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Allá cuelga mi vestido o New York

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Allá cuelga mi vestido o New York
(My dress hangs there)
Año 1933
Autor Frida Kahlo
Técnica Óleo y collage sobre masonite
Estilo Surrealismo
Tamaño 45,5 cm × 50,5 cm
Localización Hoover Gallery

“Allá cuelga mi vestido o Nueva York” también conocido como “Mi vestido cuelga aquí” (en inglés "My dress hangs there") es un cuadro de la artista mexicana Frida Kahlo pintado en 1933 durante la estancia de Frida y Diego Rivera en Nueva York, Estados Unidos. Actualmente el cuadro es parte de la colección Hoover en San Francisco Estados Unidos.

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  • Class 03 Reading Marx's Capital Vol I with David Harvey
  • GIOVANNI PAPINI - EL LIBRO NEGRO - AUDIOLIBRO
  • DOUGLAS ADAMS - HASTA LUEGO Y GRACIAS POR EL PESCADO - AUDIOLIBRO

Transcription

» NEIL SMITH: Bien. Dicen que el dinero hace girar el mundo. » DAVID HARVEY: Sí. Es fascinante el dinero. Todos lo usamos, todos nos preocupamos por él, invertimos una enorme porción de nuestro tiempo obteniéndolo. Pero si preguntas a alguien "¿Qué es el dinero?", casi nadie te puede dar una respuesta clara. Siempre recuerdo un gran pasaje del "Dombey e Hijo", de Dickens. En él, el pequeño Paul, cuya madre ha muerto y es muy enfermizo, sigue preguntando a su padre: "Papá, ¿qué es el dinero?, ¿qué es el dinero". Y Mister Dombey, que es el gran empresario, comerciante, no sabe responder. En algún momento dice: "Bueno, es algo que te permite hacer muchas cosas". Y el pequeño Paul dice: "Entonces, ¿por qué no puede devolvernos a Mamá?" Y Mister Dombey queda tan desconcertado, que simplemente abandona el cuarto. Creo que este tipo de pregunta acerca de qué es el dinero y su función en la sociedad tiene algo de misterio para todos. Sin embargo, es algo en lo que estamos centrados constantemente. Así que aquí estamos, centrados en esta cosa, el dinero y sin saber qué es. Lo que Marx intenta es decirnos algo sobre el dinero que realmente no habíamos entendido hasta entonces. La teoría del dinero de Marx es muy complicada incluso para Marx. Así que el capítulo tercero es probablemente el capítulo más difícil de comprender del libro para todo el mundo. Y por experiencia, cuando preguntas a la gente que ha empezado a leer El Capital por su cuenta cuándo lo ha dejado, casi siempre lo han hecho en el tercer capítulo. Así que una de mis tareas es ayudar a la gente a pasar ese capítulo, llevarles al otro lado, y entonces es como si hubieras salido del purgatorio. Después de eso estás en el cielo. »NEIL SMITH: Has llegado a lo bueno. »DAVID HARVEY: Sí. Tengo que decir que Nueva York en estos tiempos da una buena ocasión para reflexionar sobre todo esto, pero tenemos que recordar que este capítulo se escribió hace prácticamente 150… 140 años, y así queda la pregunta de cuánto del análisis sigue en pie, y esto es algo que obviamente da que pensar. El capítulo normalmente supone bastantes dificultades para la gente. Creo haber mencionado antes que muchos de los que empiezan a leer El Capital lo dejan en este capítulo, porque se vuelve demasiado denso y complicado, y es difícil explicarse de qué va todo, pero si te atienes al marco que he propuesto, y piensas sobre él, cuando te acercas a un capítulo como éste y piensas en su estructura recordarás dónde te encuentras, en la discusión más amplia. Porque esta discusión es de nuevo muy sencilla, y tiene una forma muy similar a las discusiones que hemos encontrado antes, así que probablemente os hartaréis de que escriba este tipo de enunciado en la pizarra. Pero Marx comienza con la idea de un dinero mercancía, o del dinero como mercancía. Como de costumbre hace una serie de preguntas. ¿Qué hace esta mercancía? ¿Qué funciones realiza? y entonces, sorprendentemente, encuentra una dualidad. ¿De acuerdo? Ya hemos visto esto antes. Y la dualidad consiste en que es una medida del valor pero también un medio de circulación. Y esas dos funciones van a resultar en cierta medida incompatibles entre si, de forma que dedicará la primera parte del capítulo a considerar la función de medida del valor y las complicaciones que esto lleva consigo. La segunda parte es sobre el medio de circulación y sus complicaciones. Entonces, desde luego, termina por volver al asunto del dinero universal que, no es sorprendente, internaliza una contradicción. Así que, ¿qué hay de nuevo en el modo de presentación de Marx? Pero esto es básicamente lo que hace. Ahora bien, parte de la dificultad que hay aquí procede de que, aunque Marx insertó en la sección sobre el trabajo concreto y el abstracto algunos elementos extra para ampliar la discusión, aquí hace verdaderamente una mini-bifurcación cuando considera al dinero como una medida de valor Y un standard del precio. Así que realiza una especie de mini- desviación de esto dentro de la proposición. Hace el mismo tipo de mini-desviación cuando considera los medios de circulación. En particular cuando considera el dinero concreto, las monedas de oro y los símbolos, Marx también se pregunta: cuál es la relación entre esta materia real esto que le lleva a discutir cosas como el dinero como dinero de cuenta, el crédito y todas esas otras formas de dinero. En efecto, comienza a esclarecer el complicado mundo de las actividades del dinero mediante esta estrategia. Pero la estructura básica de este capítulo es un eco de lo que visteis en la sección acerca de las mercancías, la sección sobre el trabajo abstracto y concreto, las formas relativa y equivalente, y aquí Marx sólo está haciendo de nuevo lo mismo. Así que si tenéis esto en cuenta será más difícil que os perdáis en la intensidad o los detalles de la discusión de este capítulo, por importantes que sean. Ahora bien, la razón por la que me gusta proponer la discusión de esta forma es porque cuando te enfrentas a detalles fascinantes e importantes por derecho propio, tenéis que recordar sin embargo que Marx tiene una estructura dentro de la cual tiene lugar la discusión, y que esa es la estructura del capítulo. De forma que, teniendo esto en cuenta, miremos a esta parte de la historia: el dinero como medida de valor o la mercancía dinero. Evidentemente habrá una transición en este capítulo de hablar del dinero como mercancía o la mercancía dinero al dinero como dinero universal que, desde luego, hoy en día no se representaría como ninguna mercancía en particular para nada. Se representaría como algo distinto. Pero creo que podemos ver sombras de eso en la interpretación de Marx. Para simplificar, Marx dice, voy a asumir en la mayor parte de este capítulo -ocasionalmente introduce la plata y a veces habla de otras cosas- pero voy a suponer que la mercancía dinero es el oro. Por tanto usaré el ejemplo del oro, y suponer simplemente que el oro se ha convertido en la mercancía dinero que nos interesa considerar. Entonces dice inmediatamente aquí al final de la primera página: "El dinero como medida de valor es la forma necesaria de manifestación…" Ahora bien, con frecuencia he insistido es que penséis mucho acerca de la necesidad social, ¿qué es socialmente necesario? Y aquí dice que esta forma de manifestación es una forma de manifestación necesaria; es socialmente necesaria, y es necesaria como una medida de valor que es inmanente en las mercancías, a saber tiempo de trabajo o, más precisamente: tiempo de trabajo socialmente necesario. Así que hay una interrelación entre el mundo de las mercancías y el tiempo de trabajo socialmente necesario que toma cuerpo en todas esas mercancías, y el tiempo de trabajo socialmente necesario que toma cuerpo en el oro. Pero entonces va un paso más allá, al final de la página 189, cuando dice: "El precio o forma dinero de las mercancías es como su forma general de valor, muy diferente de su forma corporal real y palpable; es por tanto una forma puramente ideal o nocional". Por ideal Marx entiende "mental", esto es, construida en nuestras mentes. "Aunque invisible", y he mencionado varias veces el significado de estas invisibilidades, estas inmaterialidades que son, sin embargo, objetivas y reales. Marx continúa entonces diciendo: "El propietario de las mercancías tiene, por tanto, que prestarles su lengua, o colgarles una etiqueta para comunicar sus precios al mundo exterior". Lo que ocurre es lo siguiente: Tengo una mercancía; No tengo ni idea de cual es su valor. ¿Cómo puedo saberlo antes de llevarla al mercado? Pero cuando la llevo al mercado quiero tener un valor nocional que colgarle, así que le cuelgo una etiqueta de precio para indicar cuánto vale; es un movimiento mental por mi parte, porque estoy adivinando; sólo después que el mercado haya utilizado todo su fermento y haya hecho su trabajo puedo saber cual es es valor tal como lo representa su forma de dinero. Pero como standard de precio, como indica Marx dos páginas más adelante, el dinero realiza una función diferente de la medida del valor. Así que en la página 190 Marx quiere hablar primero de este aspecto imaginario, el aspecto ideal de la forma dinero. Me imagino cual es el valor que hay en mi mercancía. Pero ocurre que el propio precio depende de la sustancia que es el dinero. Y esto plantea entonces en primer problema, que se señala en esta página. La mercancía dinero es el oro. Puesto que es una mercancía característica, se produce bajo unas condiciones de producción dadas. Así que cuánto oro hay, cuánto vale el oro, y cuánto es el tiempo de trabajo socialmente necesario incorporado en el oro, variará. Así que inmediatamente hay un problema no por parte de todas esas mercancías, que se han medido en los términos de la mercancía dinero, sino en los términos de la propia mercancía dinero. Así que Marx tiene que ocuparse de la posibilidad de la inflación, o de la deflación, porque no hay mucho dinero o hay mucho dinero por ahí, y en particular, la presencia de oro o de poco oro. De manera que tenemos el problema de la oferta de oro. Su posición en relación con esto es que sí, tenemos que tenerlo en cuenta, pero en realidad los valores relativos de las mercancías no se ven afectados por el nivel de la oferta de oro. Por ejemplo, si los zapatos cuestan el doble que las camisas, y varía la mercancía dinero, aun se mantendrá la razón de dos a uno. Sólo que se articulará de una forma diferente, porque la mercancía dinero ha variado, es decir, ha modificado su valor. Así que despacha este tipo de consideración diciendo simplemente que esto desaparece en última instancia. Pero en la página 192 Marx considera un tema más importante, cuando habla de la forma en que … "medida de valor, y … standard de precio…" 0:14:37.020,0:14:42.910 donde el dinero realiza dos funciones bastante diferentes. Ahora, como medida de valor las funciones del dinero son: ser estable, ser tangible, no modificar sus cualidades. Y así puede verse inmediatamente por qué, como medida de precio, el oro debe ser la mercancía dinero en vez de las fresas, Porque el dinero, como mercancía oro, puede almacenar valor. El oro es bastante constante en su forma puesto que puede ser probado, medido, y su oferta está limitada, puesto que no puedes simplemente salir y excavarlo de tu jardín. Así que hay razones por las que el dinero gravita hacia el oro como medida de valor, porque la verdad es que funciona muy bien. Aunque como hemos visto el propio valor del oro puede variar, esto no afecta materialmente su capacidad de funcionar de esta manera. Como… standard de precio, sin embargo, Marx señala que ya no estamos intresados en la relación entre el tiempo de trabajo socialmente necesario en el oro y el tiempo de trabajo socialmente necesario en las mercancías, porque el tiempo de trabajo socialmente necesario es inmaterial y no puede medirse directamente. En lo que estamos interesados es en la cantidad de oro que es equivalente a lo que quiera que estés vendiendo como mercancía. Y esa cantidad de oro te dice entonces cuánto vale tu mercancía. Esto es una relación cuantitativa. Por ejemplo, ¿por qué dos onzas, por qué no una onza. por qué tres onzas? En algún punto esto nos lleva, según Marx, a la forma en que el nombre del peso del dinero se convierte en el nombre del peso del valor de la mercancía. En este nombre de peso, citando el comienzo de la página 194 Marx muestra este importante aspecto transicional de los nombres del dinero cuando considera la palabra "libra"; porque la libra era originariamente una libra de plata, pero entonces comenzó a llamarse simplemente libra, y así la moneda británica es la libra. Ahora, cuando estás en Gran Bretaña y pides libras, no esperas que alguien te de un determinado peso de algo. Esperas que te den billetes de banco. Así que lo que hace aquí es hablar de la transición que se da al ir desde esta forma valor, que está en la mercancía dinero, a este nombrar y contar elementos de dinero que entonces intercambian los comerciantes de mercancías en el mercado. Y esta transición, por tanto, completa el fetichismo del que ha hablado en el capítulo anterior. Así que en la página 195 Marx dice, "El nombre de una cosa es completamente externo a su naturaleza. No se nada de un hombre si solamente se que su nombre es Jacob. Del mismo modo, toda traza de la relación dinero desaparece en los nombres del dinero, libra, talero, franco, ducado, etc." Entonces continúa hablando de "la confusión creada al atribuir un significado oculto a estos signos cabalísticos que se ve incrementada aun más por el hecho de que estos nombres del dinero expresan los valores de las mercancías y simultáneamente partes alícuotas de un cierto peso de metal, a saber, el peso del metal que sirve como standard del dinero. Por otra parte es de hecho "necesario", de nuevo esta palabra, necesario, "es … necesario que el valor, como opuesto a los variopintos objetos del mundo de las mercancías, se desarrolle en esta forma, material y no mental, pero también una simple forma social…" Lo que nos conduce a la conclusión de que "el precio es el nombre en dinero del trabajo objetivado en una mercancía". Ahora bien, lo que Marx dice aquí es que sí, es cierto que tenemos todos estos términos como ducados, luises,dólares y libras, y así sucesivamente, y medimos el valor de las mercancías en cantidades de esos términos, pero en algún momento tiene que haber una relación entre la forma en que esas formas nominales de dinero se articulan y una base monetaria, una base de mercancías. Dice que esto es esencial. Ahora, desde luego, desde los años 70 la economía global no ha hecho eso con mucha efectividad. Así que la cuestión que se plantea subraya esta insistencia acerca de la base monetaria, la base mercancía, el valor de la mercancía dinero. ¿Es realista su insistencia sobre eso? ¿Qué ocurre cuando decides que vas a prescindir de ella, como ha ocurrido técnicamente desde la desmaterialización del dinero de los años 70 en adelante? Volveremos sobre esto más adelante, cuando nos ocupemos de las cuestiones de la oferta de dinero. Sin embargo, al final de esta sección introduce algunas modificaciones realmente pasmosas del argumento. En las páginas 196 y 197 Marx dice, "la magnitud del valor de una mercancía", hacia el final de la 196, "por lo tanto expresa una relación necesaria con el tiempo de trabajo social inherente en el proceso por medio del cual se crea el valor". OK. "Con la transformación de la magnitud del valor en el precio esta relación necesaria se muestra como la razón de intercambio entre una mercancía dada y la mercancía dinero que existe fuera de ella. Esta relación, sin embargo, puede expresar tanto la magnitud del valor de una mercancía como la mayor o menor cantidad de dinero por la que puede venderse bajo determinadas circunstancias. Esta condición, por tanto, apunta a la posibilidad de una incongruencia cuantitativa". Daos cuenta de que la "incongruencia cuantitativa entre el precio y la magnitud del valor, es decir, la posibilidad de que el precio pueda divergir de la magnitud del valor, es inherente a la propia forma precio". Esto no es un defecto, "por el contrario", esto es "lo que hace de esta forma la adecuada para un modo de producción cuyas leyes sólo puedes imponerse como promedios entre irregularidades constantes que operan ciegamente". ¿Qué pasa aquí? Si todo lo que hay en el mercado se presentara a su valor, y se vendiera a su valor, entonces no habría en absoluto manera de que pudieras hacer ajustes para las fluctuaciones de la demanda y la oferta. Lo que ocurre aquí es que, en efecto, si un cierto día van demasiados mercaderes al mercado y no acuden suficientes "demandantes", el precio bajará. Al día siguiente quizá acudan menos vendedores pero estén presentes más compradores, de forma que el precio sube. Así que lo que pasa aquí es que Marx habla de la forma en que una vez que recurres a un nombre de precio y cuelgas precios en las mercancías, pueden darse precios diferentes en diferentes tiempos y lugares, fluctúan por todas partes. Y en esto es en lo que consiste la anarquía de un sistema de mercado capitalista. Por tanto un sistema de dinero debe ser capaz de enfrentarse a eso. Así que estas incongruencias son específicamente capaces de enfrentarse a las fluctuaciones en las condiciones de demanda y oferta. Ahora bien, Marx, junto con los economistas políticos clásicos asumía que al final, pese a todas estas fluctuaciones, hay algo llamado precio de equilibrio o precio natural. Es decir, el precio alcanzado cuando la demanda y la oferta están en equilibrio. Y en ese punto, dice Marx, la oferta y la demanda dejan de explicar nada. No explican por qué las camisas se intercambian en una determinada proporción con los zapatos, por término medio. No es que las camisas se demanden más que los zapatos ni nada de eso, en un día determinado porque pueden fluctuar, sino que el hecho de que las camisas y los zapatos tengan precios diferentes tiene que ver con su tiempo de trabajo socialmente necesario. El hecho de que un día determinado, el precio de los zapatos fluctúe por encima o por debajo de su tiempo de trabajo socialmente necesario, se debe a las fluctuaciones de la oferta y la demanda. Para que las fluctuaciones de la oferta y la demanda se incorporen en un sistema capitalista, necesitamos un sistema de dinero que pueda hacer eso. Y esta incongruencia cuantitativa entre el dinero como medida de valores y la forma en que los precios se cuelgan de las mercancías y los precios se realizan, en un día dado, en un mercado dado, en un momento dado, hay margen para todo eso precisamente a causa de esta transición que ha tenido lugar entre el dinero como pura medida de valores a su función operativa como standard de precios que pueda admitir estas fluctuaciones. Aun más asombroso es lo que señala Marx en la página siguiente, a saber, el hecho de que esta transición del dinero como medida de valores a un standard de precios puede también albergar "una contradicción cualitativa, con el resultado de que el precio deja por completo de expresar valor, pese al hecho de que el dinero no es otra cosa que la forma de valor de las mercancías. Cosas que en si y por si no son mercancías, cosas como la conciencia, el honor, etc., pueden ponerse a la venta por quienes las tienen y adquirir así la forma de mercancías por medio de su precio". K-street y todo eso. "De ahí que una cosa pueda, hablando formalmente, tener un precio sin tener un valor. La expresión del precio es en este caso imaginaria, como ciertas cantidades en matemáticas. Por otro lado, la forma-precio imaginaria también puede ocultar una relación real de valor, o una derivada de ella, como por ejemplo, el precio de la tierra sin cultivar, que no tiene valor porque ningún trabajo humano se ha objetivado en ella". el punto sobre la tierra que aun no se ha ocupado es que hay formas en que la tierra incorpora lo que podría llamarse la sombra de un precio de trabajo humano. Esta es que la tierra que tiene trabajo humano incorporado aquí, arroja una sombra de valor, si queréis, sobre la tierra que podría incorporarse el año que viene. Lo que Marx dice aquí es que el caso de la tierra es complicado. Porque aunque aun no vieras ningún trabajo humano directo incorporado en ese trozo de tierra, verías su "sombra", que es lo que llamamos "efectos de exterioridad" que surgen del trabajo humano incorporado en toda la tierra que lo rodea. Si tuvieras un trocito de Manhattan, y lo hubieras conservado desde los tiempos de los indios y lo hubieras mantenido prístino, sin que se incorporara trabajo humano en la parcela, tendría por tanto valor cero. Pero si fueras al mercado y lo vendieras por un valor cero… bueno, ¡esto sería absurdo desde un punto de vista financiero! Sin embargo, ¿qué hay de la conciencia, el honor etc…? De nuevo, lo que Marx nos muestra es que esta inconsistencia cualitativa tiene también que tener en cuenta el trasfondo de que el valor real tiene que producirse en alguna parte. Quiero decir, imaginad una economía que exista solamente a base de comerciar con conciencias y honor. ¿Cómo viviríamos? ¿De dónde saldrían las camisas y los zapatos y todo lo demás? Y Marx viene a decir: 0:29:27.610,0:29:32.590bien, todas estas incongruencias cualitativas también tienen que examinarse a la luz de dónde sale el valor real y de qué va este valor real Me parece que esas son precisamente las preguntas acuciantes a que nos enfrentamos cuando pensamos en cómo funciona la economía global. En los Estados Unidos la gente suele decir bien, la clase trabajadora ha desaparecido, así que ya no se produce valor aquí, pero entonces tenéis que pensar en lo que ocurre en China. Sin embargo,cuando piensas en el hecho de que aunque casi todo el mundo se concentra ahora en ganar millones de dólares con operaciones financieras, el proletariado global se ha duplicado desde 1970, y el valor se sigue produciendo aun de formas muy tradicionales aunque se distribuye de formas bastante diferentes. Así que esta es la consideración principal que Marx quiere hacer sobre este movimiento de medida de valores a standard de precios, que le conduce entonces a la siguiente sección larga sobre los medios de circulación. Ahora empieza con la siguiente observación: "Vimos en un capítulo anterior que el intercambio de mercancías implica condiciones contradictorias y mutuamente exclusivas". ¿Puede alguien recordar cuales eran esas contradicciones y condiciones mutuamente exclusivas? »ESTUDIANTE: ¿Si estás comprando no vendes? »HARVEY: No, hace referencia a la sección sobre las formas relativa y equivalente del valor. Y si volvéis a la página 148 veréis que dice: "… el valor de uso se convierte en la forma de apariencia de su opuesto, el valor. El trabajo concreto se convierte en una forma de manifestación de su opuesto, el trabajo abstracto. El trabajo privado se convierte en una forma de manifestación de su opuesto, el trabajo social", en la página 148 y 151. Así que inmediatamente vuelve hacer referencia a esas tensiones entre la particularidad de la mercancía dinero y su supuesta capacidad universal para representar el tiempo de trabajo socialmente necesario en la economía global. Hace entonces una observación muy interesante, y la destaco porque es importante captar la forma de pensar de Marx. Dice: "el ulterior desarrollo de la mercancía no deroga estas contradicciones, sino que más bien aporta la forma dentro de la que tienen espacio para moverse. En general, esta es la forma en que se resuelven las contradicciones reales". De alguna manera Marx describe aquí su método dialéctico. Al expandir la discusión y las contradicciones vemos que Marx otorga a las contradicciones un mayor ámbito, mayor posibilidad de movimiento. Entonces Marx utiliza una interesante metáfora: "por ejemplo, es una contradicción describir un cuerpo aproximándose constantemente a otro y al mismo tiempo separándose constantemente de él. La elipse es una forma de movimiento en la cual la contradicción tanto se realiza como se resuelve". Estoy seguro de que algunos de vosotros sentís que el argumento de Marx es verdaderamente elíptico. Pero creo que esta metáfora es muy importante porque nos damos cuenta de que la elipse se relaciona con el movimiento; no con la estasis; tiene que ver con el movimiento, y con el movimiento perpetuo, movimiento perpetuo. Así que en algún sentido esta ciertamente utilizando este tipo de método para expandir la estructura general de su argumento. Así que la primera preocupación de Marx es establecer un argumento acerca de lo que llama una metamorfosis de las mercancías que de hecho es un proceso de circulación. También aquí empezamos a adquirir una idea diferente acerca de lo que va la dialéctica; se refiere al estudio del movimiento. He mencionado mucho el proceso, pero ahora consideramos la circulación, consideramos el movimiento. Y ese movimiento es lo que llama en la página 198 un metabolismo social. Ya ha hablado de la relación metabólica con la naturaleza, pero ahora habla de el metabolismo social. Lo describe así en la página 199: "el intercambio (…) produce una diferenciación de la mercancía en dos elementos, mercancía y dinero, una oposición externa…" Y más abajo en la misma página llama a esto una forma antagonista. Así que ahora comenzamos a pensar en el mundo de las mercancías por una parte y el dinero por otra, y entonces hablamos de la relación entre ellos. Entonces desplaza inmediatamente su argumento de una relación de intercambio mercancía-mercancía, una relación M-M como en una economía de Robinson Crusoe, para considerar una relación M-D-M, una circulación mercancía a dinero a mercancía. Y argumenta sobre esta forma de circulación. Uno de los grandes argumentos de Marx es que las inferencias que se extraerían de una relación mercancía a mercancía, no pueden aplicarse a la metamorfosis mercancía-dinero-mercancía. La primera metamorfosis implica la transformación de las mercancías en dinero. Señala que vas de lo particular a lo universal. E ir de lo particular a lo universal enfrenta un campo completo de diferentes problemas. Tienes que encontrar alguien por ahí que quiera tu mercancía. Tienes que cubrir una necesidad social. En medio de las tensas complicaciones de la división social del trabajo, de alguna manera tengo que encontrar a alguien en el mercado que quiera mi particular mercancía y esté dispuesto a darme el equivalente en dinero de mi mercancía. Así que esto significa que el trabajo invertido en la mercancía, como dice en la página 201, "…tiene por lo tanto que ser de una clase socialmente útil…". Y entonces Marx continúa diciendo que "quizá la mercancía sea producto de una nueva clase de trabajo y proclame satisfacer una necesidad recién aparecida, o que incluso esté tratando de hacer surgir una nueva necesidad por su cuenta". Aquí comienza a hablar acerca del problema de la creación de necesidades en el capitalismo. ¿Qué va a ocurrir? ¿Cómo va un empresario a crear una necesidad para un nuevo producto? Quizá las innovaciones tengan otros efectos, y sigue diciendo "hoy el producto satisface una necesidad social, mañana quizá sea expulsado en parte o por completo de su lugar por un producto similar". Lo que ocurre en el mercado, por lo tanto, es una serie completa de dificultades que tienen que superarse antes que que yo pueda convertir mi mercancía en dinero. Encuentro, como señala en la página 202, las condiciones fluctuantes de la demanda y la oferta, que ya se han mencionado. Así que Marx termina diciendo en la página 202, hacia el final, "vemos entonces que las mercancías están enamoradas del dinero, pero que un verdadero amor nunca discurrió con tranquilidad. La articulación cuantitativa del organismo productivo de la sociedad, por el que sus elementos dispersos se integran en el sistema de la división del trabajo, es tan caprichosa y espontánea como su articulación cualitativa". Aquí volvemos a la imagen de la mano oculta y de las cualidades atomísticas de la producción capitalista, que él presupone y sume. Marx dice, "los propietarios de mercancías, por tanto, descubren que la misma división del trabajo que los transforma en productores privados independientes hace también al proceso social de producción y a las relaciones de los productores individuales entre si dentro de ese proceso, independientes de los propios productores". De vuelta al argumento de Adam Smith. "También descubre que la independencia de los individuos entre si tiene su contrapartida y suplemento en un sistema de dependencia material en todos los aspectos". Esto quiere decir que aunque seas independiente en el mercado, eres dependiente del mercado para comercializar tu producto. Así que agrupa todo esto en torno a esta descripción que ya he usado para aclarar la relación de ir de lo particular a lo universal en la página 203. Entonces va al segundo componente y dice, consideremos esta parte D-M. Aquí vamos de lo universal a lo particular. Claramente, lo que quiere decir cuando comienza por afirmar que todas las mercancías son alienables es que todas pueden comprarse y venderse, y hay por tanto una alienación universal, en el sentido técnico de que todo el mundo quiere abandonar sus mercancías, para venderlas. Está claro que es más fácil ir de lo universal a lo particular, porque si dispongo de dinero y voy al mercado, puedo comprar cualquier mercancía que quiera. Así que las dificultades y traumas que se asocian a la transacción M-D son muy diferentes de la transacción D-M. Aquí hay implicada, si queréis, una relación de poder diferente, y esto resulta crucial para el argumento. Aquellos que disponen del equivalente universal, es decir, el dinero, están en una posición más fuerte frente a aquellos que disponen de mercancías. Es un poder latente y en el momento podemos verlo solamente como un poder irresoluto, pero podéis ver cómo algo puede forjarse ahí. Marx entonces continúa diciendo que va a llamar a todo este proceso la circulación de mercancías. Y en la página 208 entra en en una desviación muy significativa del argumento principal. Hacia la mitad de la página 208 Marx dice, "nada podría ser más estúpido que el dogma de que porque toda venta es una compra, y toda compra es una venta, la circulación de mercancías supone necesariamente un equilibrio entre ventas y compras". Continúa entonces con un análisis de este argumento, y señala rápidamente al final de la página que "nadie necesita directamente comprar porque acabe de vender". Entonces Marx comenta, "la circulación revienta todas las barreras temporales, espaciales y personales impuestas por el intercambio directo de productos, y lo hace escindiendo la identidad presente en este caso entre el intercambio del propio producto y la adquisición de productos de otros en dos procesos antitéticos de venta y compra". Decir que estos procesos mutuamente independientes y antitéticos forman una unidad interna supone también decir que su unidad interna avanza mor medio de antítesis externas. A estos dos procesos les falta independencia interna porque se complementan entre si. De ahí que si la afirmación de su independencia externa avanza hasta un cierto punto crítico, su unidad se hace sentir violentamente produciendo una crisis. Aquí Marx arguye que, cuando he vendido una mercancía y tengo el dinero producto de mi venta, puedo decidir quedarme con el dinero. Y si decido quedarme con el dinero habrá menos dinero para comprar mercancías. Ahora bien, ¿por qué podría yo decidir quedarme con el dinero? Podría aferrarme al dinero en una situación de inseguridad, podría quedarme con el dinero porque quisiera el equivalente universal, y, como se vará más adelante, hay gente que se aferra al dinero porque lo ama y lo fetichiza. Hay toda clase de razones por las que la gente podría quedarse con el dinero. Aquí el asunto, según Marx, es que si mucha gente decide quedarse con el dinero entonces el proceso de circulación se detiene; cuando el proceso de circulación se detiene, la demanda de mercancías disminuye, y cuando la demanda de mercancías disminuye mucha gente se queda con mercancías sin vender. Además, el hecho de que tengas dinero te permite apartarte de la temporalidad y espacialidad inmediatas del trueque. Por ejemplo, puedes quedarte con el dinero durante seis meses y llevártelo entonces a Japón, Singapur o Brasil, y entonces comprar allí seis meses más tarde. Una vez que tienes tu dinero puedes tomar toda clase de decisiones sobre él. Lo que Marx critica aquí es la famosa proposición llamada ley de Say. Marx comenta la ley de Say en la siguiente nota al pie, en la página siguiente, como sigue: "la concepción adoptada por Ricardo del tedioso Say, de que la sobre-producción no es posible o que al menos no es posible una saturación general del mercado, se basa en la proposición de que se intercambian productos por productos". La ley de Say también la sostenía Ricardo y dominaba el pensamiento en la economía política clásica. Y como resultado los economistas políticos clásicos en su mayor parte sostenían que no podía haber una crisis general del capitalismo. ¿Por qué no? Porque cada compra es una venta y cada venta es una compra, por lo tanto siempre estás en equilibrio. Puede haber un problema de demasiados zapatos, o demasiadas camisas, o demasiadas manzanas, pero no puedes tener una crisis generalizada. Porque la ley de Say dice que no puedes. Y la ley de Say realmente se transfirió del periodo clásico al periodo neoclásico. Todos los economistas la sostenían a finales del siglo XIX, hasta los años 30. Y en los años 30 aun había economistas que decían que era imposible una crisis general del capitalismo. ¡Y ahí tenías una! Marx tiene una línea muy divertida en otra parte, donde señala que, enfrentados con una crisis general, la única respuesta que da la mayoría de los economistas es algo en la línea de que no ocurriría de esta forma si la economía funcionara según mi libro de texto. Pero lo que dice Marx es que puedes verdaderamente tener una crisis general. Y de qué manera tiene lugar una crisis general fue algo que también señaló Keynes. Lo que hizo Keynes en una serie de ensayos muy interesantes llamados Ensayos de Biografía, en los años 30, fue señalar el error de aceptar la ley de Say. Keynes también señaló que había algunos economistas políticos clásicos que no aceptaban la ley de Say y afirmaban que podía haber verdaderamente una crisis general. En aquel tiempo se les conocía por el nombre encantador de "teóricos de la saturación general". Y había dos en particular, Malthus y Sismondi. Lo que suponía un pequeño problema para Marx, porque Marx no podía soportar a Malthus en otros terrenos, pero Malthus creía verdaderamente que podía darse una crisis general, y que una crisis generalizada semejante sería la crisis de lo que llamaba demanda efectiva; no habría dinero suficiente para comprar todas las mercancías. El otro teórico de la saturación era un francés llamado Sismondi que también discutía la ley de Say. Sin embargo eran una minoría. Lo que hizo Keynes fue señalar la importancia de lo que llaba la trampa de liquidez. La trampa de liquidez se desarrolla en tiempos de dificultad porque la gente empieza a retener el dinero. Al retener el dinero las dificultades empeoran, de forma que más gente empieza a retener su dinero. La dificultad consiste por tanto en salir de esta espiral descendente de la economía a medida que más y más gente se pone a cubierto y retiene su dinero en vez de volverlo a invertir en el mercado comprando cosas. Así que Keynes también habló del significado de la demanda efectiva, y desde luego las políticas keynesianas en relación con la Gran Depresión debían estimular la demanda efectiva por medio del gasto estatal, la financiación de la deuda, hacer volver a trabajar a la gente siempre que fuera posible y recuperando el consumismo. Desde luego muchos de esos problemas los resolvió la II Guerra Mundial y la demanda de armamento. La II Guerra mundial fue la solución al problema de la demanda efectiva de unas cuantas formas. Podías arreglarlo todo en términos de armamentos y producción de armamentos, y lo financiarías con deuda, e incluso financiarías con deuda a los británicos. Así que dabas al gobierno británico algo llamado préstamo y arriendo, lo que quería decir que tomaban las mercancías y se comprometían a pagar más tarde. Y cuando llegó el momento de pagar Keynes se enfrentó a la negociación de la agenda de pagos, en 1944, creo, y el Departamento de Estado americano dijo: bien, ceded el Imperio Británico. Y así Keynes respondió: ¿queréis decir que cambiamos el Imperio Británico por el perdón de la deuda?, y los americanos básicamente dijeron que sí. Y de hay es de donde la política de descolonización británica salió realmente. La apertura del mercado mundial era lo que querían los americanos para el capital americano. Querían que el sistema cerrado del Imperio Británico se abriera. Y alcanzaron su objetivo por medio de este acuerdo comercial sobre el préstamo-arriendo. Así que esta es la clase de discusión que se desarrolla aquí en Marx. Marx dice que verdaderamente puedes desarrollar una crisis general, alineándose así con Malthus y Sismondi. Más adelante Keynes recurre a estos argumentos, negándose, sin embargo, a citar a Marx. Keynes afirmaba que nunca había leído a Marx, pero esto es muy dudoso. Sin embargo, aun si nunca había leído a Marx había mucha gente a su alrededor que sí lo había hecho. Así que Keynes estaba probablemente familiarizado con los argumentos de Marx en el sentido de que la ley de Say debía estar equivocada, así como los argumentos que describen lo retorcido de esta relación M-D-M donde M a D es diferente de D a M. No puedes asumir, como dice la ley de Say, que las leyes relativas al trueque (M-M) también son válidas en la práctica en el proceso de circulación M-D-M, porque la transición de M a D no es la misma que de D a M. Esto es un aparte, pero uno terriblemente importante, obviamente, para entender la política contemporánea. Ahora volvamos a la circulación del dinero. Lo que Marx hace aquí es discutir un conjunto de maniobras bastante aburrido, si puedo expresarlo así. Lo que nos muestra es el interesante contraste entre las mercancías y el dinero y cómo las mercancías entran en circulación. Las mercancías- las compro, las visto o me las como; desaparecen. Por lo tanto las mercancías entran y salen de la circulación. El dinero, sin embargo, permanece en circulación, a menos que la gente lo atesore lo haga desaparecer por arte de magia o algo así, pero el papel general del dinero es permanecer el en proceso de circulación. Así que tenéis miles de intercambios de mercancías en marcha, y tenéis un dinero que de alguna forma está actuando como lubrificante para todo este intercambio. Así que la pregunta se convierte en ¿de qué forma es un lubrificante? Y más aún, ¿cuánto de ese lubrificante hace falta? Así que de lo que se ocupan las diez páginas siguientes es la articulación de lo que llamamos la "teoría de la cantidad del dinero", que es en realidad bastante similar a lo que decía Ricardo. Marx define la teoría de la cantidad por primera vez al final de la página 217, donde dice, "la cantidad total de dinero que funciona durante un periodo dado es un medio de circulación determinado por una parte por la suma de los precios de las mercancías en circulación", es decir, la suma de los precios, "y por otra parte por la rapidez de alternancia de los procesos antitéticos de circulación". En otras palabras, está considerando "…el movimiento de los precios, la cantidad de mercancías…, y la velocidad de circulación". La masa de dinero es igual a la suma de todos los precios de las mercancías en circulación modificada por la velocidad de circulación. La velocidad de circulación es una medida de cuánto trabajo da en un día determinado una moneda o un billete de un dolar. La velocidad, por tanto, nos dice cuántas veces se intercambia una masa de dinero en un día dado. La Reserva Federal aun tiene una medida clave de la velocidad del dinero, es decir, de la velocidad de circulación. Podéis ver lo importante que es este concepto porque una vez que lanzas las tarjetas de crédito como medio de intercambio, por ejemplo, incrementas también la velocidad de circulación. Y a medida que incrementas la velocidad de circulación necesitas menos dinero real porque la cantidad de dinero que tienes se va a mover mucho más deprisa. Si un billete de un dólar cambia de manos solamente una vez al día, hay un tipo diferente de economía mundial que una economía donde un billete de un dólar cambia de manos cinco veces al día. Hacen falta muchos más billetes de dolar si sólo intercambias los billetes una vez al día que si lo haces cinco veces al día, de forma que la cantidad de dinero que hace falta es muy sensible a esta medida de la velocidad de circulación. La Reserva Federal tiene toda clase de medidas del factor velocidad del dinero, y es un asunto complicado cómo medirlo. Pero lo que Marx dice es que debemos tener en cuenta esta medida. Ricardo dice lo mismo, así que Marx no dice aquí gran cosa que no se hubiera dicho ya en Ricardo, incluyendo la idea de considerar la suma de precios. Esta sección trata de establecer la teoría de la cantidad de dinero. Esto nos conduce entonces a la sección C donde nos movemos a otro nivel. Aquí hablamos de la forma en que las monedas y los símbolos de valor comienzan a asumir determinadas funciones. Y encontramos inmediatamente: "El peso de oro representado en la imaginación por los precios de los nombres de dinero de las mercancías tiene que confrontarse con esas mercancías dentro de la circulación, como monedas y piezas de oro de la misma denominación. El trabajo de acuñar, como el establecimiento de una medida standard de precios, es un atributo propio del estado". El poder del estado se hace crucial. "Los diferentes uniformes nacionales que visten en casa el oro y la plata como monedas, pero de los que despojan de nuevo cuando aparecen en el mercado mundial, revelan la separación entre las esferas interna o nacional de la circulación de mercancías y bsu esfera universal, el mercado mundial". Esto es, de nuevo, algo que volverá a surgir en el capítulo acerca del mercado mundial y la esfera universal. De esto parte, dice en la página 223, "…la posibilidad latente de reemplazar el dinero metálico con signos hechos de algún … material, es decir, símbolos". Y observa más adelante: "Laa moneda fraccionaria aparece junto al oro para el pago de partes fraccionarias de la menor moneda de oro; El oro entra constantemente en la circulación al por menor, aunque de forma igualmente constante es expulsado de nuevo al ser intercambiado por moneda fraccionaria". Y entonces en la página siguiente habla acerca de "… el papel moneda no convertible emitido por el estado y al que se le da curso legal". Asuntos del papel moneda. Aquí empieza a hablar de la forma en que "… el dinero a crédito (puede) echar raíces espontáneamente en la función de dinero como medio de pago". Tenemos aquí un reemplazo en marcha, un reemplazo del oro por símbolos, por papel, por monedas. ¿Por qué ocurriría eso? Bien, porque el oro es muy incómodo como medio de circulación. Si cada vez que participas en una transacción necesitas un pequeño grano de oro sería horriblemente lioso. así que verdaderamente los requerimientos de la circulación, con lo que queremos decir lo que es socialmente necesario para que esta circulación se generalice y para que se intercambien mercancías de forma general, requiere que se deje atrás el oro y en su logar se usen señales, símbolos, papel, y así sucesivamente. "El papel moneda", dice al final de la página 225, "es un símbolo del oro,un símbolo del dinero". "Su relación con los valores de las mercancías consiste solamente en esto: encuentran expresión imaginaria en ciertas cantidades de oro, y las mismas cantidades están simbólica y físicamente representadas por el papel. Sólo en la medida en que el papel moneda representa el oro, que como todas las demás mercancías tiene valor, es un símbolo de valor". Es interesante en este punto pensar si está trabajando de nuevo con un argumento lógico o con un argumento histórico. Marx habla de cómo se impusieron diferentes formas de dinero a lo largo de la evolución histórica, y que importancia tenía el poder estatal para regular lo que determina el valor del dinero. En este capítulo el poder del estado se hace crítico. De alguna forma el estado ya ha estado presente en el capítulo dos, cuando hablaba de que la infraestructura legal y jurídica -en última instancia una función estatal - son necesarias para que florezca el intercambio en el mercado. Aquí Marx se refiere explícitamente a a la forma en que el estado se hace crítico para entender de qué manera el dinero se convierte De nuevo esta transformación tiene una analogía con la transformación del dinero como medida en standard de precio. Así que esta nueva transformación provoca una redefinición radical de qué va el dinero, y eso nos conduce a la sección final 3 que es: el dinero. Aquí de nuevo Marx arguye que en última instancia no hay más que un dinero. Y tiene que realizar las dos funciones. ¿Cómo va a hacerlo? Observamos que como medida de valor, el oro funciona pero, sin embargo, no como medio de circulación. Como standard de precio el oro empieza a desvanecerse en el fondo. La conectividad entre el tiempo de trabajo socialmente necesario incorporado en la mercancía dinero que media de todas estas formas diferentes nos lleva a perder contacto con la base monetaria. Esto lleva a Marx a considerar varios elementos implicados en las contradicciones internalizadas en la propia forma dinero cuando se considera como dinero universal. Y el primero es el tema del atesoramiento. Como señala Marx, "cuando la circulación de mercancías se desarrolla por primera vez, también se desarrolla la necesidad y el deseo apasionados de aferrarnos al producto de la primera metamorfosis. Este producto es la apariencia transformada de la mercancía, o su crisálida de oro". Así, las mercancías no se venden para comprar mercancías, sino para reemplazar su forma de mercancía por su forma de dinero. En vez de ser un simple medio de mediar en el proceso metabólico, este cambio de forma se convierte en un fin en si mismo. "El dinero", dice, "se petrifica en un tesoro, y el vendedor de mercancías se transforma también en un atesorador de dinero". A lo que apunta aquí es a otra transición. En vez de pensar en la transición M-D-M, empezamos a pensar en la transición D-M-D. Dinero en mercancías, mercancías en dinero. Lo que quieren los atesoradores es dinero, quieren el poder universal que engendra el dinero. Pero es interesante porque Marx habla de esto en una especie de doble lenguaje. Que engendra un deseo apasionado. Perfecto, el deseo apasionado está ahí, pero también dice que es necesario. ¿Por qué es necesario? ¿Por qué es necesario el atesoramiento para el intercambio de mercancías? La primera razón se da al final de la página 228: porque cuando vas al mercado lo haces en un determinado tiempo que implica que cuando necesitas algo del mercado deberías haber ahorrado dinero suficiente por anticipado para entrar en él. Si eres un granjero y, digamos, has producido y vendido tu cosecha en Septiembre, tienes que atesorar el dinero para comprar las semillas y la energía que necesitarás en primavera para plantar la cosecha, contratar jornaleros y así sucesivamente. Así que atesorar es algo implícito en lo que llamamos la estructura temporal de la producción de mercancías. Si todas las mercancías se produjeran y vendieran en el mismo marco temporal no haría falta atesorar. Pero el hecho es que esto no ocurre. Algunas necesitan mucho tiempo para producirse mientras que otros se producen y consumen de forma inmediata. Como señala Marx ql principio de la página 229, "de esta forma se acumulan tesoros de oro y plata de todos los tamaños en todos los puntos del tráfico comercial". Y es necesario que esto ocurra. "Con la posibilidad de retener la mercancía como valor de cambio o el valor de cambio como mercancía, se despierta la avidez de oro". La pasión y el deseo entran en juego. "El oro es una cosa maravillosa, quien lo posee es dueño de todo lo que desea. El oro puede, incluso, permitir a las almas entrar en el Paraíso". El papado, en el periodo medieval, tenía la costumbre de vender indulgencias que garantizaban la entrada en el cielo. Y hay quien mantiene que el Vaticano fue una de las primeras grandes instituciones capitalistas a causa de esto. Vendemos la entrada en el cielo. Quiero decir, para qué hablar de vender la conciencia y el honor, ¡esto es vender algo realmente interesante! "Puesto que el dinero", dice Marx, "no revela qué es lo que se ha convertido en él, todo, mercancía o no, puede convertirse en dinero. Todo se vuelve 'comprable y vendible'". Aquí habla de la potencialidad de que todo se convierta en mercancía. Una vez que utilizas un sistema de dinero, puedes colgar un precio a cualquier cosa, lo que lleva a la posible mercantilización de todo. Y continúa, "nada es inmune a su alquimia, los huesos de los santos no pueden resistirla, mucho menos cosas más delicadas. Del mismo modo que en el dinero se extingue toda diferencia cualitativa entre mercancías, también por su parte, como un nivelador radical". De nuevo hay aquí un tema interesante, recurrente en Marx, algo que actúa como un nivelador radical, algo capaz de reducirlo todo a la misma métrica, a saber, que todo debe tener un precio. "Extingue", dice Marx, "todas las distinciones".. "Pero el propio dinero es una mercancía, un objeto externo capaz de convertirse en propiedad privada de cualquier individuo". Esto es una inversión del tema tres de las contradicciones que señalaba en relación con las formas relativa y equivalente del valor. Recordad, la actividad privada se convertía en el medio de representación del trabajo social universal. Ahora dice que de hecho los individuos privados pueden apoderarse del poder social. El poder social puede hacerse propiedad de personas privadas. Esta es ciertamente la relación de poder latente de la forma dinero y de la retención el equivalente universal que está empezando a cristalizar abiertamente, y que desde luego será la base del poder de clase. Por esta razón Marx señala, "la sociedad antigua, por tanto, lo denunciaba [al dinero] como tendente a destruir el orden económico y moral. La sociedad moderna que ya en su infancia había arrancado a Plutón por los pelos de las entrañas de la tierra, saluda al oro como su santo grial, y la centelleante encarnación de su más recóndito principio de vida". Es muy interesante. Con frecuencia nos referimos al dinero como sucio, mugriento lucro. Figuráos que hay un programa de TV ahora mismo sobre sucio dinero del sexo o algo así. Freud tenía toda clase de cosas asombrosas que decir del dinero, y al final lo llamó sublimación burguesa de rituales del ano. Así que hay algo sucio en relación con el dinero, algo desagradable en relación con el dinero, y a la sociedad antigua realmente no le gustaba la economía dineraria. En los Gundrisse Marx habla de que una de las grandes transiciones que tuvieron lugar en el mondo social fue lo que él llamaba la destrucción de la comunidad por el poder del dinero, a través de la cual el dinero se convirtió en comunidad. Así que ahora vivimos en la comunidad del dinero. Tenemos toda clase de fantasías sobre vivir en comunidad en alguna otra parte, y todas esas cosas, pero vivimos en una comunidad de dinero, y Marx también destaca ese punto con mucha claridad. Además, al final de la página 230 Marx abunda en la agonía de esto señalando simplemente que "el instinto de atesorar no conoce límites en su naturaleza". Aquí Marx aporta una descripción del mecanismo de funcionamiento: "que la forma metálica natural de este objeto" y la "forma equivalente universal de todas las otras mercancías" y la "encarnación directa … social de todo el trabajo humano", todas ellas dejan margen para que es "instinto de atesorar" se vuelva "ilimitado en su naturaleza". "Considerado cualitativa o formalmente, el dinero es independiente de todo límite, es decir,es la representación universal de la riqueza material porque es directamente convertible en cualquier otra mercancía". Marx procede entonces a hablar de "esta contradicción entre la limitación cuantitativa y la falta de limitación cualitativa del dinero Que sigue llevando al atesorador de vuelta a su tarea de Sísifo". Aquí hablamos de acumulación. Esta es la primera mención de Marx a la acumulación en El Capital. Es fascinante reflexionar acerca de sus cualidades ilimitadas. Quiero decir, si estamos acumulando valores de uso, ¿cuántos Ferraris podemos tener? ¿Qué tenía Imelda Marcos? ¿Seis mil pares de zapatos? Pero hay un límite. Pero, ¿sienten los billonarios que tienen algún límite en relación con su siguiente billón? La respuesta es no. La acumulación de poder del dinero es ilimitada, y por lo tanto en lo que nos metemos es en una forma de acumulación que en principio carece de límites externos. Este es un argumento muy importante, y en la medida en que la gente se implica en la acumulación de poder social, se implican en la acumulación de poder social ilimitado. Quiero decir, la mayoría de los presidentes ejecutivos de este país ganan quizá 5 a 10 millones de dólares al año, y sin embargo se consideran mal pagados. Vienen a decir, bueno, alguien en el fondo de riesgo sacó 1700 millones de dólares el año pasado, yo merezco eso. ¿Cómo es que estos han ganado 1700 millones y yo no? Así que este es el punto de lo ilimitado de la acumulación de dinero. Hace dos años el principal propietario del fondo de riesgo ganó 250 millones de dólares. Este año son 1700 millones. Es ilimitado. Y Marx establece un principio acerca de lo ilimitado del dinero; en cuanto te metes en el dinero como equivalente universal, como representación del tiempo de trabajo socialmente necesario, del valor. El dinero es en principio ilimitado en términos de lo que se puede acumular, y en términos de lo que pueden acumular personas privadas, en términos de su propio poder privado sobre un bien social, que es el tiempo de trabajo socialmente necesario en el mercado mundial. Esto es lo que Marx señala aquí, a saber, la calidad ilimitada de la acumulación, y el hecho de que la acumulación de capital no conoce límites. Desde luego, si consideráis cualquier otra sociedad que haya existido jamás en la historia veréis que casi invariablemente alcanzan límites. Y que cuando alcanzaban límites y no sabían donde ir, con frecuencia colapsaban. La única sociedad que parece carecer por completo de límites es el capital. Y hasta ahora ha sido ilimitado precisamente a causa de que su principal medida de valor tiene esta forma particular que le permite ser acumulada de esta manera. El resultado son todas las curvas de crecimiento en términos del dinero total de la sociedad, la riqueza total de la sociedad, la cantidad total de producción de la sociedad, el total del producto global bruto del mundo, etc. Mirad las curvas de crecimiento desde que el capitalismo arrancó realmente alrededor de 1750, con toda clase de consecuencias sociales, políticas y ambientales para preocuparnos, desde luego. Pero esa es la naturaleza de lo que va el capitalismo, y así es como Marx lo presenta. Lo que le lleva a destacar la función del atesoramiento hacia el final de esta sección al final de la página 231 donde hace un pequeño aparte acerca de la forma estética del atesoramiento, como querer poseer orinales chapados en oro o plata, etc. "Debido a las fluctuaciones continuas en la extensión y la rapidez de la circulación de mercancías así como en sus precios, la cantidad de dinero en circulación crece y mengua incesantemente. La cantidad tiene por tanto que ser capaz de expansión y contracción". Y el tesoro puede cumplir esa función. En otras palabras Marx va a modificar su teoría del dinero en la sociedad diciendo que dadas las fluctuaciones la masa total de dinero necesaria es la suma de los precios modificada por la velocidad más un fondo de reserva. Este fondo de reserva puede ponerse en circulación cuando hay un incremento masivo en la producción de mercancías, y retirado de la circulación cuando no se necesita. Pero el fondo de reserva es absolutamente crítico para la estabilización de este sistema. Es decir, que es necesaria una forma de atesoramiento. Por esas dos razones, la razón de temporalidad y la siguiente razón, que afecta a los medios de pago. Estas se encuentran en la sección B: medios de pago. Así que vuelve a considerar los medios de pago como forma de aproximarse a la necesidad de atesorar dados los diferentes tiempos de entrada en el mercado. En otras palabras si simplemente intercambiamos notas y decimos: arreglaré cuantas contigo al final del año, no necesitas realmente atesorar el dinero. Así que este tipo de intercambio sirve como medio de pago. Simplemente escribo una nota y digo: vale, te debo esto. El granjero escribe una nota y dice: te debo esto, y te pagaré en tiempo de cosecha, o algo así. Y entonces se acuerdan ciertas fechas para el pago, de donde estos intercambios tienden a formalizarse. Pero el resultado de este tipo de intercambio de notas es una transición. Tenemos aquí, mirad las páginas 233 y 234, una transición extremadamente importante que es muy fácil perderse, en parte por culpa del complicado lenguaje de Marx. El primer elemento de esta transición, página 233, tiene lugar cuando "el vendedor se convierte en acreedor y el comprador en deudor". Esto supone una gran transición en las relaciones entre comprador y vendedor por una parte y entre acreedor y deudor por otra. "Puesto que la metamorfosis de las mercancías, o el desarrollo de su forma de valor, ha sufrido aquí un cambio por el que el dinero recibe también una nueva función. Se transforma en un nuevo medio de pago. Nótese que el papel de acreedor y deudor resulta aquí de la simple circulación de mercancías". Es sorprendente cuánto ha exprimido aquí este concepto de la mercancía. El concepto de mercancías da ahora nacimiento a estos nuevos papeles de acreedor y deudor, "y esto es susceptible", dice, de una cristalización más rígida". Comienza a hablar entonces de las formas de lucha de clases en el mundo antiguo en las que los deudores plebeyos eran destruidos por los acreedores, la lucha en la Edad Media, en que los deudores feudales perdieron su poder político. Así que hay una relación de poder en esta relación deudor-acreedor. Entonces nos devuelve a la esfera de la circulación. Y nos devuelve a una discusión anterior, donde hablaba de la forma en que el dinero se transforma en objeto del proceso de circulación. Pero el dinero entra ahora en el proceso de circulación de una forma peculiar, como medio de pago, dice Marx. El dinero "entra en la circulación, pero sólo después de que la mercancía la ha abandonado. El dinero ya no media en el proceso. Lo hace terminar emergiendo de forma independiente, como forma absoluta de existencia del valor de cambio", en otras palabras, como la mercancía universal. El vendedor convirtió su mercancía en dinero para satisfacer alguna necesidad; el atesorador, para preservar la forma monetaria de su mercancía, y el comprador endeudado, para ser capaz de pagar. Si no paga, su bienes serán vendidos forzosamente. La forma de valor de la mercancía, el dinero, se ha convertido en el propósito autosuficiente de la venta debido a una necesidad social que surge de las condiciones del propio proceso de circulación". Marx nos lleva ahora a esta transición radical de un circuito M-D-M a un circuito D-M-D.. Si yo tengo dinero, sólo puedo prestártelo y entonces tú me lo devuelves. Ni siquiera tengo que producir mercancías ya, dejo que tú produzcas las mercancías; Yo simplemente retengo el dinero. Pero ten en cuanta que quiero recuperar ese dinero. Pero desde luego el argumento lógico subyacente aquí es: ¿por qué voy a recobrar la misma cantidad con la que empecé? ¿Por qué no insistir en una cantidad extra de dinero? Es decir, un intercambio de equivalentes tiene sentido cuando voy de una mercancía a otra mediado por el dinero, termino con una mercancía que en efecto tiene el mismo valor que aquella con la que empecé en un principio, y estoy contento. Empecé con camisas y conseguí mis zapatos, equivalente intercambiado por equivalente, y todo va bien. El principio de igualdad ha funcionado. Pero, ¿por qué empezaría con dinero simplemente para obtener dinero? La única razón para hacer eso es obtener más dinero. Y así, lo que Marx dice aquí es que de esta relación entre la mercancía y el dinero emerge una forma de circulación que es la forma de circulación D-M-D. Y esta forma de circulación surge de una necesidad social, no porque alguien pensara que es buena idea, aunque aquí hemos visto los intereses apasionados están muy implicados, como la codicia de oro o de poder. Pero incluso si la pasión y la codicia no estuvieran implicadas, aun así sería necesaria esta forma de circulación con el fin de mantener equilibrados la medida de valor y el medio de circulación. Esa es la única forma en que se puede resolver la contradicción entre el dinero como medida de valor y el dinero como medio de circulación, esto es, con esta forma de circulación que introduce en dinero en el intercambio cuando es necesario y lo extrae cuando ya no hace falta. Así que el dinero necesario, si está en equilibrio con las mercancías que se venden, mantendrá constante la medida del valor. En otro caso la medida de valor empezará a disparar por todas partes. Así que si tengo que mantener una medida constante del valor, tengo que ser capaz de usar el dinero como medio de pago, y al hacerlo disparo esta forma de circulación que es el dinero enfocado en el dinero. Este pequeño pasaje en la mitad y el final de la página 234 es un punto de transición crucial y debéis marcarlo y reconocerlo como tal en el conjunto de la argumentación de Marx. No señala realmente esta transición como crucial pero de hecho lo es. Y la idea de que esta transición es indicativa de una necesidad social es también importante. El capitalismo realmente no depende simplemente de que los individuos sean codiciosos y todo eso; depende de necesidad social acumulada sobre necesidad social, lo que permite que florezca cierto tipo de codicia en ciertas situaciones. Esto le hace volver, en la página 235, al final, a hablar de "una contradicción inminente en la función del dinero como medio de pago. Cuando los pagos se equilibran unos a otros, el dinero funciona sólo nominalmente, como dinero de cuenta, como medida de valor. Pero cuando hay que hacer pagos reales el dinero no entra en escena como medio de circulación, en su mera forma fugaz de intermediario en el metabolismo social, sino como la "encarnación individual del trabajo social, la presencia independiente del valor del cambio, la mercancía universal". Esto le lleva a destacar en la página 236, "esta contradicción estalla en el aspecto de una crisis industrial y comercial que se conoce como crisis monetaria. Una crisis tal sólo tiene lugar cuando la cadena de pagos en curso ha sido completamente desarrollada". Esto es, cuando el pleno desarrollo de los medios de pago, están distribuidos por todas partes y las estructuras de crédito están ampliamente engranadas. Marx destaca, "cuando hay una perturbación general del mecanismo, sea cual sea su causa, el dinero súbita e inmediatamente cambia de su forma meramente nominal, dinero de cuenta, a dinero contante y sonante. Las mercancías profanas ya no lo pueden reemplazar. Las mercancías de valor de uso se tornan carentes de valor, y su valor se desvanece frente a su propia forma de valor. El burgués, borracho de prosperidad y arrogantemente seguro de si mismo, acaba de declarar que el dinero es una creación puramente imaginaria. 'Sólo las mercancías son dinero', dijo. Pero ahora resuena el grito opuesto en los mercados del mundo: sólo el dinero es mercancía. Como el corazón jadea por agua fresca, así jadea su alma por el dinero, la única riqueza. En una crisis, la antítesis entre las mercancías y su forma-valor, el dinero, se eleva al nivel de una contradicción absoluta". Y continúa hablando del hambre monetaria. Hace seis meses, si leéis la prensa financiera, todo el mundo hablaba de exceso de liquidez en los mercados. Un excedente de liquidez chapoteando por ahí, sin saber donde ir. Un excedente de capital por todas partes. Si querías pedir prestado, simplemente ibas y te daban de todo, podías conseguir préstamos de alto riesgo, podías conseguir lo que quisieras. Y entonces lo que ocurrió en las últimas semanas, de repente la Reserva Federal tiene que inyectar liquidez en el sistema. Necesitaban dinero de verdad. Esas casas y todas esas cosas en realidad no alcanzaban ese valor. En otras palabras, era con un valor ficticio con lo que jugaban ahí afuera. Marx dice divertido en alguna otra parte, "en el momento de la especulación todos son protestantes, actúan por fe. Cuando llega la crisis quieren dinero real, vuelven al catolicismo de la base monetaria". Y esto nos lleva a considerar la noción de valor, ¿dónde está el valor ahora mismo? ¿Dónde existe? Y, ¿qué es todo ese dinero que se está intercambiando en todas esas plantas de embotellamiento de deuda que encontramos a nuestro alrededor en Nueva York? ¿Qué significa? ¿Qué conexión tiene con el valor, con el tiempo de trabajo socialmente necesario? Y lo que Marx señala aquí es la forma en que el sistema monetario, una vez que escapa a las coacciones inmediatas del tiempo de trabajo socialmente necesario, puede despegar y hacer toda clase de locuras. Y esas locuras crean toda clase de problemas en la economía global. Pero el dinero a crédito hace más que eso, porque en el siguiente par de páginas Marx dice: "El dinero a crédito surge directamente de la función del dinero como medio de pago, es más, el dinero a crédito se convierte en la materia universal de los contratos: renta, impuestos, y así sucesivamente se transforman de pagos en especie en pagos en dinero". La monetización de todo. En el pasado la iglesia solía imponer un diezmo sobre el producto agrícola de la gente, y entonces llegó la monetización de los diezmos, así que al final llegas a la monetización y mercantilización de todo. Esto nos lleva a otra dualidad: en primer lugar un fondo de reserva se hace necesario y ese fondo de reserva va a tener que funcionar en relación con este sistema, por medio de esta forma de circulación D-M-D. Esta es la forma en que funciona este argumento. Pero Marx dice entonces, en la breve sección final acerca del mundo del dinero, que los estados individuales manejan desde luego sus propios sistemas monetarios, el suministro de dinero, signos monetarios y así sucesivamente, pero no están libres de ser disciplinados por el mercado mundial, lo que significa que el intercambio de mercancías en el mercado mundial, en uno u otro momento se vuelve crítico para la forma en que funciona este sistema monetario. El estado ha tenido un papel muy importante que representar en la estabilización del sistema monetario dentro de sus fronteras. Y al hacerlo el estado conectaba inicialmente su sistema monetario muy claramente con una base metálica, oro, plata. Y esa base metálica fue crucial en la construcción del sistema monetario financiero inicial. Garantizar la seguridad de esa base metálica se hizo crítico. Es interesante señalar que John Locke escribió su ensayo sobre tolerancia religiosa en el que decía que debemos tolerarnos unos a otros en los términos de nuestras visiones religiosas y que no debemos ir por ahí quemando herejes en la estaca y todas esas cosas. Decía esto al mismo tiempo que Sir Isaac Newton llegaba a director de la ceca del rey. Y el gran papel de Isaac fue asegurar la calidad de la moneda, probar el oro, probar el peso de la plata. Durante esos años hubo un gran comercio que también llevó a la devaluación de la moneda, un tipo de fraude llamado recorte de la moneda. Lo que hacías era coger una moneda de plata y limarle un pedacito, y entonces cogías un montón de monedas de plata y les limabas un montón de pedacitos. Así que al final del día tenías otra moneda de plata, una buena forma de hacer dinero. ¿Qué hizo Issaac Newton al respecto? Cogió a algunas de estas gentes y las ahorcó públicamente en Tyburn. Así que ya no se quemaba a la gente en la hoguera por sus opiniones religiosas, ahora se la colgaba en Tyburn por degradar la moneda. Dios es desplazado por Mammon en términos de pena capital. Así que este negocio nos devuelve al tema que estoy seguro que preocupa a muchos de vosotros, que es, ¿qué ocurrió con la base metálica? Había una base metálica para el capitalismo global hasta los últimos años 60 y los 70, y fue sometida a grandes tensiones en los últimos años 60 y los primeros 70. Y finalmente colapsó, de forma que para 1973 tenéis un sistema monetario global que ya no se basa en ninguna mercancía metálica. Os daréis cuenta de que el oro es aun importante, aun se cita el precio del oro. Y si las cosas se ponen feas bien os podéis preguntar si preferís ateneros al oro o al dólar, euro, yen, o lo que sea. Podría interesaros pensar sobre eso. Así que el oro no ha desaparecido enteramente de la escena monetaria en absoluto. Mucha gente aun piensa, y aun se discute, que deberíamos volver al standard oro porque el sistema monetario actual es sencillamente una locura. Pero lo que de hecho tuvo lugar en 1973 fue una tendencia a asociar las monedas con una particular cesta de mercancías. Durante algún tiempo allí estábamos con la idea de que los petrodólares funcionarían, de que en realidad el valor en dólares del petróleo era el determinante crucial de la cesta. Pero el petróleo tenía demasiados altibajos, y en cualquier caso su valor estaba demasiado controlado por la OPEP. Así que lo que de hecho ocurre ahora es que la especulación monetaria se fija en realidad en la relación entre la productividad de una economía completa, i.e., el conjunto total de bienes y servicios producidos, y la compara con el valor de su moneda. Lo que se compara es la producción total de mercancías de Japón, Alemania Occidental, en tiempos, y ahora Europa, y los Estados Unidos y China. Y tras comparar todas estas cosas se hace la pregunta ¿qué economía está produciendo un conjunto de mercancías dentro de sus fronteras que realmente pueda sostener esa moneda? Y si la economía china hace eso, entonces la moneda china debería apreciarse. Pero el problema comienza entonces cuando el estado interviene y hace toda clase de cosas raras. Pero en un momento u otro la cuestión de la naturaleza del paquete de mercancías que subyace al valor, se plantea; en otras palabras, ya no acoplamos el paquete a alguna mercancía aislada como el oro. Lo acoplamos a una interpretación imaginaria que es donde intervienen las estadísticas. No sabríamos cómo trabajar en este mundo si no tuviéramos masas de estadísticas. ¿Y a qué se refieren estas estadísticas? PIB. ¿Quién produce todas esas estadísticas y quién las reúne? El Banco Mundial, el Banco de Pagos Internacionales. Ellos producen todos estos datos. Grandes cantidades de ellos, a veces te preguntas sobre qué bases, pero en cualquier caso están ahí. Y estos datos sirven para construir la ficción de que hay una economía nacional. Ahora bien, esto es un verdadero problema porque no hay economía nacional, quiero decir que todo se intercambia por todo en la escena global, y sin embargo ahí esta esta ficción que dice que hay una economía nacional. Y que cuando a la economía nacional de los Estados Unidos le va bien, el dólar sube, y si le va mal, el dólar se hunde. Así que el dólar ha estado bajo una gran presión últimamente porque a la economía de Estados Unidos no le va muy bien en comparación con el resto del mundo basándose en ciertas medidas. Pero entonces intervienen los especuladores y proclaman que se están aplicando medidas erróneas. Y si te pueden persuadir de esto, los valores cambiarán y ganarán un montón de dinero con el movimiento de moneda. George Soros ganó dos mil millones en unos cinco días especulando con el valor de la libra británica contra el mecanismo de tasa de cambio europeo. Fue capaz de forzar realmente que esa clase de cosas ocurriera. Así que ya veis que incorporado en el argumento de Marx hay una forma muy interesante de entender la conexión entre la muy segura mercancía dinero oro, con la que Marx comenzó su análisis del dinero, y este dinero real, problemático, universal que surge del circuito D-M-D al final, con todos estos temas más amplios. Creo que hizo un muy buen trabajo y que podemos construir sobre él. Desde luego han cambiado muchas cosas desde los tiempos de Marx y tenemos que tener en cuenta esas transformaciones, pero me parece que montó un argumento muy útil para contemplar nuestra situación actual. Basándonos en sus argumentos podemos ir bastante lejos hacia el entendimiento de las contradicciones que existen dentro de nuestro sistema político económico contemporáneo. Así que es interesante que algo como la crisis de las hipotecas sub-prime, dada mi propia experiencia, ha sido obvio que habría un crash en los mercados inmobiliarios tarde o temprano. Pensé que ocurriría hace dos o tres años, pero se las arreglaron para mantenerlo a raya. Pero ahora está con nosotros y la pregunta es: ¿cuán lejos llegará antes de que puedan pasarse a alguna otra cosa, alguna otra forma ficticia? Pero tras esto, desde luego, yace la emergencia de formas imaginarias. Fijaos en como Marx enfatiza las cualidades imaginarias de todo esto. Imaginamos que es esto, imaginamos que es aquello. Y no podemos pasarnos sin que pasen todas estas cosas imaginarias. De hecho eso es lo que permite que funcione el sistema. Está incorporado en ello. No es como si pidiéramos decir: librémonos de todo el fetichismo, librémonos de ese rollo imaginario, y entonces nos irá bien. No, no podríamos hacer eso. Esas cosas son socialmente necesarias, están incorporadas dentro del sistema capitalista. Esto plantea la pregunta, a ver ¿qué podemos hacer al respecto? ¿cómo nos enfrentamos a ellas? ¿Y qué hacemos respecto a sus consecuencias claramente problemáticas? Éstos son el el tipo de problemas que plantea este capítulo. Un momento final del capítulo plantea la interesante cuestión de cuánto más de esto necesitas para entender el resto del primer volumen de El Capital? Y la respuesta es: no mucho más (risas). El resto de El Capital utiliza ciertas proposiciones básicas tomadas de aquí que se pueden reducir a cuatro o cinco argumentos y después continúa con el análisis Lo que Marx estaba tratando de hacer como también hacía en los capítulos anteriores, era sentar las bases de un magnum opus, es decir la obra que iba a incluir una explicación de los sistemas de crédito, las instituciones y estructuras financieras y las intervenciones del estado. Aquí estaba tratando de establecer un fundamento sistemático para un proyecto mucho más amplio. Pero les alegrará saber que no hace falta que entiendan perfectamente todas las sutilezas de este capítulo, por interesante e importante que sea pues realmente lo es en nuestras circunstancias actuales. No tienen que entender cada matiz para poder pasar a los capítulos siguientes que son mucho más simples y directos. Así que ya habéis pasado por lo peor (risas) Ahora podemos empezar con la parte fácil Tenemos unos minutos para preguntas, siento haber tardado tanto, pero este capítulo es difícil y complicado necesita un montón de elaboración para llegar a entenderlo bien. ¿Algún comentario o pregunta? »ESTUDIANTE:Cuando hablas de la acumulación de las cosas y de los límites superiores, fui a visitar Yankee Candle sólo por ver qué era aquello. Y al lado habían abierto un museo de coches un museo de coches muy grande. Caminé a su alrededor y me di cuenta de que todos los coches parecían tener un ángulo personal en las vitrinas y en las descripciones. Resultó ser que el museo era una enorme colección personal del dueño y fundador de Yankee Candle Era simplemente un garaje, pero tan grande que se convirtió en museo y tu pagabas para entrar, pero el dueño conducía con ellos y los sacaba cada vez que quería. Y no tenía límite, era enorme. »HARVEY:No es lo mismo que lo que podrías comprar con veinte billones de dólares Y de eso es de lo que se trata, la gente acumula grandes cantidades de cosas como esas, pero ¿Cuántos yates puedes poseer? ¿Cuántas residencias puedes tener? Del lado del valor de uso, existen esas limitaciones así que es la capacidad sin límite de la acumulación del poder del dinero la que será importante observar una de las principales propuestas del resto de El Capital es que esta acumulación no tiene límite. »HARVEY: Si »ESTUDIANTE:Tengo curiosidad por el papel dinero, cuando el papel dinero aparece por primera vez… ¿qué puedes decir sobre esto como un desarrollo histórico o lógico? »HARVEY: Bueno, los pagarés y cosas así han existido desde hace muchos años en varias formas. Así que las representaciones en papel así como los vales han existido desde hace mucho tiempo. Lo que nos lleva a mi argumento inicial respecto a la forma dinero, que formas monetarias han existido siempre. La pregunta interesante es cómo todas estas formas en realidad se han juntado alrededor de la definición capitalista de lo que es el dinero. Lo mismo sirve para la temporalidad. No es que el capitalismo haya inventado la temporalidad. Cada sociedad tiene sus propias definiciones de temporalidad y espacialidad. Hay una larga historia de registros históricos y antropológicos de eso. Pero lo que pasa es que el capitalismo comienza a insistir en determinadas definiciones de la temporalidad. Por ejemplo, tenemos una ahora mismo: son las ocho y media y todos quieren volver a casa. Ahora bien, si usted estuviesen realmente interesados en aprender querrían quedarse aquí hasta las cinco de la mañana, no? Están siendo amables… Pero ya ven a lo que me refiero. Aquí tenemos a este tipo de definición de la temporalidad que está en el calendario escolar, por ejemplo: empezamos por aquí y terminamos allí. Es algo construido, y lo aceptamos como algo normal así que deviene normalizado. Recuerdo las discusiones intelectuales en mi juventud, cuando todas las cosas eran maravillosas, que duraban todo el día y toda la noche Y nada nos limitaba. Quiero decir… nos saltábamos clases. y en lugar de ir teníamos discusiones; esa era una noción distinta de temporalidad El problema era que no había nada más que hacer, y las clases eran muy aburridas. Así que pienso que esas definiciones son contingentes, y así lo argumenta Marx en todo el libro, a saber, que las categorías de la economía política están supeditados a la aparición del capitalismo. La noción de temporalidad es específica; el capitalismo tiene una temporalidad específica, que es lo que dice E.P. Thompson, es decir, el surgimiento de la disciplina del trabajo industrial, lo que implicó y óomo se aplicó. Y también vamos a ver algo de eso en El Capital de Marx. Bien, lo dejamos aquí y continuará esta saga la próxima semana.

Contexto

Kahlo y Rivera radicaron durante un tiempo en Estados Unidos en las ciudades de Detroit, San Francisco y Nueva York debido a los trabajos de Diego como muralista. Ella apoyaba a Diego con la correspondencia, las cuentas, y en labores relacionadas con la pintura, sin embargo se dio tiempo para realizar su propia obra, aunque extrañaba México, reconocía: “de todas maneras me sirvió venir pues se me abrieron los ojos”. En libros y revistas que leía con avidez, así como en museos y colecciones privadas, pudo familiarizarse con las tendencias que entonces se abrían paso en Europa y Estados Unidos. Con desarrollada sensibilidad se acercó a las derivaciones del futurismo y el surrealismo. Entre los hábitos que cambiaron después del matrimonio hay que incluir su manera de vestir. Rivera admiraba el señorío de las tehuanas y puede suponerse que influyó en Frida para que adaptara prendas mestizas e indígenas. Difícil resultó desde entonces imaginar a Frida sin sus vestidos mexicanos.[1]​ Diego estaba inmerso en su trabajo, fue una época de soledad para Frida. Su estancia en Detroit fue marcada por un aborto y posteriormente por la muerte de su madre. Empezó a crear muchas más obras experimentando con técnicas diferentes; usando estaño, haciendo litografías, incluso trabajando con frescos, pero aún más notable que su técnica fue que su trabajo empezó a enfatizar el terror, el sufrimiento, las heridas y el dolor. Ella añoraba regresar a México sin embargo Diego disfrutaba la vida en Estados Unidos y al terminar su trabajo en Detroit en 1933 la pareja se mudó a Nueva York donde Diego fue invitado a pintar un gran mural en el Rockefeller center, cuando la obra estaba casi terminada Diego fue expulsado del proyecto a petición de Nelson Rockefeller debido a que se negaba a remover un retrato de Lenin que hizo en la composición. El muralista se convirtió en el centro de una polémica sobre los derechos de expresión que tenían los artistas sobre su obra; sin embargo eventualmente el mural fue destruido. Quizá impulsada por la frustración que vivía Rivera, Frida realiza esta obra como crítica a la sociedad capitalista Estadounidense y a su supuesto nivel de desarrollo social, este cuadro es indicativo de la madurez plástica e ideológica que la artista había alcanzado.

Descripción y Simbolismo

Esta obra muestra un paisaje de Manhattan donde uno de sus vestidos típicos de tehuana está colgado sobre la composición. No es un autorretrato en sentido estricto, aunque ella se hace presente a través de su vestido, al no estar dentro del cuadro Frida expresa que su vestido puede colgar en Manhattan pero ella está ausente.

Con la imagen de la belleza artificial de Mae West se representan falsos ídolos, por la gasolina vista como la panacea del progreso y por un trofeo de oro que representa la libre competencia, voraz como la vía de ascenso económico. Por su ironía, la obra se acerca en intención a los collages surrealistas de Max Ernst sobre todo por la contraposición en el uso de las imágenes, de la alta y de la baja cultura. Así como en la técnica mixta de utilizar el óleo con los recortes de periódicos y revistas, auxliándose asimismo de la fotografía. La imagen está compuesta por tres planos principales; al fondo un enorme trasatlántico de lujo está por llegar a los muelles de Manhattan, ante una empequeñecida estatua de la libertad, que en su emplazamiento de la isla Ellis deja entrever los siniestros centros de detención, donde las autoridades federales controlan y discriminan a los inmigrantes. En un plano medio se ubican las instituciones todopoderosas de aquella nueva era; La iglesia, que se ha vendido por dinero, como lo muestra un vitral donde el signo de dólares se ha enroscado en un crucifijo, seguida de la banca moderna, representada por un gran Partenón y las gráficas de las casas de bolsa; y finalmente la gran industria deshumanizada que domina el paisaje. Entre ellas y las masas se levanta un muro de rascacielos que se suceden unos a otros. En el plano del frente está el pueblo, conformado por hileras interminables de desempleados, donde centros de miles marchan en mítines y manifestaciones de inconformidad.

Nunca antes había denunciado Kahlo su postura política en forma tan clara. Su visión sobre el progreso basado en el capitalismo es apocalíptica, al tiempo que estéticamente es una obra de vanguardia.

Datos

  • Frida firmó esta pintura en la parte de atrás en tiza y añadió la inscripción: "Pinté esto en Nueva York mientras Diego estaba pintando el mural en el Rockefeller Center"
  • Frida empezó este cuadro cuando aún estaba en Nueva York y lo acabó después de que Diego y ella regresaran a México.
  • El cuadro fue regalado a su consejero médico de Frida en el que ella tanto confiaba, el Dr. Leo Eloesser de San Francisco. Cuando el Dr. Eloesser falleció en 1976, le dejó el cuadro en herencia a su compañera de muchos años, Joyce Campbell. En 1993, Campbell vendió el cuadro, justo antes de que estallase el boom Kahlo en el mercado de arte.

Enlaces de externos

Enlaces de internos

Referencias

Bibliografía

  • Herrera, Hayden.Frida: A biography of Frida Kahlo. Harper & Row Publishers, Inc. 1983. ISBN 0060118431
  • Grupo Financiero Bital. Frida Kahlo. Landucci Editores. México. 2000. ISBN 9685059284
  • Zamora, Martha. Frida Kahlo: The Brush of Anguish. Gran Bretaña. 1990. ISBN 0948835141
Esta página se editó por última vez el 20 may 2024 a las 18:23.
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