Ellos le respondieron: Concédenos que nos sentemos en tu gloria, un a tu derecha y el otro a tu izquierda. Palabra de Dios. Creo que el relato es muy claro mostrándonos esa ambición que suele haber en el corazón humano, Santiago y Juan no estaban ajenos a ella y deseaban ser colocados en los puestos por encima incluso de los demás apóstoles. Curiosamente el Mateo 20,20 encontramos que fue la madre de éstos la que pedía a estos puestos principalísimos para sus hijos, quienes la acompañaban al momento de la petición. División entre los Apóstoles. Esto indudablemente causaría división entre el grupo de los apóstoles y de eso toma cuenta Marcos quien agrega en el versículo 41 lo siguiente: al oír esto los otros diez empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Palabra de Dios. A veces pensamos que el grupo de los apóstoles era pacífico y amoroso, pero de este tipo de divisiones hay varios relatos, los cuales el mismo Juan va a describir alguno que otro en su propio evangelio. Sólo Dios es Bueno. Es muy importante saber que el Señor Jesucristo no toma a las personas que son santas y perfectas, sino por el contrario las toma imperfectas para que ellas brille con más poder la gracia de Dios que santifica las armas. De aquí aprendemos que Dios no espera que seamos perfectos, sino que trabaja en las almas para perfeccionarlas como el alfarero al barro. Si esperamos a ser buenos para acercarnos, nunca nos acercaremos al Señor por esto Jesús nos dice que en Marcos 10,18 que sólo Dios es bueno. Los tres más cercanos a Jesús. No obstante estos defectos Juan junto a su hermano Santiago y Pedro gozaron el privilegio de ser del círculo más cercano entre los doce apóstoles de Jesús. Esto queda muy bien constatado en los evangelios incluso es algo que él mismo apóstol Pablo reconocerá. Leamos los siguientes versículos: Marcos 5,37 dice así: Y no permitió que nadie lo acompañará a no ser Pedro, Santiago y Juan el hermano de Santiago.Palabra de Dios. Marcos 14,32 y 33: van a una propiedad cuyo nombre es Getsemaní y dice a sus discípulos: Siéntese aquí mientras yo hago oración tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan y comenzó a sentir pavor y angustia. Palabra de Dios. Lucas 9,28: Unos ocho días después de estas palabras tomó consigua Pedro, Juan y Santiago y subió al monte a orar. Palabra de Dios. Finalmente encontramos lo siguiente en gálatas 2,9: Reconociendo la gracia que me había sido concedida, Santiago, Cefas y Juan que eran considerados como columnas, nos tendieron la mano en señal de comunión a mi y a Bernabé para que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los circincisos. Palabra de Dios. A este trío que san Pablo los llama columnas entre los mismos apóstoles, se le reconoce como los tres más cercanos a Jesús y ellos vieron cosas que nadie más pudo ver. Loss Maestros de Juan. Para entender mejor a Juan y su evangelio es preciso ir un poco más allá y que conozcamos los maestros que le guiaron a lo largo de su vida, que es lógico suponer que su madre y su padre y probablemente el mismo Santiago, su hermano mayor, fueron quienes le educaron en sus primeros años de vida, particularmente en la fe. Él mismo nos va enseñando en su evangelio a cada uno de los maestros que el Altísimo le va dando. Juan el Bautista: Juan muy pronto tendrá su primer gran mentor, al mismísimo Juan el Bautista esto lo podemos ver en Juan 1, 35 a 37 donde dice así: Al día siguiente el cual se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos fijándose en jesús que pasaba dice he ahí el Cordero de Dios. Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Palabra de Dios. Muchos judíos seguian a Juan el Bautista pero es de suponer que sólo unos pocos eran sus discípulos, entre estos encontramos a Juan el apóstol,el evangelista, quien es uno de esos dos discípulos que escucharon de Juan el Bautista la frase he ahí el Cordero de Dios. Se cree que en ese momento san Juan tendria entre 16 y 18 años. Era muy joven y seguramente apasionado por la obra de Dios, tal cual era el mismo Juan Bautista, aquel de quien Jesús dice Mateo 11,11: En verdad les digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista, sin embargo el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. Palabra de Dios. Si bien el Bautista es un gran maestro para Juan, yo podría atreverme a decir que fue el menor de sus grandes maestros. Jesucristo y el Discípulo Amado. Si continuamos la lectura encontraremos al siguiente maestro de Juan. Leamos pues los versículos 38 y 39 donde dice así: Jesús se volvió y al ver que le seguían les dice: ¿qué buscan? ellos le respondieron: "Rabí" que quiere decir maestro ¿dónde vives? Les respondió: Vengan y lo verán. Fueron pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día, era más o menos la hora décima. Palabra de Dios. Es aquí donde san Juan tiene un verdadero encuentro personal con Jesucristo este encuentro le transformaría el resto de su vida. Cabe recordar que el evangelio de san Juan se escribiría entre 60 y 70 años después de este encuentro pero Juan lo tiene tan presente como si fuese ayer, pues recuerda las palabras y la hora a la que se dio el encuentro, por ello es que sabemos, sin lugar a dudas, qué este es un parteaguas en la vida de san Juan. Jesús, su segundo maestro, le enseñará a tiempo completo durante tres años precisamente para pulir un poco las imperfecciones del apóstol que veíamos minutos atrás. San Juan no sólo fue un discípulo sino que fue el discípulo amado de Jesucristo como lo vemos en la siguiente cita bíblica donde también encontraremos al nuevo maestro, o debo decir maestra de san Juan. La Santísima Virgen María. Leamos Juan 19 del 26 al 27 dice así: Jesús viendo a si madre y junto a ella al discipulo a quien amaba dice a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre y desde aquella hora el discípulo la llevo a su casa. Palabra de Dios. Dos aspectos importantes sacamos de aquí: el primero es que no aparece el nombre de Juan, si no que se le menciona como el discípulo amado de Jesucristo y también vemos que ahora tendrá como maestra a la Santísima Virgen María y esto por muchos años según constata la tradición de la iglesia. Es impresionante ver el tamaño de maestros que ha recibido Juan hasta este momento. Yo me he preguntado muchas veces qué cosas confiaría la Virgen María san Juan. por ejemplo yo le preguntaría más sobre la infancia de Jesús pues es algo de lo que poco hablan los evangelios. También preguntaría lo que ella sabía del milagro de las bodas de caná yo muchas muchas cosas más pues como nos dice Lucas 2,51 "ella guardaba todas esas cosas en su corazón" Palabra de Dios. Y como sabemos si hay alguien que puede conocer y entender a un hijo es precisamente su madre. ¿Tú qué le preguntarías a la Virgen María sobre su hijo Jesucristo? El Espíritu Santo. Pero por si fuera poco para Juan tener tales maestros, encontramos en el mismo evangelio de san Juan capítulo 20 versiculos del 22 al 23 lo siguiente: Dicho esto soplo y les dijo: reciban al Espíritu Santo, a quienes perdonen los pecados les quedan perdonados, a quienes se los retengan les quedan retenidos. Palabra de Dios. Algo muy parecido encontramos en Hechos de los apóstoles 2 del 1 al 3: Al llegar el día de Pentecostés estaban todos reunidos con un mismo objetivo. De repente vino del cielo un ruido como una impetuosa ráfaga de viento que lleno toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; se llenaron todos Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Palabra de Dios. Como queda claro el cuarto maestro de san Juan es el mismo que Espíritu Santo de Dios del cual Jesús nos dice en Juan 14,26: Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todo y les recordará todo lo que yo les he dicho. Palabra de Dios. Juan el Bautista luego Jesucristo, la Santísima Virgen María y ahora es el Espíritu Santo de Dios. Sinceramente creo que Dios no se mide con los maestros que le otorga al apóstol san Juan El Espíritu Santo será quien le inspire a escribir el evangelio las cartas y el apocalipsis más delante. Dios Padre Seguramente habrá quien no lo crea, pero eso no fue todo, hay algo todavía más grande que recibe el apóstol Juan de parte de Dios y eso le encontramos en apocalipsis 4 del 1 al 3 dice así: Después tuve una visión que aquí que una puerta estaba abierta en el cielo y aquella voz que había oído antes, como voz de trompeta que hablara conmigo me decía: Sube acá que te voy a enseñar lo que ha de suceder después. Al instante caí en éxtasis. vi que un trono estaba levantado en el cielo y Uno sentado en el trono. Palabra de Dios. El apóstol san Juan estando aún vivo aunque ya anciano y en los últimos años de su vida puede ver al mismísimo Dios en el cielo, sentado en su trono, escucharlo y aprender de él. Sinceramente ya no sé qué más decir de los dones que Dios que otorga este apóstol, ese del que decíamos que tenía un mal temperamento, que buscaba las primeras posiciones, que deseaba la destrucción de una población porque lo despreciaron, que provocaba divisiones, ahora ya anciano lo podemos ver cómo el hombre contemplativo que escribió el evangelio más místico de los evangelios, el más hermoso, del más lleno de sabiduría, el evangelio del discípulo amado, y del amor. Juan recibe mucho y da mucho. Porque san Juan recibe mucho es que puede dar mucho, en la misma gracia de Dios que actúa en el corazón del apóstol, y por eso mismo san Juan nos ha brindado una serie de escritos que se conservan en la Sagrada Biblia. Estos son: El evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan, la Primera Segunda yTercera carta del apóstol san Juan y el libro del Apocalipsis. Juan es Obra de la Gracia de Dios. Abundante es el fruto que da este apóstol que se va dejando transformar por Dios, por la gracia de dios, como dice san Pablo en Primera de Corintios 15,10: Mas por la gracia de Dios soy lo que soy y la gracia de Dios no ha de ser y la gracia de dios no ha sido estéril en mí antes bien he trabajado más que todos ellos pero no ha hecho si no la gracia de Dios conmigo. Palabra de Dios. Esto mismo que le sucedió al apóstol Pablo de lo que le sucede al apóstol Juan, pero no sólo a ellos sino a todos aquellos que, como dice el salmo 51 verso 19 se acercan a Dios con un corazón contrito y humillado. Te invito a que me acompañes en este pequeño curso del evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san jJuan en el que espero podamos aprender mucho de la experiencia del apóstol y convertirnos, al igual que él, en el discípulo amado de Jesucristo. Es hermoso ver que no obstante sus defectos, pecados y limitaciones Juanl se concentró en la grandeza del Señor, para quien nada es imposible. Pidamos pues al Espíritu Santo de Dios que con este curso nos llene con su gracia y nos transforme como lo hizo con el apóstol Juan. San Juan apóstol, ruega por nosotros... En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Mi nombre es Francisco Delgado y quiero pedirte que si te gustó este vídeo me apoyes y nos recomiendes con tus amigos y familiares. Por favor no olvide suscribirte para que recibas también los siguientes capítulos de este curso de biblia el evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan. Con el permiso de Dios y con la intercesión de María Santísima, nos vemos en el siguiente.

Historia del uso de los escritos joánicos

En los primeros dos siglos del cristianismo, el Evangelio de Mateo fue el instrumento primario de catequesisJuan ha sido siempre considerado el último en ser escrito, tradicionalmente se da la fecha de autoría entre los años 90 y el 100, aunque los estudios modernos sugieren a menudo una fecha todavía posterior. Bajo la influencia de Ireneo y su "canon de la verdad" de los cuatro evangelios, el Evangelio de Juan se convirtió en la piedra angular de la catequesis bautismal en Roma. Durante el Primer Concilio de Nicea, el Evangelio fue uno de los mayores soportes de la alta Cristología propuesta por los padres del concilio.

Por un lado, varios padres de la Iglesia del siglo II nunca citaron a Juan, y por otro lado, el comentario escrito más antiguo de cualquier libro del Nuevo Testamento fue el escrito sobre Juan por Heráclito, un discípulo del gnóstico Valentinius. Los Manuscritos de Nag Hammadi muestran que muchos de los primeros lectores del Evangelio de Juan respondían al texto en "sorpresivas e imaginativas maneras" (Pagels 2003 p. 115&ndash117). Orígenes, Agustín, Juan Crisóstomo y Cirilo de Alejandría hicieron comentarios de los trabajos joánicos, siendo los de Agustín los más numerosos. En la Edad Media, comentarios importantes fueron escritos por Ruperto de Deutz y Tomás de Aquino.

Historia de la escuela crítica

La era de la escuela crítica de las obras comenzó con la obra de K.G. Bretschneider en 1820 sobre la autoría joánica. Bretschneider cuestionaba la autoría apostólica del Evangelio, e incluso declaraba con base en el poco conocimiento que el autor parecía tener del territorio de Palestina. Él razonó que, ya que el significado y naturaleza del Jesús presentado en el Evangelio de Juan era muy diferente al de los Evangelios sinópticos, su autor no podía haber sido un testigo presencial de los eventos. Bretschneider citó el carácter apologético de Juan, indicando una fecha posterior de composición.

Siguiendo la filosofía de Hegel, F.C. Baur negó cualquier valoración histórica del Cuarto Evangelio. Declaró que se trataría solamente del trabajo de síntesis de una tesis-antítesis de acuerdo al modelo Hegeliano—síntesis entre la tesis Judeo-Cristiana (representada por Pedro) y antítesis del cristianismo gentil (representada por Pablo). También citaría en sus epístolas una síntesis con las fuerzas opuestas dualistas del Gnosticismo. Por entonces se asignó al Evangelio una fecha de redacción en torno al año 170. Algunos críticos modernos utilizan esta referencia para una datación tardía del Evangelio.

El Evangelio

Crítica literaria en el siglo XIX e inicios del XX

Aunque el movimiento crítico alcanzó casi un completo acuerdo sobre las hipótesis de las dos fuentes sobre los Evangelios sinópticos, no se ha llegado a ningún acuerdo sobre las fuentes literarias de los escritos joánicos. Probablemente un ejemplo típico de teoría crítica sobre el desarrollo de estas fue dado por Julius Wellhausen en 1908. Él hipotetizó sobre un documento base que fue grandemente modificado por un editor posterior. Según él se podía separar el documento base de las ediciones, alabando el documento base, y condenando al editor posterior por su intrusión. Otros críticos, como E. Schwarz, listaron docenas de "aporías" o indicaciones de ruptura en las narrativas y los discursos.

El criticismo en el temprano siglo veinte se centraba en la idea del Logos (verbo), que fue percibido como un concepto helenista. Así, H. J. Holtzmann hipotetizó sobre una dependencia de la obra de Philo Judaeus; Albert Schweitzer consideró la obra como una versión helenizada del misticismo paulino, mientras que R. Reitzenstein buscó el origen de la obra en las religiones mistéricas egipcia y persa.

Rudolf Bultmann tomó una aproximación diferente a la obra. Hipotetizó un origen Gnóstico (específicamente del Mandeísmo) para la obra. Hizo notar las similitudes con el corpus Paulino, pero le atribuyó esto al fondo común helenístico. Declaró que los muchos contraste en el Evangelio, entre la luz y la oscuridad, la verdad y la mentira, arriba y abajo, etc., muestran una tendencia al dualismo, explicada por las raíces gnósticas de la obra. A pesar del origen gnóstico, Bultmann le atribuye al autor varias mejoras sobre el gnosticismo, como la postura judeocristiana de la creación y la desmitificación del papel de Redentor. Su análisis dejó al Evangelio como una investigación sobra Dios que es completamente Otro y trascendente, y sin dejar lugar en la visión del autor para la Iglesia o los sacramentos.

El análisis de Bultmann es aún ampliamente empleado en países de habla alemana, aunque con muchas correcciones y discusiones. Igualmente se han hecho amplias refutaciones a su análisis. Hoy en día, muchos exégetas cristianos rechazan gran parte de la teoría de Bultmann, pero aceptan algunas de sus intuiciones. Por ejemplo, J. Blank usa a Bultmann en su discusión sobre el Juicio Final y W. Thüsing lo usa para discutir la ascensión y glorificación de Jesús.

En el mundo de habla inglesa, Bultmann ha tenido menos impacto. En su lugar, los estudiosos tienden a continuar la investigación de las teorías helenísticas y platónicas, generalmente regresando a teorías cercanas a las de la interpretación tradicional. Por poner un ejemplo, G.H.C. McGregor (1928) y W.F. Howart (1943) pertenecen a este grupo.

Charles Alfred Honoré Guignebert, que fue profesor de historia del cristianismo en La Sorbona y uno de los más importantes autores sobre el cristianismo primitivo a principios del siglo XX, dice:

"Más tarde estudiaremos el cuarto evangelio, pero en lo referente a él, son muy claras las conclusiones de la crítica liberal; es posterior a los otros, que ha utilizado deformándolos; es muy dudoso que conociera otras tradiciones precisas que las que contienen estos. No se podría atribuir al apóstol Juan, y no tiene ningún valor propiamente histórico; no es más que una 'contemplación mística del Evangelio' (Loisy); obra de un judeo-cristiano, muy al tanto de las especulaciones de Filón de Alejandría o de su escuela" ("Manual de historia antigua del cristianismo", ISBN 987-22675-6-1, pág. 50)

Crítica reciente

El descubrimiento de los Manuscritos del Mar Muerto en Qumrán marcaron un cambio en la escuela joanina. Muchos de los himnos, que se presume vienen de una comunidad Esenia, contienen el mismo juego entre opuestos —luz y oscuridad, verdad y mentira— que el Evangelio contiene. Por lo tanto la hipótesis de que el Evangelio se basaba en el Gnosticismo cayó en desuso. Muchos sugirieron que Juan el Bautista perteneció a la comunidad Esenia, y si Juan el Apóstol fue anteriormente discípulo del Bautista, pudo haber sido influenciado por su enseñanza.

La revolución resultante en la escuela joánica fue denominada la nueva visión por J.A.T. Robinson, que acuñó la frase en 1957 en Oxford. De acuerdo a Robinson, esta nueva información ponía la cuestión de la autoría en una postura relativa. Consideró la existencia de un grupo de discípulos alrededor del anciano Juan el Apóstol que escribieron sus memorias, mezclándolas con especulación teológica, modelo que ya había sido utilizado por Renan en Vie de Jésus ("La vida de Jesús", 1863). El trabajo de estos estudiosos llevó el consenso otra vez a un origen Palestino del texto, en vez de un origen helenístico favorecido por los críticos de décadas anteriores.

En cualquier caso, la "fiebre de Qumrán" que se originó por el descubrimiento de los Manuscritos está decayendo gradualmente, con las teorías de influencias gnósticas en las obras joánicas volviendo a ser propuestas, en especial en Alemania. Algunas posturas recientes han visto la teología de los escritos joánicos como directamente opuestas a los "cristianos de Tomás" (Riley 1995; Pagels 2003).

Historicidad

Con la excepción de la Vie de Jésus de Renan, que alababa los detalles históricos y geográficos presentes en el Evangelio, prácticamente todos los críticos anteriores al siglo XX negaban cualquier valor histórico a la obra, basándose sobre todo en sus conclusiones sobre siete tesis particulares: primero, que la tradición de la autoría por Juan el Apóstol fue creada a posteriori para dar soporte a la autoridad del libro; segundo, que el libro no procede ni siquiera indirectamente del relato de un testigo ocular; tercero, que el libro fue escrito como una obra apologética, no como historia; cuarto, que la tradición sinóptica fue usada y adaptada muy libremente por el autor; quinto, que estas desviaciones no eran debidas a la aplicación de otras fuentes desconocidas a los autores de los evangelios sinópticos; sexto, que los discursos en el Evangelio expresan no las palabras de Jesús, sino las del evangelista; y por lo tanto, que el cuarto Evangelio no tiene ningún valor como suplemento de los sinópticos.

Se apuntan algunos pasajes como soporte a favor del carácter histórico de algunos hechos contenidos en el relato evangélico:

  • En el segundo capítulo, cuando Jesús limpia el Templo de Jerusalén, los judíos le dicen que el Templo ha estado bajo construcción por 46 años. Dicha construcción comenzó el año 20 a. C. bajo Herodes el Grande, fechando la limpieza del Templo en el año 27, precisamente cuando los estudiosos modernos ubican el comienzo del ministerio de Jesús.
  • Similarmente, la cronología de Juan sobre la muerte de Jesús parece más realista, ya que los Evangelios Sinópticos tienen el juicio antes del Sanedrín en el primer día de la Pascua, que era día de descanso, mientras que en el relato de Juan los hechos se producen en la Paresceve. Se indican así determinados datos que resultarían incompatibles con el relato sinóptico: Simón de Cirene que vuelve de trabajar del campo, mujeres que van a comprar ungüentos, José de Arimatea que compra una sábana, etc. Sin embargo, esto podría ser solamente debido a que los autores de los evangelios tendrían un recuento más claro y neutral de los eventos que como sería visto por alguien en el presente.
  • La descripción de Jerusalén se ajusta más a la situación anterior a los sucesos del año 70, concretamente son exactos los detalles relacionados con el estanque de Siloé, el pórtico de Salomón como lugar de resguardo durante el invierno y el pavimento de losas del pretorio de Pilato. Las noticias del cap. 4 acerca del  estanque Bethesda son correctas en cuanto al nombre situación y estructura.[1]
  • Parecen exactas las alusiones del Cap. 4 de Juan en relación con los samaritanos a su teología, su práctica del culto en el Monte Guerizín y la localización del pozo de Jacob.[1]
  • Los temas teológicos vienen marcados por el calendario religioso, particularmente en relación con la Pascua (cap. 6) y la fiesta de los tabernáculos (caps. 7-8) reflejan según Raymond E. Brown un conocimiento exacto de las ceremonias y lecturas sinagogales asociados a estas fiestas.[1]
  • Burney ha señalado, como la generalidad de los críticos desde Grocio apuntan que la lengua materna del autor es semítica.[2]​ Por otra parte existen diversas trasliteraciones contextuales, pero a diferencia de lo que sería esperable en un judío del siglo II se trata de arameísmos pero no de hebraísmos. En general vocabulario en griego es muy pobre se encuentran no más de mil vocablos distintos.[3]
  • Fredriksen 2002 (ver también [1]) ve la explicación del arresto y crucifixión de Jesús en el Cuarto Evangelio como la más plausible históricamente: "La motivación de los sacerdotes es clara y tiene sentido común: 'Si dejamos que [Jesús] continúe... los Romanos vendrán y destruirán nuestros lugares sagrados y nuestra nación.' Caifás continúa, 'Es necesario que un solo hombre muera por el bien del pueblo, a que toda la nación perezca' (Jn 11,48-50)".

Autoría

Juan el Evangelista, Evangelios de Rábula.

Crítica temprana

De acuerdo con algunos críticos, las primeras personas en usar el Evangelio de Juan fueron los gnósticos desde principios hasta mediados del segundo siglo, basándose en los comentarios hechos a Juan por los Gnósticos Ptolomeo y Heracleón, citados por Ireneo y Orígenes. Otros van más allá y declaran que el autor mismo era Gnóstico, citando similitudes con el Evangelio de Tomás y el Evangelio de Felipe.

El primer testigo certero de la teología joánica entre los Padres de la Iglesia es Ignacio de Antioquía, cuya Carta a los filipenses se basa en Juan 3,8 y alude a Juan 10,7-9 y a Juan 14,6. Esto indicaría que el Evangelio era conocido en Antioquía antes de la muerte de Ignacio, ocurrida hacia el año 107. Para mediados del siglo II, Policarpo de Esmirna usaba expresiones sacadas de las cartas de Juan.

El testimonio más temprano del autor es el de Papías de Hierápolis, preservado en fragmentos de citas en la historia de la Iglesia de Eusebio. Este texto es por consecuencia un tanto oscuro. Eusebio dice que deben distinguirse dos diferentes Juanes, Juan el Apóstol, y Juan el Presbítero, siendo el Evangelio asignado al Apóstol y el Apocalipsis al presbítero.

El testimonio de Ireneo, basado en Papías, representa la tradición en Éfeso, donde Juan el Apóstol se dice que vivió. Ireneo era discípulo de Policarpo, por lo tanto, de segunda generación luego del apóstol. Ireneo declara inequívocamente que el apóstol es el autor del Evangelio. Algunos críticos rechazan la referencia de Ignacio de Antioquía como referida al Evangelio, y citan a Ireneo como el primero en usarlo. Algunos van más allá y declaran que Ireneo es el autor (o al menos el último editor final) del libro. Estos críticos declaran que la teoría de la autoría joánica fue creada por la Iglesia primitiva para darle más autoridad a la obra que usaban para combatir el gnosticismo.

El reciente descubrimiento del fragmento de San Juan (papiro P52 de la Biblioteca John Rylands), fechado típicamente alrededor de los años 100-150 (aunque algunos lo hacen hasta el 175), sugiere que el texto del Evangelio de Juan se dispersó rápidamente por Egipto. Conforme el texto se dispersaba por Egipto, varios pedazos de información legendaria fueron preservados. Clemente de Alejandría menciona la actividad misionera de Juan el Apóstol en Asia Menor, y continúa, "En cuanto a Juan, el último, al ver que en los Evangelios se cuenta de las cuestiones corporales, apoyado por sus discípulos e inspirado por el Espíritu Santo, escribió un Evangelio espiritual". (Quis dives salvabitur 42,1). Orígenes responde, cuando se le pregunta cómo es que Juan coloca la limpieza del Templo al inicio en vez de al final, "Juan no siempre dice la verdad literalmente, sino que siempre dice la verdad espiritualmente" (Comentario a Juan 10.4.6). En Alejandría, la autoría del Evangelio y la primera epístola nunca fue cuestionada.

En Roma se dio el único rechazo temprano al cuarto Evangelio. Los adversarios del montanismo eran los responsables. Ireneo dice que estas personas intentaban suprimir la enseñanza del Espíritu Santo para poder vencer al Montanismo, y como resultado negaban la autoría del Evangelio y su autoridad. Después Epifanio llamó a este grupo, seguidores del sacerdote Cayo, los alogoi (ἄλογοι), término que puede traducirse del griego tanto como "los sin palabra" como "los sin razón".

Crítica moderna

Los documentos sobre la autoría tradicional del Evangelio tienen ciertos puntos débiles que han sido explotados por los críticos. Ireneo es acusado de hacer a Papías de Hierápolis un discípulo de Juan el Apóstol para dar soporte a sus propias teorías: Eusebio mostró luego que Papías fue discípulo de Juan el Presbítero. Pero incluso Eusebio no escapa a la crítica. Sus citas a Juan el Presbítero parecen motivadas por sus argumentos de la autoría del Apocalipsis. Las memorias de Ireneo sobre el testimonio de Policarpo son memorias infantiles, y carecen de claridad. Por ejemplo, cita las relaciones de Policarpo y "Juan", pero nunca especifica de qué Juan se trata.

El Evangelio de Juan declara explícitamente que fue escrito por el "discípulo amado por Jesús", por lo que se ha hecho un gran esfuerzo para determinar de qué persona se podría tratar. Tradicionalmente es identificado como Juan el Apóstol, ya que de otra manera, uno de los más importantes apóstoles de los otros Evangelios no sería mencionado dentro del Cuarto Evangelio. Sin embargo, algunos críticos han sugerido algunas otras posibilidades. Filson y Sanders sugieren a Lázaro de Betania, ya que Juan 11,31.36 indican explícitamente que Jesús lo "amaba", y esto está implicado en el Evangelio secreto de Marcos. Sin embargo, el hecho de que Lázaro no sea mencionado en el ministerio de Galilea, y que no haya una tradición amplia sobre la actividad apostólica de Lázaro luego de la muerte de Jesús, deja esta teoría en duda. Parker sugiere que este discípulo podría ser Juan Marcos; sin embargo, los Hechos de los Apóstoles indican que Juan Marcos era muy joven y llegado después como discípulo. J. Colson sugiere que "Juan" era un sacerdote de Jerusalén, explicando así la mentalidad sacerdotal en el Cuarto Evangelio. R. Schnackenburg sugiere que "Juan" era un residente desconocido de Jerusalén que se encontraba dentro del círculo de amigos de Jesús. El Evangelio de Felipe y el Evangelio de María Magdalena identifican a María Magdalena como la discípula que Jesús amaba, conexión analizada por Esther de Boer (en Meyer 2004) y hecha notoria en la obra de ficción El código Da Vinci. Finalmente, pocos autores, como Loisy, Bultmann y Hans-Martin Schenke, ven a "Juan" como una creación puramente simbólica, un pseudónimo idealizado para un grupo de autores.

Además de las dudas sobre la identificación del "discípulo a quien Jesús amaba" con el apóstol Juan, también queda la cuestión de si este apóstol fue el autor de los textos. Se han dado varias objeciones a la autoría de Juan el Apóstol. Primero que nada, el Evangelio de Juan es un recuento altamente intelectual de la vida de Jesús, lo que requiere un buen nivel de educación. Pero los Evangelios sinópticos están de acuerdo en que Juan era un pescador, quien seguramente no tendría mucha educación. Contra esta objeción, se puede notar que Juan no era pescador a jornal, sino alguien que podría tener su propio barco, y por tanto podría tener acceso a suficiente ingreso para pagar una enseñanza. Sin embargo, los Hechos de los Apóstoles se refieren a Juan como "sin educación" o "iletrado".

Una segunda objeción a la autoría de Juan el Apóstol está en la importancia dada a las tradiciones de Jerusalén, lo que sería inusual para un galileo. La respuesta usualmente dada a esta objeción es que el conocimiento de Jerusalén mostrado en el texto no es más que lo que un peregrino anual podría saber. El interés de Juan por Jerusalén parece ser totalmente dependiente de su interés en Jesús.

Finalmente, se objeta que el "discípulo al que Jesús amaba" no es mencionado antes de la Última Cena, así que este discípulo no podría haber sido un testigo visual de los primeros eventos del Evangelio. Sin embargo, la tradición ha identificado a este discípulo con el discípulo sin nombre del primer capítulo. La estructura del Evangelio también explica parcialmente la "desaparición" de los discípulos del centro de acción. Los primeros doce capítulos, el "Libro de los Signos", hablan de la prédica y milagros de Jesús a los judíos, mientras que el relato de la Última Cena se concentra en su relación particular con sus discípulos.

La posibilidad de una autoría colectiva del cuarto Evangelio se basa en diferencias estilísticas y de discurso narrativo. En particular, el capítulo 21 es muy diferente estilísticamente del cuerpo principal del Evangelio, y se piensa que podría ser una adición posterior. R.E. Brown (1970) distingue cuatro etapas de desarrollo: la tradición conectada directamente con el apóstol, una edición parcial de sus discípulos, una síntesis hecha por el apóstol y las adiciones del editor final.

Muchos críticos fechan la escritura del Evangelio en los últimos cuatro o cinco años del primer siglo, aunque como ya se ha dicho, algunos eligen incluso una fecha muy posterior, típicamente en la época de Ireneo. Si este fuera el caso, y si el "discípulo amado", fuese Juan el Apóstol u otro seguidor de Jesús, fuera el principal autor, debería haber tenido unos 90 años en la fecha de la composición, lo que sería una edad muy remarcable para el siglo I, cuando las esperanzas de vida eran mucho más cortas. Por otro lado, si en realidad vivió hasta tal edad, se explicaría entonces la tradición sacada de Juan 21, de que muchos creían que Jesús había dicho que el "discípulo amado" nunca moriría.

Primera epístola

La fraseología de esta primera carta de Juan es muy similar a aquella del Cuarto Evangelio, por lo que la cuestión de la autoría es usualmente conectada con la cuestión de la autoría del evangelio. Hay varios usos de frases que ocurren solamente en el Evangelio y en la Primera Epístola, y en ningún otro lado del Nuevo Testamento, como "tener pecado", "hacer la verdad", "resto" en cierto estado místico (en el Padre, en el Hijo, en mi amor), etc. Ambas obras tienen un sabor semítico que tiende a lo griego -- muchos enunciados comienzan con "todos" o con "y", el uso de la "inclusión literaria" (la repetición de una frase para indicar que el material entre ambas inclusiones viene junto), uso mínimo de partículas griegas ilativas. Ambas obras tienen los mismos conceptos básicos: el mundo, el Único elegido, la encarnación, el paso de la muerte a la vida, la verdad y las mentiras, etc.

De acuerdo con Eusebio, el libro no estuvo dentro de aquellos cuya canonicidad estuvo en duda; sin embargo, no está incluido en el antiguo canon Sirio. Teodoro de Mopsuestia también presentó una opinión negativa sobre su canonicidad. Fuera del mundo Sirio, el libro tiene varios testigos tempranos, y parece que fue ampliamente aceptado.

Dada la similitud con el Evangelio, muchos críticos le dan la misma autoría a la Epístola que la que le dan al Evangelio. Muchos se refieren a una escuela juanina de la cual la letra fue producida, posiblemente de la mano del apóstol mismo.

Segunda y tercera epístolas

Aunque la tradición normalmente le asigna la segunda y tercera epístolas a Juan el Apóstol, el hecho de que el autor se identifique a sí mismo como "el presbítero" (o "el sacerdote") deja dudas sobre esta asignación tradicional, incluso en la Iglesia primitiva. Como hay suficientes similitudes literarias y teológicas con la primera epístola, estas dos últimas normalmente se asume que vienen del mismo círculo teológico. Por ello, muchos escolares asumen que el autor de estos libros sería cierta personalidad del círculo de discípulos de Juan. Las similitudes entre ambos libros hacen que sea poco probable que tengan dos autores separados. Este autor hipotético es usualmente llamado "Juan el Presbítero" para distinguirlo del apóstol.

La leyenda medieval, por otra parte, hizo equivalentes a "Juan el Presbítero" con "Juan el Apóstol", y como muchos leían el capítulo 21 del Evangelio como un indicador de que Juan el Apóstol nunca murió, se produjo la historia del Preste Juan, que se decía era el Apóstol, aún vivo y escribiendo en la Edad Media.

Apocalipsis

El autor del libro del Apocalipsis se identifica a sí mismo como "Juan", por lo que el libro se le ha acreditado tradicionalmente a Juan el Apóstol. Se ha encontrado evidencia de esta identificación desde Justino Mártir en su Diálogo con Trifón. Otros testigos de esta tradición son Papías, Melitón, Ireneo, Clemente de Alejandría, Hipólito, y Tertuliano.

Las primeras dudas sobre la autoría apostólica del libro vinieron en el siglo III. El presbítero Cayo de Roma (uno de los "alogoi" de Epifanio) identificaba al autor con Cerinto, considerado un hereje. El obispo Dionisio de Alejandría rechazaba la autoría apostólica, pero aceptaba su canonicidad. Más radicalmente en el siglo IV, la mayoría de la Iglesia Oriental rechazaba su canonicidad. Este punto de vista era compartido por varios Padres de la Iglesia, como Cirilo de Jerusalén, Gregorio de Nacianzo, Juan Crisóstomo y Teodoreto. También era rechazado en Siria.

La cuestión de la canonicidad fue reabierta en occidente por los Protestantes de la Reforma. Por otra parte, el Concilio de Trento de la Iglesia católica, reafirmó su canonicidad. Hoy en día muchos cristianos aceptan este libro como parte del canon.

Hay muchas afinidades entre este libro y el Cuarto Evangelio: el uso de alegorías, simbolismo, y metáforas similares como "el agua viva", "el pastor", "el cordero", y "el mana". Sin embargo, las diferencias entre ambos son probablemente mucho más notables. El libro del Apocalipsis no entra en varios de los típicos temas juaninos, como la luz, la oscuridad, la verdad, el amor y "el mundo" en un sentido negativo. La escatología de ambas obras es también muy diferente.

Una identificación precisa del autor es casi imposible debido a la falta de evidencia. Sin embargo, la obra es por lo general asignada a un círculo de discípulos cercanos al Apóstol Juan. La fecha de composición es ampliamente discutida. Ireneo menciona el final del reinado de Domiciano (lo cual repiten Eusebio y Jerónimo). Ésta es la opinión más común entre varios críticos modernos que consideran la obra como escrita de una sola vez. Sin embargo, Epifanio cita la composición en el reino de Claudio, y el Fragmento muratoriano sugiere la composición en tiempos de Nerón.

Algunos exégetas (Touilleux, Gelin, Feuillet) distinguen dos fechas: la publicación (bajo Domiciano) y la fecha de las visiones (bajo Vespasiano). De acuerdo con estas teorías, varios editores habrían retocado el documento. El fechado de la obra es aún muy debatido en la comunidad de estudiosos.

Véase también

Referencias

  1. a b c Brown, Raymond E. (1999). El Evangelio según Juan, I- XII (J. Valiente Malla, trad.). Ediciones Cristiandad. p. 51. ISBN 84-7057-426-4. 
  2. Burney, Charles F. (2004) [1922]. The Aramaic Origin of the Fourth Gospel. Eugene, Oregon (EE. UU.): Wipf & Stock Publishers. p. 14. ISBN 978-1-5924-4598-1. 
  3. Castro Sánchez, Secundino (2008). Evangelio de San Juan. La Nueva Biblia de Jerusalén (1ª edición). Desclee de Brouwer. p. 17. ISBN 9788433022462. 

Bibliografía

  • de Boer, Esther, 2004. Ensayo en The Gospels of Mary de Marvin Meyer, HarperSanFrancisco. ISBN 0-06-072791-8
  • Denzinger, Heinrich y Rahner, Karl. Enchiridion Symbolorum Definitionum et Declarationum. 28ava Edición. Herder: Freiburg, 1952.
  • Estrada, Bernardo; Sarasa, Luis Guillermo, eds. (2018). El evangelio de Juan: origen, contenido, perspectivas. Colección Teología Hoy. No. 80. Bogotá, D.C.: Editorial Pontificia Universidad Javeriana. ISBN 978-958-781-259-6. 
  • George, Augustin y Grelot, Pierre. Introducción Crítica al Nuevo Testamento. Herder: Barcelona, 1992. ISBN 84-254-1277-3
  • Pagels, Elaine, Johannine Gospels in Gnostic Exegesis
  • Pagels, Elaine, 2003. Beyond Belief ISBN 0-375-70316-0
  • Riley, Gregory J., 1995. Resurrection Reconsidered: Thomas and John in Controversy (Minneapolis)
  • Wiles, Maurice F., 1960. The Spiritual Gospel: The Interpretation of the Fourth Gospel in the Early Church, (Cambridge: Cambridge University Press)

Enlaces externos

Esta página se editó por última vez el 9 mar 2024 a las 12:15.
Basis of this page is in Wikipedia. Text is available under the CC BY-SA 3.0 Unported License. Non-text media are available under their specified licenses. Wikipedia® is a registered trademark of the Wikimedia Foundation, Inc. WIKI 2 is an independent company and has no affiliation with Wikimedia Foundation.