Nació el 30 de Noviembre de 1905 en San Bartolo Naucalpan, Estado de México, sus padres fueron Don Antonio Becerril Burgos y Doña Luciana Arzate de Becerril. Desde niño practicó las suertes charras heredadas y enseñadas por su padre, así fue templando su gran espíritu y cuerpo de atleta, desde muy joven recorrió junto con sus hermanos Antonio y Audomaro, los lienzos y plazas de la República Mexicana, más tarde fueron contratados para realizar giras en Estados Unidos Centro América y Europa, destacando la mancuerna formada por Andrés y Antonio, obtiene grandes triunfos en el viejo continente. Andrés se distinguió por dominar con gran maestría todas las suertes de la charrería, pero sobre todo destaca por su notable elegancia en el floreo de reata, manganas a pie y a caballo. Era certero de una manera inigualable y estirando incomparable. Fue también notable jinete sobre Yeguas Brutas y Toros de Casta, toreaba y banderilleaba a caballo, inclusive a pelo y a la lola. Tenía un gran dominio sobre el caballo y en uno de sus viajes a Estados Unidos compitió con los mejores caballistas del mundo, ganando la medalla como el mejor de todos, así como la de campeón mundial en el floreo de reata. Fue una pieza fundamental para el fomento de la charrería a nivel Nacional, creó la Escuela Charra que se ha distinguido por su lanzada grande y bonita. Digno heredero de estas artes ha sido su hijo Artemio, verdadero artista en el floreo de reata. Fue el hombre que llevó al extranjero con dignidad y nobleza el deporte nacional, el más notable exponente de la charrería de su época y uno de los más celebres charros de todos los tiempos. Con su arte logró ser el medio para fomentar las relaciones diplomáticas y algunos países como Venezuela.